Es muy claro nuestro llamado a llevar el amor de Jesús a todos — "en Jerusalem, y en toda Judea, y en Samarla. y hasta lo último de la tierra." Nuestro Señor dejó en nuestras manos las almas perdidas clamando en la obscuridad: y el dejarlas sin ayuda es peor que dejar a un niño herido gravemente en la calle sin prestarle ayuda. Las semanas de oración de la Unión Femenil, una por la patria, otra en diciembre por el mundo entero son los mejores tiempos para esforzarnos. En estos tiempos nuestras oraciones y nuestras ofrendas se juntan con las de muchas otras, y con ellas el Señor puede hacer Grandes Cosas. Sirviendo unidos con otros podemos ver hospitales construidos, seminarios empezados. y mas que todo, almas entregadas al Señor. Grandes cosas, porque Dios toma muchas ofrendas — pesos, soles y dólares, etc., y los junta en una ofrenda enorme. Cuando miles de cristianos oran muchos nuevos creyente.-nacen, y el dinero se distribuye tan bien que aun los que han dado poco tienen una parle en todo. ¿Tiene usted miedo de que una parte de lo que usted da se pierda? ¿O que se gaste mal? No se preocupe. El que cuida todas las ofrendas es Dios, y él no pierde el informe de ningún centavo. ¿Se recuerda lo que dijo Jesús de la viuda? El no va a perder el dinero de usted. En vez de preocuparse. ¿por qué no ora que Dios bendiga su ofrenda? El que escondió su talento seguramente se avergonzó cuando vio que su compañero con diez había ganado otros diez. Grandes cosas habían pasado. Para tomar parte en las grandes cosas del Señor nos va a costar sacrificio. pero cuando hay nuevos cristianos por los esfuerzos de nosotros, los que reciben más profunda alegría somos nosotros mismos que hemos trabajado y nos hemos sacrificado con ese afán. Somos como padres que ven a sus hijos salir con éxito, no importa lo que haya sido el costo. Quiero contarles cómo he llegado a estas convicciones. Desde el principio de la obra bautista en el Perú hemos observado la en las Remanas c)e Oración Maria Lillian de Harris, Arequipa, Perú (Dramita de Navidad) Antonio Almudévar, Barcelona, España Semana de Oración para Misiones Mundiales en diciembre. Los primeros programas fueron muy sencillos porque no teníamos material en castellano. pero pasamos unos momentos lindos sintiendo el poder de las oracio-n?s unidas. Unos diez años han pasado: algunas de las señoras que asistieron a esas reuniones ya se han alejado de la iglesia, pero creo que este tiempo no fue perdido para ellas; al contrario, creo que por nuestros esfuerzos fueron bendecidos otros en el mundo, pero especialmente nosotros mismos. Quizá la bendición más grande de esta primera semana de oración en el Perú fue para mi propio corazón. Era la primera vez que yo tomaba parte activa en uno de estos programas. y fue plantada una perla de mucho valor en mi corazón. Yo, la misionera. quizá recibí más ayuda que todos. Pasamos un tiempo después en los Estados Unidos. Llegó la primera semana de diciembre y me dieron una pequeña parte en el programa de oración Carlota Moon. En estas noches yo observé especialmente a la presidenta cuando dirigía. Tan consagrada es la Señora Vernie Kirby, de Carolina del Sur. que si ninguna otra persona hubiera asistido, ella sola habría tenido el programa cada noche, y habría mandado su ofrenda.