10 CARGOS SOBRE LA PERSECUCIMÍ REUGIOSA tolerancia religiosa en nuestra tierra favorecida. Que el único Rey que tenga poder sobre nuestra conciencia sea el Rey de Reyes; y que la única prisión que se erija entre no- . sotros por el pecado de irreligión o incredulidad, sea la prisión de una conciencia perturbada; y que la única causa para que abracemos la verdad no sea el temor de loa hombres, sino por el amor a la verdad y a Dios. II ¿Qué hay de cierto en el asesinato de la noche de Sdh Bartolomé el 24 de agosto de 1572? No encuentro palabras suficientemente fuertes para califican tan inhumana matanza. Es cierto que escritores parciales han exagerado el número de víctimas, aunque esto no es atenuación del crimen. Pero también aseguro con toda la fuerza de la verdad, que la Iglesia Católica no -y . tuvo más arte ni parte en tan atroz asesinato, que para deplorar los acontecimientos y llorar sobre las infdices víctimas. He aquí los hechos referidos brevemente: 1. Los Hugonotes eran en Francia en tiempo de Carlos IX, un poder formidable y un elemento de sedición. Su jefe, el almirante Coligny, estaba tratando de derrocar al monarca reinante. El rey francés, instigado por su madre Catalina de Médicis, y temiendo el influjo de Coligny, a quien miraba como un aspirante al trono, resolvió hacerlo asesinar con sus compañeros en París, el 24 de Agosto de 1572. A esta medida de violencia se siguió en París, y en. otras ciudades de Francia, un asesinato general, ejecutado por un populacho que fué alborotado fácilmente, pero apaciguado con dificultad. 2. La Religión no tuvo que ver nada con el asesinato. Coligny y sus partidarios los Hugonotes, no fueron , muertos a causa de su credo religioso, sino exclusivamente ‘ por los designios de traición qué se les atribuían. Si ellos no hubiesen tenido otra cosa que disgustase al rey Carlos IX que su fe protestante, a la verdad que no hubieran sido molestados; porque ni Carlos ni su madre manifestaba» crio especial por la Iglesia Católica, ni una aversión especial al protestantismo, sino cuando era una amenaza para el trono. 3. Inmediatamente después de la matanza, Qarloe IX despachó un enviado extraordinario a cada una ^e taa