espiritual sobre el cual edificar un hogar feliz, y puede seguir enriqueciendo la vida de los esposos después del matrimonio. 2. Los problemas económicos. Un factor muy notable en el rompimiento de un hcgar feliz es el de tratar de tener lo que tienen los vecinos. y de hacer lo que ellos hacen. El éxito ha llegado más y más a medirse según el logro individual o de un grupo. En la carrera para obtener éxito algunos se quedarán atrás y serán considerados como fracasos- para ellos es un problema muy pesado. Pero después de todo, la existencia de problemas financieros no tiene nada que ver con el sueldo. El problema básico surge del hecho de no haber aprendido a vivir de acuerdo con los recursos económicos que se tengan. Junto con esto está la falta de preparación o de consejo en cuanto a la preparación de un presupuesto familiar. La seguridad en la vejez ha llegado a considerarse tan esencial para la felicidad y eficiencia en la vida que muchos paises han provisto seguridad social con este propósito. La iglesia puede ayudar a sus adultos jóvenes a hacer frente a este problema. en primer lugar, grabando en ellos un sentido de valores, y una base para la seguridad. Necesitamos guiar a los adultos jóvenes a saber que su importancia no tiene su base en "lo que tienen" sino en "lo que son", y que la seguridad no es asunto de recursos económicos sino de una fe bien asentada en Dios. 3. Los problemas sociales. Muchas personas hacen la lucha para acomodarse al grupo en el cual se encuentran y fracasan. Otras ni hacen la lucha para hacerlo. Esto es el resultado de un mal ajuste social. El individúo más pobre en cualquier igle Muy estimados hermanos: Ya estamos en los dias en une conviene pedir las revistas y demás materiales necesarios para el uso de la escuela dominical y Union de Preparación y de jóvenes asi como otros útiles. Que el Señor le ayude a nedir bástanle para el uso de cada persona de su grupo. El Señor ha bendecido “El Expositor Bíblico" asi como las otras revistas de ésta su casa La circulación de ellas está creciendo cada vez más. La experiencia ha demostrado que este material es idóneo para el estudio Bíblico individual o en grupos. 1. Es una ayuda complementaria de las Sagradas Escrituras y siempre está de acuerdo con ellas. 2. Hace más interesante y provechoso el estudio de la 10 Palabra de Dios. Este material ayuda a aprender más pronto y más fácilmente las verdades eternas. 3. Nos da el fruto de la inspiración del estudio y de las vidas de hombres de Dios de todos los tiempos. 4 Sirve como guia sana y fiel de las Escrituras. 5. Nos presenta temas organizados, progresivos y propios para la edad indicada. 6. Hace aplicaciones a nuestra vida diaria. 7. Nos ayuda a progresar en nuestra vida cristiana, a ganar almas para el reino de Dios. Si en algo podemos servirles no vacilen en escribirnos. Esperamos su pedido y lo surtiremos con todo cuidado. Sin otro particular, quedamos de ustedes sus hermanos y amigos en Cristo Jesús. CASA BAUTISTA DE PUBLICACIONES EL PROMOTOR DE sia o comunidad no es el que tenga menos dinero sino el que tenga menos amigos. La iglesia ofrece una oportunidad magnifica a los jóvenes adultos para encontrar amigos de su propia edad. En la iglesia pueden encontrar oportunidades para cooperar en actividades que requieren una devoción desinteresada. En esta relación cristiana se ven los unos a los otros en su mejor calidad. 4. Los problemas religiosos. Los problemas relacionados con la religión, o a veces con una busca menos definida de un propósito para la vida, se encuentran entre los adultos jóvenes. Muchas personas llegan a desilusionarse porque no saben a dónde van. a pesar de que ya están en camino. A muchos adultos les llegan problemas al tratar de ajustar, o de relacionar sus actividades diarias a las impresiones o a los principios que adquirieron muy temprano en la vida. Esto podría llamarse la dificultad de hacer que la vida cotidiana vaya de acuerdo con la fe de su niñez. Todos saben que la fe y la práctica deben caminar juntas; pero para muchos el tratar de lograr esta meta es una desilusión. ¿Cómo puede la iglesia ayudar a los adultos jóvenes en este problema? Hay varias maneras. Puede