Heredad de Dios Son LOS HIJOS ¿QUE ES UN MUCHACHITO? (Continúa da la página 7) imaginación de un Bunyan, la timides de una violeta, la audacia de una trampa de acero, el entusiasmo de un cohete, y cuando fabrica algo parece que tiene cinco dedos pulgares en cada mano. Sus gustos son: postre helado, cuchillos, tierras, Navidad, revistas cómicas, el muchachito de la otra casa, subir a los árboles, agua (en su forma natural), animales grandee, papá, trenes, la mañana de los sábados, y el camión de bomberos. No tiene mucho interés en la escuela dominical, en loe huéspedes, en la escuela, en loe libros sin cuadros, en las lecciones musicales, en las corbatas, en loe peluqueros, en las chicas, en los sobre todos, en los adultos ni en al hora de acostarse. No hay otra persona que se levante tan temprano ni que llegue tan tarde a la mesa. No hay otra persona que disfrute como ti de loe árboles, de los perros y del aire libre. No hay quien no pueda encon trar en los bolsillos de un muchachito un cuchillo herrumbroso, una manzana medio comida, un metro de cordón, una bolstta rada de tabaco, dos caramtiltoe de goma, seis centavos, una honda, un pedazo de substancia desconocida, y un anillo de superman. Un muchachito es un ser mágico que ee le puede mantener fuera del taller de uno, cerrando éete con llave; pero no se le puede mantener fuera del corazón. Se le puede alejar del escritorio; pero no ee le puede alejar del pensamiento. Es mejor rendirse ante ti; ti ee el conquistador, el carcelero, el amo y señor; es un bultito de ruido con carita pecosa y tamaño diminuto que corre tras el gato. Cuando uno llega de noche al hogar, con las esperanzas y los anhelos deshechos, ti los remienda con dos palabritas mágicas: "iHnla. papá!” EL ADOLESCENTE Y SUS PADRES (Continúa de la página •) Una de las mayores bendiciones que ha dado Dios al hombre y a la mujer unidos en matrimonio, son los hijos. “Heredad de Dios son”. Esta rica bendición de Dios trae aparejados responsabilidades y deberes, entre los cuales hallamos éste, que es primordial en todo hogar: instruir al hijo en la ley de Dios. En Deuteronomio 4:10 encontramos esta exhortación: "lai enseñarán a sus hijos", es decir, que el padre cristiano tiene un deber impuesto por Dios de enseñar a guardar y cumplir esta ley. Esta enseñanza que los padres van impartiendo paciente y constantemente con la palabra cariñosa pero firme, con el consejo sabio, con el ejemplo de una vida esforzada en la lucha, con el ejemplo de una vida sin renunciamientos, pura, fiel a su Dios y a su causa, formarán en el niño un carácter recto; sabrá él que amar y guardar la ley es llevarla en el corazón, es atesorarla como la joya de más alto valor, es protegerla, es gozarse en ella, es caminar en ella, es hablar de ella, es como dice el profeta Malaquías: "acordarse de ella.” El niño sabrá también que el amar y guardar la ley es cumplirla; reconociendo a Dios como el único Dios verdadero, padre de todos, fuerte, omnipotente, eterno, y a su Hijo Jesús como el Salvador de su alma. Honrará a sus padrea, no mentirá, no levantará falso testimonio, santificará el Dia del Señor, amará a su prójimo, amará a sus enemigos y orará por ellos. El niño sabrá que amar y guardar la ley es galardón del hombre bienaventurado que ha puesto su fortaleza en Dios, sus pies en loa caminos de Dice y su vida consagrada al servicio de Dios. El niño crecerá como "árbol plantado junto a arroyos de agua”, su vida será lozana y fresca, un verdadero canto de alabanza a Dios. Los padres tienen una gran responsabilidad sobre la vida espiritual de sus hijos, pero los cristianos tienen una ventaja sobre los que no lo son, y es que tienen una guia, que es luz en el camino, que es pura, que sacia el alma, que es fiel y verdadera, que es viva y eficaz, que es espada de dos filos, que no puede ser quebrantada jamás; esa guía es la Palabra de Dios; en ella encontrará las riquezas de su ley, cómo guardarlas y cómo anunciarlas. El padre lucha, se esfuerza, sufre, algunas veces llora de angustia y en ocasiones se goza en secreto de sus triunfos; pero siempre queda la gloriosa esperanza que de su trabajo saldrán frutos para la honra y la gloria de Dios. asuntos en que intervienen emociones tan fuertes? Los padres sabios buscarán la ocasión favorable para discutir cada uno de estos problemas. Escucharán cortés e Impardalmente todas las peticiones, y después de una debida consideración decidirán serena, pero firmemente lo que debe hacerse. Para que este método sea eficaz, los padres deben resolverse a mantenerse firmes. Estarán sujetos a una andanada de argumentos, súplicas, lágrimas, emenevee y hasta rebellón franca. Cualquier adolescente del Siglo XX puede hacer uso de estas armas para luchar contra lo que ti considera padres Injustos e irrazonables. A menos que los padres puedan soportar y hacer frente a estas tácticas, es mejor que no Intenten esto como la manera más segura de mantener la armonía con sus hijos adolescentes. Pronto caen en la cuenta Loe jóvenes no son tontos. Y están luchando por algo que ellos están seguros que por derecho les pertenece. 81 los muchachos pueden lograr que los padres cedan en cuestiones de principio, las cosas empeorarán cada vez más. El adolescente descubre pronto que todo lo que necesita para lograr que los padres cedan es EL HOGAR CRISTIANO portarse persistentemente de manera desagradable. "¿Qué hemos de hacer?” dicen algunos padres preocupados, “cuando loe muchachos no quieren hablarnos, ni comer, o cuando nos enwmewan con huir del hogar, y hasta con cometer suicidio? ¿Qué podemos hacer entonces?” Esperar y dejar que los rebeldes den el siguiente paso. Pocos adolescentes se huyen de la casa, ti es que se huyen. Están demasiado acostumbrados a aceptar el sostenimiento y recibir dinero para gastar. Por lo general, lo del suicidio es sólo una amenaza, excepto en casos comparativamente raros de rebeldía patológica donde se presentan otros síntomas significativos. El adolescente casi nunca cumple sus amenazas. El ambiente por lo general es mucho más agradable cuando se han declarado firme y serenamente los principios básicos. En lugar de convertir en enemigo al muchacho, esta determinación evidente de sostener lo que las dos generaciones reconocen como recto, mejora en gran manera las relaciones. A todos, jóvenes y viejos, nos gusta gozar de libertad; pero (Pasa a la página 19) 17 IL HOGAR CRISTIANO