Núm. 10 Tom. II, _______________________ Saltillo, Mayo h> de 1SS0. _____________________________________ _________________ Organo de la Sociedad “Juárez.” _________ ____ Destruid la libertad de imprenta, y desparecerá la gloria humana de sobre la tierra. ChuteuuVriewl. _____________ ______________________________________________________________________ ____ Administrdor, Tomás Berlanga. ___ Redactor en jefe, Miguel Cárdenas, CONDICIONES. po. se ánima el insecto microscópico qre revolotea 3 ' "! sobre las flores, y el giütinte cetáceo que cruza las Este periódico se publica el 1 ? y la de cana mes. ; inmens¡fla(les f]ej océano, crece la diminuta yerbe- Suscncion mensual adelantada: 12A centavos en esta» , . nnmnlmih aupíim ríe capital, y 18". fuera, franco de porte. '■ fiH'-i op ¡a tierra: y se remonta á los aires el aguda V de esta Imprenta y on ht mismn administración. KEnÁCCION: Los mienibros de la Sociedad. iol condor. / u El Sol, ese astro primoroso que nos deslumbra, (*s el mismo que engalana n la naturaleza con- sus poéticos encantos, el que pinta á las nubes de púr-___ pura y de grana, el que presta al iris sus colores y trasformá las nieblas d<> los mares en perlas de ; rocío* a cular la sangre en nuestras venas, desarrolla núes- ? ________ ___ ____ ____ tro cerebro y tal vez... obrando sobre nuestro *- sistema frenológico, dispone a nuestra alma á te* ____ ________ ner bellos pensamientos y sublimes concepciones.. Cdh rázon los antiguos antes dé poseer la idea j sublime de la divinidad, consideraron al Sol como el autor de la naturaleza y le erigieron magníficos altares y suntuosos templos, tributándole culto y-» adoración. Allí están los antiguos caldeos adoran* do al sol bajo el nombre de Beto, los egipcios llamándole su dios fMn.^ los jiersas su divinidad mlz(l y ahí, en fin, contemplamos á los guerreros _____ romanos ofreciéndole sacrificios, ya bajó el -nombre de Febo. de Ajwlo v de Titán. ■ • Pero si el Sol fúé para la humanidad? ¡jasada la suprema divinidad; para nosotros no es mas que-__________ una obra ir rá iid i osa y sublimé, én la cual aumira-, uuau.v. ¿3 los miíí¿nes‘ do níos lu grandeza de Dios, la magnificencia de su mecen cadeuéiosamente en los espa- poder y lo infinito, lo inmenso y perfecto de su sa.; biduría. .i . •s i vi» \ l-y; Cualquiera, que sea el estudio que hagamos^del • ir el firmamento, que'nos alumbra Con su ! Sol. ora lo consideremos como un cuerpo geométri- - - ’• ¡-Ico o como un agente físico, ya lo miremos como un» combiiméioit química o simplemente como un astro del universo, lo tendremos siempre como una de> las niaravillas mas asombrosas de la creación. Én efecto, si consideramos su magnitud nos sorprende lo grandioso de su esfera: un globo: gigantesco, enorme, dolado de fuerzas prodigiosas, sobre Í^ÁETÍCULO 3 ? DE NUESTRO , Reglamento;—La Sociedad no prestará sn apoyo á ningún partido político; quedando prohibida en su seno toda discucion do tal na-turaleza.“i©a! 1 ‘ .EDITORIAL EL SOL .• ¡Sol! oye: si mi mente ’ Alta revelación no iluminara, En mi entusiasmo ardiente, ,.... ^tq rey de astros, adorara» Heredia. He aquí al astro csplcndóróso del din» la aiitor-clm re fu luiente de los cielps cuya brillante claridad ofusca nuestras miradas, sin dejarnos entrever al travos de sus radiantes fulgores 1 mundos que se me< CÍOS ’ J Mirad, esa bola luminosa que vemos todos los días sumir . . . r . luz, qne nos eálienta con sn calor, es la que da vi-!