Periódico Independiente de combate. La libertad de imprenta no tiene mas limites que el respeto a la vida privada a la moral y a la paz publica.-Art 7» de la Constitución. r * diíitl?-GANÍBETTA8 pronuncie 9U voz soberana, sera forzoso someterse o _ ____________________Director: RICARDO FLORES MAGON. Jefe de Redacción: Oficinas: 107 Jíoi h Channing JLvenne* ANO L—2* EPOCA. ST. LOUIS, MO., E. U. A.—Marzo n de 1905 Administrador: Enrique Flores MEagon, TOMO III.—No. 19 «•Entered as tecond-class matter February a7. 1905, at the pest office -at Saint Louis, Mo., under th© Act of Congress of March 3,1879.” Pi az ijo iri x Europa EL POR QUE DEL FABOR HACIA RAMON CORRAL Mucho se ha hablado en estos últimos dias de un pretendido viaje á Europa que próximamente hará Dictador, asegurándose que éste ha prometido tal cosa á un extranjero prominente. Se dice además, que el Autócrata manifestó que hoy podía hacer ese viaje porque la Re* pública tiene un Vicepresidente. Creemos que el proyectado viaje del Dictador no pasa de ser una agradable fábula. No es la primeara vez que se habla de un viaje se-imejante ni sería tampoco la primera en que las halagüeñas esperanzas de que el Autócrata se ausentase resultaran burladas. El Dictador no se ausentará del »país mientras viva, no porque ame • de tal modo á la Patria que sienta ‘pena por aleajrse de la tierra querida, sino porque presiente que cada nuevo kilómetro que lo separe de la nación equivale á un nuevo y más profundo abismo interpuesto entre él y el Poder. Porfirio Díaz no podría franquear las fronteras del país sin dejar tras •de sí los puños virilmente crispados de los ciudadanos, formando una muralla que le impediría el regreso. Todas las voluntades que hoy sienten sobre el cuello el filo de la •espada del soldado afortunado, al Sentirse libres del humillante yugo se erguirían potentes y no permitirían que nuevas ignominias cayesen sobre ellos, Porfirio Díaz no podría hacer su viaje como un gobernante amado que va á lejanos países á recibir homenajes de respeto, mientras en su Patria un pueblo adicto celebra los triunfos de su representante y espera su vuelta para recibirlo entre aplausos y vítores. Porfirio Díaz no podrá saborear jamás los sanos goces que proporciona la conciencia del aprecio de loa conciudadanos. Empedernido rebelde de la ley, ofensor despiadado del derecho tiene en torno suyo las mudas acusacionee del pueblo, que atronarían los aires si un átomo de justicia pudiera abrirse paso entre las viscosidades de la tiranía. El Dictador no puede separarse de la Patria. Separarse de ella, es perder el Poder que para Díaz es el objeto de la vida. 8 i eJ Autócrata contase. con la voluntad popular; si el cariño de sus conciudadanos fuese la fuerza que lo sostiene en la altura; si no . necesitase arrancar de su trabajo y de sus hogares y de sus afectos á los hombres por cuyos brazos nervudos suspiran los campos y los talleres y que ociosos y melancólicos no tienen otra ocupación que empuñar un fusil ni otro premio que el cepo ó el patíbulo; ei hubiese permitido la salvadora labor de la democracia, las discusiones de los partidos, el robustecimiento del civismo, podría marchar al extranjero seguro de ir en compañía del afecto popular y de regresar cubierto de prestigio á su Patria, donde podría pasar tranquilo los últimos años de su exis tencia en el saludable retiro de la vida privada. Pero Porfirio Díaz no ha sido demócrata. No ha sabido ¡crearse afectes; se ha hecho obedecer, per< no querer; se ha hecho temible, pero no respetable. El, mejor que nadie, comprende que los sentimientos que por su persona abriga el pueblo, no son nada tranquilizadores y por esa razón declina oonexquiaita tartuferia toda invitación que se le hace para que asista á tal ó cual solemnidad fuera del territorio nacional. Su tí tranquila conciencia lo detiene cuando , toda su ambición auefía con los homenajes oficiales que recibiría de parte de los engañados jefes de Estado que solo lo conocen por lo que de él dice la prensa mercenaria; ©s decir, no lo conocen. Nada serla tan halagador para el Autócrata oomo verse incensado por los lacayos de otros países. La exajerada vanidad del mareado