LA VIOLETA^ '3115 todo lo podría lograr con el metal dorado. Un día conoció á Laura y prendado de su espiritual hermosura se pro puso aumentar el número ya crecido de sus conquistas. La inocente nina guiada por los generosos sentimientos de su corazón dió oidos á las protestas que Abelardo le hiciera y le amó con toda la fé de su alma y la sublimidad de su primer amor. 1IL ¿Fué feliz Laura en sus amores? ¿consiguió el ideal que perseguía? en parte si, después de la inmensa sa tisfaccion que esperimentó al amar c-on toda la elusion de su alma, en Abelardo se operó un cambio radical, cosa estraña; pero así fué: hasta entonces solo había encontrado amo res fáciles, jóvenes lijeras y coquetas tan volubles como él, y al ver la diferencia que existia entre las primeras y la última, al comparar el candor y la inocencia de Laura, vió que les aventajaba esta y se interesó formalmente por ella aunque no con el amor de que era digna. Para ciertos seres es imposible dar cabida á las pasiones nobles; pero sí la consideró como la mas á proposito para darle su nombre y hacer la guardadora de su honra. ¿Y en cuánto á su cariño? nada importa, bastante fué con hacerla su esposa, cual si con esto estuviera compensado el amor de la mujer. Con rodearla de comodidades y hacerla reina del lujo y de la moda, creyó Abelardo haber cumplido con sus deberes de esposo; cuidándose muy poco de corresponder al ciego cariño que le profesaba su idolatrada esposa. A Laura no le satisfacia tal proceder, de elevados sentimientos y alma apasionada mas finos y sublimes de los que adunaban en su compañero, empezó á decaer su espíritu al sentir el abandono de que era objeto por el Ídolo de su alma,y murieron lasilusio nes de su soñadora fantasía al ver las realidades de la vida. Su alma cándida é inocente, despertó á los continuos desordenes de su esposo y se hirió de muerte. No pudo por mucho tiempo soportar las descepciones de que era víctima y murió en la flor de su juventud. ¿Y Abelardo? jamás comprendió ser el asesino de su cara mitad; siguió sin freno por la senda que se trazan la mayoría de los jóvenes que viven en una sociedad viciada sin lograr su co rrectivo jamás. Delia. Monterrey, Mayo de 1894. ACUERDATE DE MI. Cuando la luz de la fulgente aurora de tu alcoba penetre en el recinto, y las aves cantando te despierten; / Acuérdate de mi! Cuando eleves al cielo tu plegaria, y cuando el aura bese tus mejillas con su perfume delicado y suave; ¡Acuérdate de mi! Figúrate que rauda te conduce, los ardientes suspiros que te envio, y que te lleva entonces mis palabras. ¡Acuérdate de mi! Refugio Guzman. Tingambato, Abril 9 de 1894. "El Centinela.” ----c-o-e---- Zaragoza no ha muerto, vive en el corazón de los patriotas mexicanos. ¡Honor y gloria á los héroes de la segunda independencia!