---------------------------------------------- E L S E M 13 B A I) O R ----- EL SEMBRADO R “QUE E S DECIR ADIOS!” 'ftieíúti Haés^ec)es c)e los ^embia^oies c)e Ümistac) c)e TTlonte’i’ievi, Distinguidos Diplomáticos del Canadá. • 99 Sr. Christopher C. Kbert. Segundo Secretario de la Embajada del Canada. Sr. Arthur Worden Evans Secretario Comercial de la Embajada del Canadá. EL SEÑOR licenciado Alfonso Rubio y Rubio, dijo en una sesión-comida de los Sembradores del Club de Monterrey, su poema ‘‘Qué es Decir Adios” que le fue muy aplaudido y que publicamos inlegro para solaz de nuestros lectores. Dijo asi el señor Lie. Rubio y Rubio: Quiero explicar con unas cuantas palabras previas el sentido entrañable y recóndilo de lo que aqui voy a decir. Explicación que, en todo caso, ha de justificar a vuestros ojos la inusitada y tremenda osadía de colmar un tiempo de vuestra atención con la totalitaria y maravillosa vivencia de la propia vida. Pero es que aqui se me ha invitado como poeta y con esa personalidad ambigua y extraña me presento ante vosotros. Y. ¿qué se puede esperar de un poeta sino la ofrenda generosa de su timidad? ¿qué sino el crista] taumaturgo a través del cual se mira un universo distinto, más hondo, más real, más bueno y más bello? Yo recuerdo que cuando mis ojos aun conservaban la novedad del estreno de esta ciudad vuestra, el maestro Gómez Morin, al presentarme, señalaba al mismo tiempo mi puesto y mi tarea en la sociedad regiomontana. Decía el maestro en ese tono familiar con (¡ue se trata a los Íntimos: “Alfonso viene a adquirir la disciplina del esfuerzo, a palpar y a vivir la fecundidad del trabajo; pero, como poeta, viene anibi;n, tal vez, a dejar caer en las pupilas laboriosas una brizna de ensueño". De entonces a esta hora, yo—lo digo sin reticencias y sin propósito de halago he adquirido de Monterrey el cabal cumplimiento de la promesa: la con-ciente y fecunda disciplina del estudio, el sistema y el orden de la actividad y del esfuerzo. Reconozco emocionado mi deuda. Y es precisamente este reconocimiento y la conciencia de la gratitud que para Monterrey siento, los (pie hacen que cale mucho más hondo el sentimiento de no haber dado todavía a esta ciudad la realización de mi propia promesa. Ya sabéis pues, ahora, cuál es el sentido recóndito de lo que os voy a decir: comenzar a pagar, en la medida de lo posible, la deuda que con vosotros tengo, dándoos una moneda inestimable, la brizna de ensueño, símbolo y flor de intimidad donde se encierra lo que de sublime y de mejor tiene el alma: el sentimiento a través del cual se filtra en el espíritu la verdad del Universo. Perdonad esta obligada explicación tanto más necesaria cuanto que ha venido aumentando mi duda acerca de la eficacia de mi poema para despertar en vosotros las alas del ensueño. Sé ahora, empero, con seguridad, (pie en él encontraéis, por lo menos, la rectitud y pureza del propósito. Realmente me conforta pensar (pie esc valor es en si mismo indestructible. Porque, en último término, la responsabilidad del hombre termina, ahí donde se cierra el límite de sus capacidades, cuando la obra se ha emprendido con generosidad superabundante. El poema (pie sigue, como todos los poemas líricos, es fruto del amor. Va en él la sobrecarga emocional del espiritu puesto en un momento cuyo símbolo es el lenguaje de un añílelo (pie se agita en el aire y de una lágrima (pie cae sobre el pecho contristado. Es el momento de la “Despedida", cuando el amor se siente herido por el dolor de la separación frente la cual no sabe en principio si se resolverá' al cabo en el júbilo del regreso y del encuentro. En la hora (pie gustéis... Tiempo (pie se puebla con soledad... Soledad en la (pie tiembla el sonido de la palabra última: “Adiós”. ¿Qué es decir Adiós? No se trata de dar una definición con-ce- t'ial. problema de lógica y en todo caso. rompecabezas de gramáticos sino de '■cscubrir la significación total, el con-junlo de experiencias (pie en ese acto se enciera. ¿Qué es decir Adiós?