gobernante se sentiría feliz en modio de agasajos exóticos, pero el temor de perder el puesto inmerecido hiela sus entusiasmos y ahoga sus ansia* Si es cierto que el Dictador aseguró que esta vez sí podría hacer un viaje a Europa porque la nación tiene ya un Vicepresidente, el Dictador empleó una vez mas el engaño, fingió nuevamente porque él mismo sabe que el hombre obscuro v sin prestigio que aparece en núes» trapobre Patria como Vicepresidente, no tiene ni siquiera come el, el ingrato renombre que produce el abuso del terror. Ante ei Dictador las gentes sencillas sienten temor; ante Ramon Corral los mas humildes espíritus no pueden reprimir una sonrisa piadosa. No debemos abrigar esperanza alguna de que el Dictador libre a la patria de su presencia. Como todos los que obran mal, Diaz es desconfiado. Finge tener confianza en que el pueblo respetaría a Ramen Corral, pues bien coprende que la minuscule personalidad del obscuro sonorense no sera obstáculo para que el pueblo harto de tirania, se sacuda, llegado el cas^, el Gobierno del Vicepresidente, y por esa razon no hace el viaje. En su abrumador egoísmo el Dictador se reserva para cuando llegue su muerte dejar a la nación en manos de Ramón Corral, que es como dejarla en poder de Ja anrs-quia. Pudo muy bien, ya que asumió todo el poder de la nación, haber preparado la opinion en favor de un hombre fuerte, honrado y libe ral que lo sucediera en el Gobierno; pero un hombre honrado y prestigiado opacaría con su labor los oropeles de la farsa dictatorial. Era preciso, pues, para el Dictador, que la nación cayese en la anarquía después de su muerte, para que los imbeciles llorasen la desaparición del hombre que pudo hacer la paz. Ninguno tan a proposito como el insignificante Corral para provocar ei conflicto fatúro que el Autócrata ha preparado. Porfirio Diaz no marcha ai ex tranjero parque sabe que el pueblo no obedecerá a Corral y peligra la Presidencia; pero deja en cambio al mismo individuo, cuando por ru muerte, nada le importe la suerte del misino puesto y de ia nación. El anhelo de Diaz es el de pasar a la Historia como el único hombre que pudo hacer la paz en nuestra Patria y pensó en que Corral le sucediese y ha preparado al pais de tal manera que se producirá una conflagración cuando el funesto funcionario desaparezca de la vida. Innoble venganza Con motivo de los artículos que hemos venido publicando en REGENERACION acerca de los graves abusos que de continuo cometen los mandatarios de Cananea, se han enfurecido estos y desatado sus iras sobre los señores Enrique Bermudez y Antonio de P. Araujo, liberales altivos que por su honradez política se les ha creído, equivocadamente, inspiradores de las censuras que de nosotros han merecido Mac-manus, Castañedo, Armada, Fernandez, Marquezr y demas expoliadores de la tiranizada población sonorense. Los Sres. Bermudez y Araujo, sin haber cometido delito alguno, tan solo por infundir sospechas de estar en correspondencia con nosotros, fueron aprehendidos y encarcelados con lujo de crueldad en calabozos húmedos y déletereos de los que no salieron hasta después de enterar una multa improcedente y bajo todos conceptos arbitraria. Sin lecho y sin abrigo se les tuvoembartolinados durante un dia, sufriendo las inclemencias del invierno y expuestos a contraer alguna enfermedad. Pero no solo fueron victimas de torturas físicas : mas acerbos hicieron sus sufrimientos la befa y la insolencia de cobardes funcionarios. El rufián Rafael Lopez que fue el aprehensor, tuvo la innoble satisfacción de calumniarlos e insultarlos con dolo y perfidia; y el tartufo Secretario del Ayuntamiento se burlo de ellos y trato con aspereza al Sr. Bermudez porque no pudo obligarlo a que confesara ser corresponsal de REGENERACION. Cuando estaban incomunicados, el med^o de mesalinas y presos, Felipe Barroso, se asomo a las rendijas para decirles únicamente, “ahora si se van a regenerar? ’ Indigna consignar estos hechos. Indigna saber como la impudicia y el crimen se ceban en la dignidad cívica, martirizándola y escarneciéndola. Las persecuciones iniciadas Es inconcebible la corrupción que reina en el Gobierno de Tamaulipas. Pedro Argiielles