EL PURGATORIO Y LOS SUFRAGIOS 9 otra triunfal vindicación de la venerable antigüedad de esta doctrina católica. La Iglesia de Oriente y la de Occidente estuvieron unidas felizmente hasta el siglo IV-V, tiempo en que las herejías de Arrio, de Nestorio y de Eutiques apartaron millones de almas del centro de la unidad. Los adeptos de las sectas que nacieron de aquí llevaron los nombres de sus fundadores, arrianos, nestorianos, y eutiquianos, y desde aquel día hasta el presente aquellos dos últimos cuerpos han formado comuniones distintas, y la Iglesia de Oriente está separada de la Iglesia Católica, como lo están los protestantes en Occidente. La iglesia cismática griega, de la que forma parte la actual iglesia ruso-griega, siguió unida a la Sede Romana hasta el siglo IX. Pero las iglesias orientales, al abandonar la Católica, retuvieron las antiguas Liturgias, las que tienen hoy en uso, como me propongo demostrarlo. Durante mi permanencia en Roma en el Concilio Ecuménico Vaticano, consagré una gran parte de las horas de descanso al examen de las varias Liturgias de las iglesias cismáticas de Oriente. Hallé en todas ellas fórmulas de oraciones por los muertos casi idénticas a las del Misal romano: “Acuérdate, oh Señor, de tus siervos que se han ido antes que nosotros con la señal de la fe, y duermen en paz. Te suplicamos, oh Señor, que concedas a aquellos y a todos los que reposan en Cristo, un lugar de descanso, luz y paz, por Jesucristo Nuestro Señor.” No contento con estudiar sus libros, conversé con los Patriarcas y Obispos Orientales, que están en comunión con la Sede Romana, pertenecientes a los ritos armenios, caldeos, coptos, maronitas y siriacos, y todos ellos me aseguraron que los cristianos cismáticos del Este entre quienes ellos viven, ofrecen sin excepción, oraciones y sacrificios por los muertos. Ahora, pregunto, ¿cuándo comenzaron aquellas sectas orientales a adoptar la práctica católica de-orar por Tos muertos? Ellos no pudieron recibirla de nosotros a partir del siglo IX, porque la iglesia griega se nos separó en ese tiempo y la comunicación no ha vuelto a reanudarse sino en unos cortos intervalos en el siglo XII. No pudieron adoptar dicha práctica desde los siglos’ IV o V, puesto que loe arrianos, nestorianos y eutiquianos no han tenido co--municación religiosa con nosotros desde aquel tiempo. Así que en común con nosotros, ellos recibieron esta doctrina de