Lección III. HERALDOS DEL REY Abril 15 de 1928. PLATICA SOBRE LA LECCION Cristo prefería, seguramente porque lo comprendían mejor, a tres de sus discípulos: a Pedro, Santiago y Juan. A estos tres discípulos llamó para que le acompañasen a un monte. Allí oraba el Señor y mientras oraba vieron ellos que su apariencia era totalmente cambiada. Sus vestiduras se volvieron blancas como la nieve; su rostro resplandeciente como el sol; sus ojos brillaban como la luz y sus pies como el oro finísimo. Este resplandor no lo recibía, sino brotaba o salía de él mismo. Conversaba con dos personas que ya conocemos, Moisés, el que dió al pueblo de Israel la ley y Elias, uno de los principales profetas. Estaban verdaderamente sorprendidos los discípulos y no sabían qué pensar. Pedro, sintiéndose tan contento cerca de su Señor glorificado, dijo:—Quedémonos aquí. Ha gamos tres cananas, ino nay mejor lugar para vivir que éste.—-Mas él no sabía lo que decía porque no podían quedarse a vivir allí, sino que tenían que proseguir su trabajo y, esperándolos estaban muchas gentes enfermas que deseaban que Cristo les impartiese la salud. Los demás de los discípulos se quedaron y les trajeron un poseído de espíritus inmundos, al cual no pudieron sanar. Cuando llegaron Cristo con Pedro, Juan y Santiago, le dijeron que sus discípulos no podían sanar a aquel poseído, y los mismos discípulos estaban confusos por esto mismo. Cristo les contestó que esta clase de demonios sólo podían salir con oración. Cristo tanto tiempo atormentado y las mi gran poder, que aún los demonios k sanó a este muchacho que fué Ititudes veían que El tenía un obedecían. Transfigurar quiere decir cambiar. ¿Qué te parece, tienen la misma expresión el rostro ios cristianos que los inconversos? ¿No has observado que los cristianos tienen el rostro más franco, más alegre, como transformado? Esta es la obra de Cristo, cambiar nuestra vida y cambiar nuestro corazón para que dejemos atrás todo lo malo y viejo y nos apresuremos a conquistar un lugar mejor en su servicio. En la transfiguración fué oída una voz que dijo: “Este es mi Hijo Amado, a El oíd,’’ y este Jesús que fué transfigurado delante de SUE, discípulos es el mismo que después ascendió a los cielos y que nos envía día por día tantas bendiciones que muchas veces no merecemos. ¿No hemos de estarle siempre agradecidos? Demostradle por medio de vuestra vida que en verdad le amáis.