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Y los carceleros de Doftana no se limitaron a aplicar aquí estos tormentos, "sino que con todo refinamiento observaban los resultados de cada uno de ellos, comunicándolos a las principales prisiones en Europa y América. “Los archivos de aquellos viejos carceleros, nos dan cuenta del gozo que experimentaban cada vez que hacían sufrir a un prisionero con un nuevo tormento". L'L TORMENTO DE LOS PIES HELADOS ZIl tormento de los pies helados es íb*~cr: to por Mateen como uno de los más crueles, y tomando los informes de los carceleros, de los archivos de la penitenciaría, escribe: “Sólo a los criminales directores de la penitenciaría de Doftana podía ocu-rrírseles el tormento de los pies helados; solo una diabólica inspiración, pudo ser el origen de este cautiverio, de cuyos resultados—más que de los efectos en la víctima—pudieron hablar con orgullo los carceleros. “El invento de este tormento, según el archivo de la penitenciaría, se debe al doctor N. H. C., quien murió trágica y misteriosamente en 1921. “El doctor N. H. C., había hecho notables estudios sobre las enfermedades mentales y nerviosas, especialmente entre los habitantes de las prisiones. “En 1912 fué invitado por el gobierno de Rusia para hacer una investigación de carácter científico entre los millares de reos políticos confinados en Siberia; los estudios del médico rumano causaron gran sensación entre los psiquiatras y criminalogistas, ya que confirmaron algunas teorías de la famosa escuela italiana de Lombroso. “Pero en ese entonces el doctor N. H. C., aprovechaba sus estudios para el desarrollo de la ciencia y no para aumentar las desgracias de los infelices recluidos en las prisiones. “Durante los años de 1919 y 1920, cuando el gobierno de Rumania se vengaba atrozmente de los llamados espías de la guerra, y cuando el partido campesino abusaba de su poder político, el doctor fué enviado a Doftana, para estudiar las características de los ahí detenidos. “Pero el médico no se conformó con llevar a cabo sus estudios científicos, sino que a insinuación del director Mo-neski enseñó a los carceleros el tormento de los pies helados. “Es éste el tormento que según los resultados obtenidos, aniquila fácilmente el sistema nervioso del individuo más fuerte. “Sólo basta hacer dormir al detenido con los pies desnudos y expuestos al frío, aun con el resto del cuerpo perfectamente cubierto, para que el sistema nervioso se resienta en poco más de una semana. “Después de la segunda noche, según los resultados anotados por el propio médico en el diario de la prisión de Doftana, el atormentado se empieza a quejar de dolores en diferentes partes del cuerpo; entre el tercer y cuarto día el detenido entra en un constante estado de irritabilidad espantoso y casi pierde la memoria; pero en los siguientes días se produce una reacción sin precedente; recupera la memoria y en lugar de la alteración nerviosa se disminuye a los primeros síntomas de la idiotez. “Entre el noveno y el décimo día el atormentado está vencido. Según los informes de la prisión, mediante este tormento aplicado a la mayor parte de los reos políticos, las autoridades rumanas pudieron estar al corriente de los complots y conspiraciones de los comunistas, socialistas y liberales. “Si los carceleros no quieren conformarse con las confesiones del detenido sometido a tai suplicio, pueden seguirlo sometiendo al mismo tratamiento, hasta dejarlo convertido en un perfecto idiota. “Los informes de la prisión, anotados por los carceleros aseguran que los reos sometidos a este tormento no tienen sufrimiento alguno, ya que sin que se den cuenta unos cuantos días bastan para convertirlos en seres inconscientes". LA CREACION DE ENFERMEDADES Según Matecu, de los mil trescientos reos políticos que se encontraban en Doftana a principios de 1919, cerca de quinientos 'fueron puestos en libertad cuando ya se encontraban en completo estado de idiotez. Pero no era éste el único tormento al que eran sometidos los reos políticos. El mismo médico cuyo nombre se empeña Matecu en ocultar, se encargaba de producir enfermedades diferentes y terribles a los prisioneros. Escogía el médico—afirma Matecu^* los tipos cuyos cuerpos habían de ser corroídos por el Mal de IAzaro o por la tuberculosis. “Hecha la elección, en los laboratorios de la prisión se elaboraban loa procedimientos para hacer de un hombre fuerte y sano, en unos cuantos meses, un espectro próximo a la tumba. • “Los registros de la entonces temible prisión prueban que en los primeros días do mayo de 1919, ingresaron en los salones 25 y 26 cuarenta y ocho jóvenes pertenecientes a los partidos socialista y comunista, quienes inmediatamente quedaron condenados a morir víctimas de lá*tuberculosis. “Un mes después de su ingreso, los jóvenes pidieron ser cambiados a la enfermería del establecimiento penal. “A los siete meses fueron declarados tuberculosos y enviados a los hospitales, donde fueron muriendo poco a poco". INYECTADOS CON SUERO DE RABIA Pero uno de los más negros crímenes registrados en Doftana, fué el ocurrido a mediados de 1919, cuando dos reos políticos condenados a muerte fueron inyectados con suero de rabia, teniendo el más espantoso de los fines. Este crimen fué el que hizo que ya no solamente en Rumania, sino en varios países europeos se elevaran protestas ante el gobierno rumano, pidiendo que fueran abolidos sistemas tan crueles c inhumanos. Las protestas llegaron hasta la reina María, quien no sólo ordenó que los tormentos fueran prohibidos, sino que hizo que el cciiisejo de ministros votara un acuerdo, por el cual la célebre cárcel quedara convertida en prisión modelo. Matecu, después de haber pasado seis meses en Doftana, escribe: “Donde fué lugar de los más espantosos sufrimientos; donde hace poco más de diez años se había perdido toda noción humana-; donde tantos inocentes fueron inicuamente sacrificados, hoy os centro de piedad y de regeneración. 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