se ha despojado de todo pudor, y él y sus paniguados se dedican á tiranizar y á explotar descaradamente. . Comenzó Argiielles por permitir el juego en Tampico, donde pagan treinta y seis mil pesos anuales por la exclusiva, los tahúres Chapa Gómez y Quiroga, recomendados y socios de Bernardo Reyes, con el avante de que ese dinero no queda en Tampico, que recibe el perjuicio, sino que va á otras manos. No satisfecho con esto, Argiielles ha procurado extender la plaga del juego por todo Tamaulipas, soñando enriquecerse como el déspota de Nuevo León. hn Tampico se ha hecho un contrato para la pavimentación de cinco calles y una plaza, por lo que la Tesorería Municipal tendrá que pagar la enorme suma de trescientos mil pesos. El Ayuntamiento ha nombrado su apoderado en este negocio al \ isitador Guzmán, áquien el Gobernador se ha propuesto enriquecer, á pesar de las protestas de todo el pueblo, que ansia la destitución de ese funcionario. La J ustícia es desconocida por el actual Gobierno de Tamaulipas. En C. Victoria fué asesinado el joven Ignacio Martínez (h) por el padre de una joven á la que había seducido. Antes de cometer el cri -men, el matador se había quejado ante los Tribunales, pero como nose atendió su querella, se resolvió á vengarse por sí mismo. El Comandante de Policía de esa Capital, Agustín M. Cueto, por orden superior mandó asesinar al Sr. Francisco Salazar. Este señor fué asaltado por dos gendarmes, uno de los cuales se llama Román Herrerra, que le dispararon algunos balazos, sin toc arlo, y luego lo apuñalearon, causándole graves heridas, que lo pusieron al borde del sepulcro. Los gendarmes agresores están libres. La llamada Corte de Justicia del Estado sólo se ocupa de pedir presos á los Jueces, y estos, por com-plaeerla, sentencian á inocentes y culpables, para mandárselos al Gobernador, á fin de que los utilice en sus trabajos particulares 6 en los de sus amigos y protegidos. Cuan -do los presos no son pobres, sino que tienen recursos, resulten lim -pios de toda culpa y obtienen su li- por las autoridades de. Cananea contra quienes suponen nuestros informantes, solo conseguirán enardecer la indignación de los ciudadanos honrados y evidenciar la justicia de nuestros ataques. Las iras, las ferocidades, los atentados de la tirania no convencen ni amedrentan a la oposición ; únicamente sirven para despertar en la conciencia popular anhelos de venganza y de reivindicación, para preparar tempestades que hayan de descargar el rayo que fulmine a la Dictadura y que purifique nuestra atmosfera. Uoí fAnpiliA de explotadores —-oo---------- Inmoralidad escandalosa UnmotinenHuajuapain bertad, con solo dirigirse á cierta Agencia que tienen los hijos de Gobernador, los que no solo con la Justicia hacen negocio, sino también con la construcción del Palacio Ejecutivo, que tienen á su cargo. El despilfarro mas escandaloso continúa en esta obra, que servirá, más que para otra cosa, para proporcionar magníficas habitaciones á Pedro Arguelles y á su familia. Se llevan gastados más de $40,000 en ese trabajo, que está todavía muy atrasado, y últimamente, de seguro para no llamar la atención pública con varios decretos relativos al aumento de la partida respectiva, la Legislatura autorizó á Argiielles para que invirtiera en esa obra todo el dinero que se necesitara. Mucho habrá de necesitarse, dado que los Directores, hijos del Gobernador, tienen la costumbre de cargar los materiales de construcción á precios más altos de los que tienen y de hacer figurar jornales muy superiores á los que realmente pagan. Si Argiielles tuviera algún pudor, no permitiría que sus hijos explotaran tan cínicamente el Erario del Estado que Gobierna. Tampoco lo explotaría él ni trataría de enriquecerse, empleando su poder y su influencia para el amparo y desarrollo del vicio y de la prostitución. Pero no podía esperarse otra cosa de un Gobernante de estos tiempos, cuya conducta tiene que estar en consonancia con la inmoralidad de la Dictadura, á la cual sirve y á la cual procura imitar. Un a preciable amigo nuestro residente en Huajuapam, Oax., nos remite una extensa carta á propósito del artículo que sobre ciertos disturbios ocurridos