iíuLfcU — 1*4 Dios Protege a los Insectos Ventée el «W*A V* Ceteil* 1. * McCevec*1 ,.b*...b* (imite* el sumbído Me era el ruido que oyó Manato •> Mlir el jardín a juntar florea. Miró entre 1* ramae de 1* árbol* para ver d había añí un pájaro que hiciera e* ruido: pero no vio nada Entone* miró por I* caminos del jardín para ver si alguien estaba allí haciendo e* ruido; pero no vio a nadie. Cerca de él había un curioso cajón en forma de casita, y recordó ratone* una ilustración que habla visto de un* abej* "totoe animalitos deben ser abej*", * dijo. Fue corriendo dentro de la casa. “Abue-lita", dijo: "he encontrado una casa de abej* ¿No podríanme entrar en la casita de di* para ve cómo *?" La abue-Uta * puso a reír. “No", contestó, "tomo» demasiado grand* pera entrar en una ca* ten pequeña; pero ve, vemos a sentarnos en el Jardín pare vera 1* abej* y te diré lo que hay dentro de la casita. Esta casita * Dama ‘colmena’, 1* abej* son muy pequefl* pero cómo el hura Padre Celestial 1* cuida." L* d* * sentaron cerca de 1* abe-j* que entraben y salían, siempre con el mismo be...be...b* *flt pudieras mirar dentro de *a casita", dijo la abudita, “¿qué te parece que veri* allí?" __ “L* bebés de 1* abej*", contestó Manuelito. 1* bebés de 1* abej* en sus cu-nit* de cera, y otras abej* que los cuidan y 1* dan de comer. Tienen dentro de la ca* un gran número de vaeoe de cera que llenan de miel. ¿V*? AIM hay una abe> ” e* flor juntando miel para Dever a su ca*." “¿Dónde está la mid en e* flor?" preguntó Manuelito. “Muy adentro de la flor", dijo la abudita. “Di* le ha dedo a la abeja una lengüeta larga con la cual puede chupar y extraer la mid de 1* flor*/’ “Mira, abuelita", exclamó d niño, “la flor menea su cabe* como d dijera ‘much* gradas*; a mi me pare* que la abeja * quien debía dar 1* grad*" “La flor también debe dar 1* gracias", contestó la abuelita, porque 1* abej* le traen un polvito amarillo que eü* necesitan para hacer sus ss-milUtM." En seo pasó una abeja que iba de flor en flor con sus patít* cubiert* de un polvo amarino. “Supongo", dijo Manuelito, “que el Padre Celestial sabe que 1* flor* no pueden moverse, y por eso mandó a 1* abej* pera que ést* fueran 1* mensajeras de 1* flor*, corriendo de una a otra y haciendo sus mandados." “Si", contestó la abuelita. 1* flor* son de color* atrac-tiv* para que 1* abej* 1* vean y vengan a vidtarl*. Las abej* tienen debajo de sus al* un* boldt* donde ponen 11 HOME CEISTIAMO IL HOME CEISTIAMO la mid para llevarla a sus cams Son como un* pequeñ* boirtil*." “MI mamá me pone 1* bolsín* en mi traje", dijo Manuelito. “Pare* que d Padre Cdeetial * acuerda de 1* abej* •MMoosra •» Chile por 22 afloe y redactara de "La Hora de loe Cuentos" anteo de ser jubilada. UNA AMIGA INOLVIDABLE (Continúa de la página 6) tanto como tas grand* obras musical* Admiraba a la hundido violeta tanto como a la orquídea magnífica Podía honrar con su presencie un hogar próspero, ad como un hogar humilde, manifestando siempre un espíritu amistoso y sincero. El verdadero espíritu de amistad como d que poseyó la señora Devis, * algo que uno tiene que alcanzar por d mismo. No podem* comprarlo ni n* puede ser legado. El que logra la amistad tiene que merecerla. El gran deseo de su alma era ser amiga de tod*. tan bien como mi mamá de acwrda do mí." “Sí", dijo la abudita, ‘‘d buen Padre Cdeetial ha hecho que 1* abej* y 1* flor* * ayuden mutuamente." La partid i de la señora Marta O. de Davis ha sk o una pérdida personal para nuestra fam'lia. El vacío que ha dejado nuestra inolvidable amiga * insubstituible. No obsi nte, día estaba lista para partir de esto mundo. Bu vida merecía entrar en otra vida mejor, y por esto no podem* estar tristes. Di* fue su mejor amigo y día fie amiga de ti. Consecuentemente, fue mi amiga y la amiga de toctos. ¡Y much* se levantarán y la llamarán bienaventurada!—M. M. de W.