El Mensajero Bautista 5 ti ti ti La Iglesia Romana hace gala de sus número y de su extensión, aunque S. Agustín ha dicho que, “aquellos que no se conformaran con Cristo, la cabeza, ni con las Sagradas Escrituras, no son de la Iglesia, aún cuando se hallen en todos los lugares donde está la iglesia *' De Unit-Ecce., IV. Si se aplica a la iglesia de Roma otra prueba, a saber, la del carácter y el espíritu, se ve luego que ella dista mucho de ser católica. En el día de Pentecostés, los par-thos, medos, elamitas y los que habitaban en Mesopotamia, en Judea, en Capadocia etc. etc., oyeron hablar, ca' da uno en su propio idioma, las ma‘ ravillas de Dios (Actos 2: 6—11). No hacen esto el romanismo, puesto que donde quiera que se establece, oculta al pueblo los oráculos de Dios pre" sentándolos en idioma desconocida. Antes, la iglesia romana procuraba satisfacer las necesidades espirituales de todas las clases sociales; aho. ra, un solo tipo de carácter, por cierto poco amable, se reómioce por católico verdadero; de modo que antes era la poderosa iglesia.se está transformando, aún en nuestra presencia, en una merq secta italiana y desprovista del verdadero espíri. tu católico. El hecho se verá más claramente aún, si insistimos en dos antiguas de. finiciones de lo que es “católico0. PRIMERA—"No se puede aceptar por católico lo que esté en contra de las enseñanzas de las Sagradas Escrituras0 (S.Crisóstomo, “Horn, de Adan et Eva") SEGUNDA: “La fe en las Sa gradas Escrituras es la más católica de todas0 (San Agustín, “Serm. IV De Verb. Aposto!") En verdad, ni una sola de las doctrinas o prácticas que caracterizan la iglesia de Roma, está de acuerdo con las pruebas de catolicismo que expo-. ne el erudito jesuíta Véron, en su o-bra intitulada “Rule of Catholic Faith" (Regla de Fe Católica, París 1645) que fué publicada en inglés por Waterworth, otro erudito prelado romano, (Birmingham, 1833) como o-bra reconocida en este asunto. Para que una doctrina sea católica sobre la conciencia del cristiano, ha de ser, según Véron,: I. REVELADA EN LA PALABRA DE DIOS. II-PROPUESTA A LOS FIELES POR TODA LA IGLESIA. Y de estas dos máximas Véron deduce las conclusiones que en seguida reproducimos: 1. Ninguna doctrina promulgada después de la época de los apóstoles puede ser artículo de fe, ni aunque fuere confirmada por señales milagrosas, ni tampoco hemos de creer que tales señales sean genuinas. 2. No puede ser artículo de fe lo que se funde en textos que han sido interpretados de diversas maneras por los santos padres, o por teólogos más modernos que ellos. 3. Ninguna conclusión puede ser. artículo de fe si se deduce de premisas, de las cuales solamente una es de fe, mientras la otra es de pura razón humana; verbigracia, la doctrina de concomitancia. 4. Ninguna bula papal tiene auto" ridad necesaria para establecer alguna doctrina como parte integrante de