154 LA VIOLETA. Ila nuestra traviesa compañera, que tenía tan célebres ocurrencias. Una tarde que le dimos broma y la hicimos que perdiera la paciencia manifestándonos su mal humor; al poco rato se dejó sentir una tempestad de unas cuantas horas y ella muy quedo acercándose á nosotras sin que la viera la maestra, nos dijo: — Esa tormenta es por el mal rato que me hicieron pasar. Al separarse de vuelta, nos dijimos: —Este es un pensamiento falso, porque la Naturaleza minease fija en que nadie este triste ó contenta. Si dijera al contrario que ella estaba mal humorada por que llovía cuan do quería pasear,entonces seria un pensamiento 'verdadero. Y como su enojo proviene de otra causa y nos engaña diciéndonos que esta es, esto viene á ser una verdad poético ó re-lativa\ porque aunque no sea cierto se puede admitir como suposición. Por pensamiento natural le dimos al maestro aquel cuarteto, de no recuerdo que autor, que dice: —Hagámos al hombre A nuestra imágen y semejanza.— Dijo, Dios: y sin tardanza De barro formó la muestra. Y aquella tarde que nos paseábamos, y pasando por donde estaban dos niños jugando, en ocasión que atrvesaba la calle una viejecita, y los mal educados niños por insultarla le dijeron: —Adios madre de los burros. —Y ella les contestó. —Adios hijitos. —¿Recuerdas qué risa nos dió por la contestación tan oportuna? En los versos de Acuña,-encontrábamos muchísimos ejemplos, así por pensamiento gracioso dimos aquel que dice: que si fuera subiendo á la gloria y un ángel le dijera: Sube que aquí te espera Lo que tanto te halaga y te facina. Y á la vez una chica me gritara: Baje.V. que le aguardo aquí en la es- (quina; Lo juro, lo protesto y lo repito, Si sucediera semejante historia, A riesgo de pasar por un bendito Primero iba á la esquina que á la glo- (ria. Por pensamientos patéticos dimos los de "Nocturno á Rosario” porque todos ellos nos conmueven y nos llenan el alma de dolor, melancolía y ternura, principalmente aquellos que dicen: A veces pienso en darte Mi eterna despedida, Borrarte en mis recuerdos Y hundirte en mi pasión, Mas si es en vano todo Y el alma no te olvida; ¡Qué quieres tú que yo haga Pedazo de mi vida! ¡Qué quieres tú que yo haga Con este corazón! Igualmente en el "Estudiante de Salamanca” de Espronccda, la despedida de Elvira de Dn. Félix, es un modelo de patéticos. | CoNTJNUARá. ] A Josefina. Eres, tierna Josefina, | Un boton de blanca flor, Que la brisa matutina Acaricia con amor. Del ángel de la inocencia Te cubren las niveas alas, Adornando tu existencia Con sus opalinas galas.