en el pueblo de San Sebastián Progreso, escribimos con el título de «Sangre y rapiña.» He aquí como explica nuestro amigo los sucesos ocurridos, explicación que damos á conocer guiados por un espíritu de imparcialidad. Algunos vecinos de San Sebastián Progreso denunciaron como baldíos el año pasado, los terrenos de que se compone la finca «El Potrero,* propiedad de los Sres. Fidel y Vicente Peral, Naturalmente los dueños se opusieron al denuncio por medio de su apoderado el Sr. Lie. Francisco Eustasio Vázquez. La Secretaría de Fomento envió al Ing. Federico Villasefior, y con los datos que este señor ministró y los documentos que los Sres. Peral presentaron, la expresada Secretaría resolvió ser de propiedad particular los terrenos en cuestión y no baldíos. Convencidas las personas que habían denunciado los terrenos como baldíos de que eran propiedad de los Sres. Peral, intentaron comprar una parte de ellos, Los dueños admitieron, se nombró un -perito que hiciera el avalúo, se señaló precio y á pesar de que éste no fué satisfecho, sí hacían las personas que pretendieron comprar los terrenos uso dé ellos como de cosa propia. Los dueños toleraban tal cosa creyendo que las personas que pretendían comprar los terrenos carecían por lo pronto del dinero suficiente para terminar la operación. Una circunstancia vino á precipitar los acontecimientos. Los señores Peral, en uso de sus derechos de propietarios, mandaron preparar pa- . ra la siembra unas tierras situadas fuera del área valuada. Tan inofensiva y legítima operación disgustó á los que pretendían comprar la otro parte de las tierras al grado de amenazar de muerte á los propietarios si no suspendían sus tra bajos. Los señores Peral se quejaron al Jefe Político á quien pidieron protección, y esta autoridad envió á dos parejas de rurales para evitar un atentado. Los rurales, además llevaban orden de aprehender á varios malhechores que devastaban la comarca. Aprehendido uno de los malhechores y cuando se le conducía en calidad de preso á Huajua-pam, los rurales fueron rodeados por una muchedumbre capitaneada por el Presidente Municipal que pedía la libertad del preso. El sargento se opuso á dejar en libertad al preso y entonces tuvo que introducirse á una finca para evitar ser muertos por los amotinados que los perseguían á pedradas y balazos. Toda una tarde y una noche resistieron las rurales el empuje de los amotinados. Avisado el Jefe Político, Sr. Saa-vedra, de lo que ocurría, mandó al Jefe de rurales y á tres de éstos al ugar de los acontecimientos.' La fuerza de auxilio fue atacada rudamente por los amotinados, hasta Qtie, gracias á fuertes auxilios prestados por las autoridades de Huajo-lotitlán y Camotlán, pudo llegar el Jefe de los rurales al pueblo de San Sebastián Progreso, en los momeo -tos en que estaban próximos á pe* recer los refugiados en la quinta. Treinta de los amotinados fueron aprehendidos. Esta es la relación que de los hechos nos trasmite nuestro aprecia* • ble amigo. Por ella se ve que el Sr. Saavedra, Jefe Político de Huajuapam, no motivó el motín de San Sebastián Progreso. YUCATAN Hemos comenzado á exhibir al esclavista Olegario Molina, que se está distinguiendo en la actualidad por sus persecuciones á la prensa independiente, y continuaremos en esta tarea hasta desenmascararlo por completo y desenmascarar también á los demás esclavistas yucatecos que figuran en el Gobierno. Se engañaba Molina si creía que con encarcelar á los honrados y enérgicos periodistas Tomás Pérez Pon-ce y Carlos Escoffié Z, bastaba para acallar las acusaciones que todo- el pueblo le dirige. • En nuestro próximo número hablaremos extensamente de Yucatán. • Excusa Suplicamos a nuestros lectores dispensen que en algunos articu- * los del presente numero vayan palabras sin los acentos correspondientes, pues en la imprenta americana donde esta vez nos hicieron el trabajo, no hay letra -con acentos, por no necesitarse para el idioma ingles. Creemos que para la próxima se- 1 mana estarán ya instalados nuestros talleres, y nuestro periódico aldra con la corrección de b da en esta vez, el buen criterio de nuestros lectores tendrá qu su-plir la deficiencia que indícame**