Soldado, lireee* 4d teaw * ewjww fMar* .. AL DERREDOR DEL MUNDO.. LA LECCION DE LOS MAESTROS Las clases . todas de la soríedad Francesa parece como que están animadas por un deseo inmenso de emulación patriótica. Ya hemos hablado del clero; muy pronto sabrán nuestros lectores, por artículos expresamente escritos para ellos, la hcruíza actitud del Foro y del Cuerpo co. asi como el beMo ejemplo de todas las virtudes que ha puesto en e>ta. guerra la mujer francesa. Hoy son dos maestros de escuela el Teniente Malavieiile muerto de un balazo en la frente, y el soldado Mar cel Evenon. asimisnu) muerto. <|uié-ncs en las dos cartas-que a continuación publicamos dan con su tranquilo heroísmo, una hermosa lección de amor a la patria. El teniente Malavieille escribía a su Padre: “Mañana es el día designado para que mi compañía tome parte en el asalto, y como no ¿abe uno lo q«e puede suceder, he querido deciros adios a todos, antes de lanzarme en lo desconocido-— Padre, estoy tranquilo. muy tranquilo. Iré como siempre he ido. Si caigo, confórmate, porque habré muerto como buen soldado. y todos podréis acordaros de mi sin rubor______La causa por la cu?! combatimos, vale bien la pena de morir por ella.” El soldado Marcel Evenon e^rí-bía a su Padre, asimismo maestro de escuela, y a su Madre: "Querido Papá, querida Mamá: esevre a »í baílase placer en ver 4e t* oficial de órdenes. Es ri 4r>e*iwíf> moral que tiene sobre ««* wettvfw* tropas, que estoy se-q*e <1 áta c* que se nonía a la eha# estamos todos sin dispuestos a seguirle y ca-Nwim *#*w< bayonetas_________________________ Hace alguna» semanas se cumplió td eewimarío de haberse entregado *p#j4eó* prisionero al Capitán del Keíleropk^m. En Inglaterra, según rumia* be crónicas, pocos creyeron L arostumbfador como esta- ba* a los cwards respecto al grande hombre, Cn solo periódico de la épora 4w> cuenta nueve veces de su zurríe. La primera vex murió en la basaHa del Dnieper, en donde recibió tó su Poco frezar eí Moscova y otea en Moscow, r*v cayó en una cisterna. En la rt-iit»*. de Moscow, fné estrangn-en su propia tienda de campaña. d$a* después quedó sepultado •t fa iumiiHa estepa cubierta de nieve Finalmente llegó a París, en donde so» súbditos, exasperados, lo lyn-rbaro* íy perdónese el anacronismo) ruatro diferentes.