asentar en ellos un propósito claro, definido y probado para sus vidas. La actividad puede ser estimulada regulada y medida por normas cristianas. Se espera que los adultas jóvenes hagan algo con su vida. El sentir haber hecho algo digno es necesario para la satisfacción y el respeto propio de parte de los adultos jóvenes. Puede recibir esta satisfacción por medio del reconocimiento de parte de otros de que su propósito fue digno y que el resultado valió la pena. UNA CARTA ABIERTA 5. Los problemas de vocación. Esta clasificación incluye también los problemas educativos porque, a cierto grado, la clase de educación es determinada por la vocación escogida. Muchos adultos jóvenes están estudiando en escuelas nocturnas, o por correspondencia, para conseguir mejor empleo o para subir en el que ya tienen. Pero el problema para muchos adultos jóvenes no es el de cuál oficio escoger sino el de no tener ningún empleo. Esto podría considerarse como un problema económico, pero es también un problema de vocación. ¿Cómo puede la iglesia ayudar? Si es simplemente asunto de ayudar a uno a encontrar empleo, siempre la iglesia tiene ciertas relaciones que puede utilizar para ayudarles a encontrar trabajo; pero si es asunto de escoger una vocación, requiere mucha más atención. La iglesia no está capacitada para aconsejar a un adulto joven en cuanto a la vocación que de-b? escoger; para esto hay que tener en cuenta los intereses individuales, las habilidades especiales, y las aptitudes apropiadas para cierta tocación. Sin embargo, la iglesia puede mantener en sus miembros la comprensión de que Dios llama a los individuos para muchas vocaciones, y no solamente para el ministerio. Dios puede guiar a uno a ser médico, abogado. comerciante u otra cosa, pero lo más importante es que sea verdaderamente cristiano en cualquier vocación que escoja. Cierto es que todos los grupos de la iglesia tienen sus problemas y necesidades, y también los tienen los adultos jóvenes. La Iglesia debe preocuparse por todos; pero de manera especial por los adultas jóvenes, porque muchos de ellos se alejan de la iglesia en esta edad. Sus problemas y necesidades tienen mucho que ver con este alejamiento. Hagamos lo posible para evitar esta tragedia. ¿••■redica** Usted su Leccicn? Austin Hunt El predicar una lección no depende de la postura que uno tome al estar frente a su clase, aunque hay quienes piensen que el sentarse contribuye a la informalidad de la buena enseñanza. Ciertamente, el volumen o el tono de la voz no constituye la diferencia entre la predicación y la enseñanza; sin embargo, nadie levantaría la voz en una clase, pues ésta se caracteriza por la libertad de expresión y por su ambiente amigable. En realidad, el predicar una lección no se determina necesariamente por lo que el maestro hace sino por lo que impide que los alumnos hagan. No existe un antagonismo mutuo entre la predicación y la enseñanza, pero hay ocasiones cuando una es más apropiada y más eficaz que la otra. ¿Qué método debe seguir un maestro de adultos? ¿Debe predicar o enseñar su lección? Ya que la enseñanza efectiva es el aliado más eficaz de los servicios de adoración, desearemos naturalmente que nuestra enseñanza complemente y no compita con la enseñanza que imparte el pastor desde el pulpito. No obstante, muchos maestros, Incluyéndome yo mismo, deben confesar que han predicado la lección así como el pastor predica su sermón desde el pulpito, sólo que con menos habilidad. Tal vez nuestra admiración hacia él nos ha hecho que pongamos en práctica en el salón de clase sus mismos métodos. O posiblemente nunca hemos visto o escuchado cómo enseña un buen maestro. O nuestra misma escuela dominical ha descuidado el ofrecer cursos de estudio adecuadas para maestros. O posiblemente no hemos sabido de la satisfacción que se experimenta al lograr la participación genuine de los miembros de la clase. Otros, parece que tienen el deseo de "dar a conocer" todo el material que se halla en las ed’clones para maestros. En mi caso, mi enseñanza no era efectiva porque no había aprendido el principio que alguien expresó de que "la manera de aprender determina la manera de enseñar". Hagámonos algunas preguntas