TIEMPO DE B C , Y SONORA SEGUNDA SECCION. — PAGINA 2 donde me gusto trabajar. Cuando estoy en Hermosillo, me dedico a leer, o me voy o EL SONORENSE a platicar con Enguerrando. A veces llegan amigos, a quienes atiendo y con los que comento sobre tópicos generales. En Ciudad Obregón, lo mismo, cuando voy allá, me reuno con mis hijos, hablamos de sus negocios, de sus familias, doy una que otra vuelta a TRIBUNA DEL VAQUI, y si me visitan amigos, o me invitan a comer, pues voy con ellos. Pero soy enemigo de asistir a fiestas y a ceremonias. . . Entonces, ¿cuál cacique, si ni siquiera tengo residencia fija en un lugar, y me la llevo de Hermosillo al monte y a Ciudad Obregón y otra vez al monte... ¿Cacique de qué y de quiénes y de dónde, pues? Hace una breve pausa y agrega: —"Que les pregunten a los presidente municipales de Hermosillo y de Cajeme, o a sus antecesores, cuándo les he pedido algo, cuándo Faustino Félix, personalmente o a través de alguien, ha tratado de influir sobre ellos. He usado mi autoridad, cuando he ocupado cargos públicos, cuando fui alcalde y cuando fui gobernador, para servir al pueblo, para cumplir con mi deber, pero ese poder siempre lo consideré algo transitorio, confiado en mis manos por el pueblo y por las leyes. Lo que sucede, Jesús, es que la maledicencia y la envidia inventan historias, cuentan cosas que jamás han ocurrido... Pero, falló ellos, los que le dan rienda suelta a su imaginación!. .. ‘°o W)0rtO’ estilo adoptar poses de dictador ni he creído que el poder público debe usarse pora satisfacer caprichos o pasiones personales. Un -funcionario público debe Hegar a su cargo a servir y no a perseguir. ¿Qué majaderías no me dijeron cuando fui candidato? Ahora mismo, me siguien atacando injustamente por razones pasionales vengativas. ¿Y cuándo has sabido que yo tome venganza contra alguien? Quien me ofenda derecho, en persona, como los hombres, que se cuide, pero que se cuide de Faustino Félix el hombre, no del gobernante ni del político. Eso no lo entienden muchos: Que cuando uno está en el gobierno es cuanto se halla más atado para actuar, porque está en un escaparate. ¿ PERSEGUIDOR DE periodistas Y CIUDADANOS? Los que usan el poder público contra sus enemigos personales de Tt- muestran muy poca inteligencia, porque se exhiben. Hay mil ejemplos de personajes que cayeron precisamente por eso, por no saber contenerse en sus pasiones y en sus instintos. PREGUNTA: ¿Y con Jo« periodistas? ' RESPUESTA: Jesús Corral Ruiz dijo que yo lo había perseguido, pero es falso. El solo se fue a México, autoexiiiado, y allá él. También es falso que presioné, como gobernador, para que le quitaran los anuncios. Jamás hice eso. En cambio, sí ordené que no se le diera publicidad del Gobierno del Estado. ¿Por qué iba a dárselo a quien todos los días insultaba a la administración pública y a mí en lo personal? En cuanto a Healy, que tanto tne ataca, que diga cuándo lo molesté siendo gobernador. Y lo mismo con todos los sonorenses, Jesús. A todos los traté con respeto. Jamás autoricé auditorías caprichosas y éstas sólo se hicieron cuando la Tesorería consideró que había situaciones sospechosas, anómalas, que indicaban perjuicios para el Fisco del Estado. TERCERA PARTE PREGUNTA: Faustino: ¿Qüó opinas del mote de cacique do Señora, que te adjudican aigunco periódicos y ciertos políticos? RESPUESTA: Faustino Félix sonríe y dice: "No veo porque pueda considerarme cacique. Hasta el diccionario dice que cacique es el que ejerce excesiva influencia administrativa o política en determinado lugar. Yo no ejerzo influencia alguna ni la busco. Te hablé ya de mi trato con los gobernadores y de mi actuación en la política. Me interesan los problemas de mi Estado, porque quiero a Sonora y mientras viva me seguirán interesando y si a eso le llaman hacer política,.pues la seguiré haciendo. Pero cacique es el que mangonea, el que manda, y yo no mangoneo ni mando en los intereses de ninguna y mucho menos de alguna ciudad o alguna región y todavía menos, del Estado de Sonora. La mayor parte de mi tiempo la paso en el monte, donde me gusta estar. PREGUNTA: Se ha asegurado, en mi opinión equivocadamente, porque quienes lo hacen confunden tu período de gobierno con el del licenciado Luis Encinas Johnson, que en tu administración perseguiste a muchos periodistas y ciudadanos... ¿Es cierto eso? RESPUESTA: En el sexenio .... 1967-1973 no se persiguió a nadie en Sonora. Al contrario, y tú fuiste testigo de los hechos, me esforcé por hacer un gobierno de conciliación y de unidad con los sono-renses y afortunadamente lo conseguí. Precisamente, por las condiciones dramáticas en que me hice cargo del poder, yo traté de atraerme a todos los grupos y creo que logré ese propósito, salvo las naturales excepciones. La prueba es qué a mis contrincantes por la gu-bernatura, que consideré adecuados para ayudarme, los llamé pidiéndoles que aceptaran importantes cargos públicos. A algunos de los que me atacaron lealmente como candidato, los llamé también a colaborar conmigo. ¿Tú te enteraste de que yo perseguí a alguna persona? Creo que no. Al contrario, hice buenos amigos de muchos de mis enemigos. Nunca ha sido mi 06LA§ PE^SECUCO©NES FM©N ©E ©W© SEXENIO99 PREGUNTA: ¿No hubo privilegiados, pues, ni "perros con rabia" para tu gobierno? RESPUESTA: Ni lo uno ni lo otro, Jesús, sino, como diría Manuel Bernardo, todo lo contrario. Por ejemplo, hubo algunos notarios públicos que en la campaña estuvieron totalmente en mi contra y, sin embargo, como gobernador, me preocupé porque se promulgara una nueva ley del notariado, que fue considerada entonces como la más adelantada en la materia en México y, además, ordené que ya no hubiera "notarios consentidos" a quienes se les daban todos los trabajos de escrituras relacionadas con actos del Gobierno del Estado, sino que los trabajos se les dieran equitativamente, por lista, a todos ellos. Es decir, se hizo una relación de todos los notarios públicos, y por orden alfabético se les iban encomendando los trabajos. En cuanto al comercio, sucedió lo mismo: Ordené que las compras del Estado se hicieran también sin preferen cias. Que se le comprara al comercio que le diera más barato al gobierno del Estado. En mi sexenio no se constituyeron sociedades anónimas para hacer negocitos sucios. Los dineros del pueblo hay que cuidarlos. Además, a mí me enseñaron desde niño y los golpes de lo vida me confirmaron en esa disciplina, a ser ahorrativo. Si con le mío he sido siempre muy cuidadoso, con mayor razón con lo ajeno. Además, con lo que se ahorraba en las compras, con las comisiones, que en algunos casos se las embolsaban los funcionarios o empleados se hacían obras públicas de especial importancia: Las obras públicas se otorgaron por concurso invariablemente. En mi gobierno, en fin, no hubo distinciones para nadie ni abusos contra nadie. Traté de darle su lugar a cada quien. Y se los dije a todos, a los que se consideraban mis enemigos, "este es