Foro
Verónica González
del 3 al 9 de octubre de 1997 / 21
Más de María Jesús...
*	La vida es una rosa y yo sólo la deshojo.
*	Entre la docencia, la trova y... ¡la poesía!
TIJUANA. B.C. (FORO).- "La literatura es música para el alma” dice María Jesús Maldonado de Lugo, una mujer que define en su escritura la sencillez de la literatura, según sus propias palabras. "Yo escribo pensando en poesía para niños, en llevar un poco de conocimiento a quien no es culto y quien sí lo es".
Así, en sus ocho'' décadas de existencia siempre ha tenido un objetivo bien claro: Servir a la comunidad y dejar esencia de su sentir.
Autora de seis libros (Pétalos de rosas, Pétalos de rosas II. Arrullo infantil, Gotas de amor. Destellos del alma y Más de María Jesús) que tienen como musa principal la infancia, la naturaleza, la vida.
Presentó el pasado miércoles primero del mes en el Café Literario "De la mancha" (en
la colonia Cacho), su más reciente libro titulado "Más de María Jesús...poemas, cuentos y cantares", ante un nutrido y selecto grupo de invitados, atendidos gentilmente por Adilú, su hija.
Maestra de primaria durante 34 años, hoy jubilada, nacida en Campeche pero radicada en Quintana Roo y en Yucatán, explica que siempre ha amado al arte porque "desde muy pequeña empecé cantando trovas yucatccas en la XEZ de Méridá, (donde) interpretaba composiciones de los grandes cantautores de la época dorada de la trova como Ricardo Palmcrin, Guty Cárdenas y Pepe Domínguez de quien fui intérprete exclusiva; obtuve la oportunidad de ir a la XEW en México pero decidí casarme y dedicanne a la docencia; ahora sólo escribo y plasmo lo que veo en la naturaleza, en los niños, en la vida".
La maestra y poetisa María Jesús responde a FORO sobre la edición y distribución de su última obra: "Mis cinco libros anteriores los he promovido yo misma, hasta en Europa cuando voy de viaje me los llevo y de mano a mano los regalo. Con 'Más de María Jesús1...fue distinto todo, pues mi hija Adilú (Lugo de Avila) es mi editora, ella se encargó de diseñar desde la portada a la contraportada de este libro y ahora sí vamos a tener presencia en el comercio, desde librerías a cafés literarios, etc.".
Por último dijo que ella admira a la juventud y que el mejor consejo que le podría dar, es que cuando se fijara una meta, en lugar de estar buscando estimulantes para realizarla, sólo hay que concentrarse en lo deseado y no desfallecer hasta lograrlo; "el mejor incentivo es la vida" puntualizó.
<? 1
i
Lie. Jorge Esparza Luna
Anecdotario forense
La Lie. María del Refugio González insiste en que, como todas las culturas, las que se asentaron en lo que hoy es el territorio de nuestro país, se valieron del derecho para organizar su sociedad y para dirimir sus controversias. El orden jurídico de los antiguos mexi-canosse hallaba profundamente vinculado a la cosmo-visión de los pueblos que lo hacían posible. Sin embargo, hay indicios claros de una incipiente secularización del derecho, tanto entre los mexicas como entre los mayas, lo que habría, poco ante de la irrupción española, llevado a la existencia de una administración de justicia' desvinculada de la religión. Poco es lo que sabemos riel papel de los conocedores del derecho en la época prehispánica, aunque puede conjeturarse que habrían desempeñado funciones semejantes a las que sus homólogos cumplían, en el tránsito de la monarquía a la república romana. De cualquier manera, no fué mucho lo que en materia jurídica sobrevivió a la conquista.
Con los conquistadores y los primeros pobladores vinieron los abogados, a pesar de la formal petición de Hernán Cortés al rey de que no les permitiera que vinieran a estas tierras. En la Nueva España, los conocedores del derecho se fueron haciendo necesarios a medida que avanzaba la colonización y los pobladores antiguos y nuevos comenzara a relacionarse, poco a poco se fueron creando las condiciones que harían impostergable la formación local de estos señores, lo que se consolidó con la fundación de la Real Universidad en 1551, donde como nos lo recuerda el Lie. Jaime Palafox Toscano, se dictó la primera cáte
dra de derecho el 12 de julio de 1553.
De ahí que siglos más tarde se instituyera como el Día del Abogado, precisamente el 12 de julio.
Armando Ayala Anguiano relata en su libro "México de carne y hueso II (Vida de los gobernantes)" que Antonio López Santa Anna decretó que se pagara un impuesto por cada canal de desagüe y por cada puerta y ventana que tuviera cada casa y puso a la venta los títulos de médicos y abogados.
La tradición de que los presidentes medren con los negocios públicos antecede a la Constitución de 1917, que es la que está en vigor. En el siglo pasado, el dinero sacado de las arcas públicas por Antonio López Santa de Anna, representaba sumas tan elevadas que todavía en 1860, cuando estaba exiliado en la isla antillana de St. Thomas, el caudillo pudo mandar construir un palacio que a la fecha sigue admirando a los turistas, quienes también reciben del guía la noticia de que el ex-presidente mexicano gastaba tanto dinero que, cuando abandonó su refugio, la isla cayó en una aguda crisis económica.
Y la fortuna legada por Porfirio Díaz permitió a sus descendientes vivir con gran comodidad en Europa durante 30 años. De los presidentes "emanados de la revolución", lo más sorprendente son las excepciones Adolfo Ruiz Cortínes y Adolfo López Mateos tenían capitales muy modestos cuando dejaron el poder.
Cuando Porfirio Díaz fué presidente, su señora le
pidió que interviniera en el, para ella, escandaloso caso de un cura que desde el púlpito venía frecuentemente negando la existencia de la virgen de Guadalupe.
El anciano dictador,que en todo se metía, aunque no fuera de su incumbencia, llamo al sacerdote y le pregunto si era cierto lo que se decía de él.
Él cura le dijo con todo valor que sí era cierto y que ello se debía a que no creía en "apariciones".
Entonces el sátrapa dictador le preguntó, tomándolo fuertemente del brazo:
-¿Pero sí crees en "desapariciones", verdad?
Comprendiendo el sacerdote lo que le quería decir el militar oaxaqueño, se despidió respetuosamente y se alejó. No volvió a hablar nunca más de la virgen de Guadalupe.
Por desgracia asumió la dirección de la Masonería Mexicana el Oral. Porfirio Díaz, cuya dictadura le costaría al país más de treinta años de sufrimientos. No aceptaba que nadie brillara más que él ni que le hicieran la menor sombra. No perdonó ni a quienes por sus "grados", le ligaban fraternalmente.
"...De inmediato exilió a dos ex-Grandes Maestros,

designándolos Embajadores. Primero a su antecesor, el valeroso y prestigiado Gral. Sostenes Rocha, y des-pués al ex-Gran Maestro y liberal incorruptible Ignacio M. Altamirano, al que mandó a Italia, donde murió..."	"w
Los masones no han podido liquidar su caínismo
deleznable.