básicas para decidir si el "predicar" una lección da o no da buenos resultados. El predicar una lección, ¿capacita al maestro para descubrir necesida- EDUCACION CRISTIANA des vitales en la vida del alumno? ¿Permite al alumno participar en la clase? ¿Contribuye para que los alumnos repriman o expresen sus ideas? Sólo cuando se descubren las necesidades del alumno y se hace frente a ellas, la enseñanza es instructiva, tiene un propósito determinado y es interesante. Podemos añadir que la escuela dominical no tiene otro propósito. Un muchacho, al referirse a los consejos que le daba su padre, dijo: "Sé que es sincero y que quiere ayudarme, pero no cesa de hablar y no me permite hacerle preguntas: preguntas de cosas que verdaderamente yo quiero saber." Los adultos sienten lo mismo. Aunque ellos no lo digan abiertamente. al estarlo viendo a usted o a mi con aparente atención, dentro de ellos tal vez digan: "Debería alquilar un auditorio." ¿El predicar una lección promueve o impld'* la participación? El maestro se desarrolla cuando aplica la verdad de la lección a su propia vida, aunque esto en ocasiones sea doloroso. Y esta aplicación la hace al iniciarse en la preparación de su lección. El alumno nunca puede aplicar a su vida las enseñanzas bíblicas a menos que el maestro lo conduzca, por su interés personal, a hacer descubrimientos y a aplicarlos a su vida. Esto puede lograrse por medio de preguntas, haciendo planes para que los alumnos sientan el deseo de investigar en la Biblia en cuanto a cierta enseñanza, y dando oportunidad para que presenten sus respuestas. ¿Cómo podremas saber si los alumnos están haciendo la aplicación correcta a menos de que investiguemos cómo se aplica esta enseñanza a nuestra vida? Un maestro que predica tratará de hacer la aplicación de la lección, pero es la aplicación que el alumno haga la que de veras vale, pues le estimulará a actuar de acuerdo con ella. ¿Tiene el que predica la lección más interés en cubrir el material o en presentar hechos históricos, que en enfrentarse a necesidades especificas? No voy a acusar; sino a confesar. Antes de descubrir que la enseñanza debe centrarse en el alumno y que el maestro debe usar la Biblia ESCUELA DOMINICAL para ayudarle en sus necesidades, no recuerdo que haya tenido un propósito definido al enseñar. Una noche, al estar tomando un curso de estudio para maestros, reconocí que nunca había enseñado a un alumno aunque había estado frente a una clase predicando la lección por años. Hasta entonces nunca había pedido a la clase que hiciera algo en cuanto a la enseñanza presentada. ¿Cómo pude haber sido tan insensato por tanto tiempo? Jesús nunca dijo que escuchar era lo mismo que obrar. En realidad, el climax del Sermón del Monte fue la diferencia entre el oír y el hacer, al comparar Jesús al hombre sabio con el insensato. Desde aquel momento, en aquella noche, me propuse tener una meta en mi enseñanza y pedir a mis alumnos que pugnaran por vivir de acuerdo con la enseñanza adquirida. ¿Siente el maestro más satisfacción al enseñar en esta forma? Contestaré esto haciendo otras preguntas: ¿Siente el maestro mayor gozo al suplir alguna necesidad de un alumno que al escuchar su propia voz predicando de una manera monótona? En algunas ocasiones él es la única persona que se está escuchando. ¿Es mayor el deseo que tiene el maestro de ayudar al alumno, sin prisa y con un propósito deliberado, a descubrir las verdades bíblicas y a modelar su vida en armonía con ellas, que el esfuerzo frenético que hace por cubrir el material? ¿Es mayor el gozo de enseñar de una manera en que los alumnos aprendan, que la satisfacción egoísta que siente el maestro al predicar una lección? ¿Desmereceré a los ojos de mi clase, de mi iglesia y de mi Salvador si adopto al enseñar una actitud más informal, centrada en mis alumnos? ¿Me recordarán los miembros de mi clase por un buen discurso que les haya presentado o por haberles ayudado a descubrir y a practicar las verdades de la Palabra de Dios? Maestro, ¿está edificando su clase sobre la arena o sobre la roca? ¿Está usted enseñando o sólo “predicando"? ¡El viento, la lluvia y la inundación lo decidirán!—Trad. Emma Z. de Villasenor. 11