uno x y «^VVabilmonlo >w Keith y Gledys Hunt Vertid* el espeAol per A. M. Sweeten • ¡Tu hogar y tu iglesia no están inmu-nisadoe! El cine se une a la televisión en sus esfuerzos por hacer entrar su filosofía de la vida en tu propia sala. Otras influencias, tales como la música popular, los diarios, las revistas, paulatinamente invaden nuestra manera de pensar y la modifican correspondientemente. Esta invasión hace mayor impacto tratándose del sexo. El cine dice que el fin de la vida es el sexo. Usa tales frases como "enamorándose", "amor a primera visto”, y muchas otras. Loe anuncios comerciales nos dicen que determinados productos logran resultados envidiables. La sociedad nos aconseja que nos adaptemos a las nuevas corrientes bajo el banderín de: ‘Todo el mundo lo hace". El deseo es despertado para toda clase de conquistas mundanas. Es fácil Imaginarnos a Dios, observándonos, y pensando quién declarará su punto de visto. Padres creyentes muchas veces se dejan influir por el mundo a tal grado que no efectúan mucho por implantar una norma: la norma de Dios. La mundanalidad, que simplemente quie • Nocida y criada en la Argentina; miembro del cuerpo editorial de eita Cata. IL HOGAR CRISTIANO re decir demasiada afición a las cosas del mundo, tanto ha Invadido la manera de pensar de los hijos de Dios sobre el sexo, que muchas veces dificulto el que se haga una distinción entre la norma de éi y la de Hollywood. "Y no os conforméis a este siglo; mas reformaos por la renovación de vuestro entendimiento, pera que experimentéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecto.” (Romanos 11:1) Estas palabras que Pablo escribió a los creyentes del primer siglo necesitan ser escritas sobre las paredes de nuestro hogar y de nuestro corasón. ¿Tiene la Biblia algo práctico que decir sobre el concepto cristiano del amor y del matrimonio? En nuestra experiencia como consejeros de jóvenes, hemos tropeando con muy pocos que se han dado cuenta que las Escrituras hablan muy claramente sobro el asunto y que establece algunos principios ineludibles. Los padres han impartido instrucción moral general, la iglesia ha hablado acerca del pecado, pero frecuentemente nadie le ha comunicado al joven ningún concepto acerca del ínter* de Dtoe en loe detalles más pequeños del aspecto sexual a medida que tote se va desarrollando. Aun con la debida Instrucción tote quito sea el campo más difícil para entregar completamente a la soberanía divina. ••Quiero dirigir este aspecto de mi vida solo. Yo haré mi propia elección", dice el joven coraaón arrogante, poseedor de un punto de vista tan limitado del Dios Todopoderoso mnfiieiAn este aspecto de la vida más que en ningún otro, hace que muchos jóvenes no lleguen a ser eficaces en el servicio de Jesucristo. Señoritas y jóvenes vienen a nosotros y nos dicen: “¿Qué piensa atoad sobre... ? con esto ponen en evidencia que ya han consultando a varias otras personas antes de formularnos la pregunta. Han estado ocupados recolectando opiniones. Después de la cosecha, clasifican un poco y terminan con una variedad de ideas, aquéllas que más les agrada personalmente. Esto es lo que con frecuencia ocurre en grupos de jóvenes donde se discute el tema y donde nadie especifica lo suficientemente como para hacer práctica la discusión. La verdad asombrosa que queremos impartir a los jóvenes tocante a este tema del sexo es que Dios dice algo sobre el tema, El ha Impartido un código que está de acuerdo con su amor por nosotros. El nos ha dado promesas y principios que transformarán completamente nuestra manera de pensar. En la capacidad de consejeros de jóvenes de ambos sexos, comensamos con el aspecto del matrimonio. Sobre este tema las Escrituras hablan más extensamente. Si nos apropiamos del punto de vista de Dios sobre el matrimonio, tendremos un plano que determinará la posición de los "ladrillos" individuales que intervendrán en la construcción de la vida. Condensa con el principio. En Génesis 2.11 Dios mira al hombre que ha creado y por ves primera pronuncia las palabras: "No * bueno". El Señor Dios vio que no era bueno que el hombre estuviera solo. Le había dado a Adán dominio sobre toda cosa viviente y le había colocado en magnífico ambiente. Aparentemente Adán tenía a su disposición toda cosa buena. Pero Dios, quien habla creado a Adán a su propia imagen como ser espiritual, sabía que Adán necesitaba compañerismo sobre el mismo nivel espiritual. Así, pues, por amor a Adán, Dios no creó a otro hombre, sino a una mujer que sería apta ayuda para él. Dios tomó parte de Adán y formó una mujer que le complementaría y le completaría. La ex it HOGAR CRISTIANO presión “compañera" bien podría traducid* como “quien responde a las nscssi-dados más Intimas". (Bln embargo, esto no quiere decir que ella tendría la última palabra en todos loa asuntos.) En los w. 22-26 de este mismo capítulo pódemoa apreciar cuán perfectamente Eva llenaba el hueco en la vida de Adán por la manera en que él la recibió, reconociendo inmediatamente la identificación de ambos. Que el propósito de Dios al croar al hombre y a la mujer no fue principalmente sexual es una idea contraria a la filosofía mundana en boga. Dios croó a estos dos para su propia gloria y loo entregó el uno al otro a fin de que fuesen una carne. Lee dio la dulsura y la puresa de una relación física que expresaría su goso por la identificación que él les habla proporcionado intenolonalmente. ¡Cómo eleva este concepto! Recientemente un grupo de jóvenes estaba estudiando Efesios 5:22, 22. Este pasaje nos descubre cual reto lo que Dios quiere decir con un matrimonio cristiano. Que es exclusivamente un casamiento entre cristianos ee obvio, pero era interesante observar la expresión en el rostro de un joven a medida que comprendió el significado más amplio. "Estoy comensando a comprender lo que Dios está tratando de enseñar en este pasaje", dijo. “Todo porque dos personas sean cristianas no quiere decir que gosan de un matrimonio cristiano, ¿verdad? Mucho más está implícito en estos versículos." 81, necesitamos fijamos detenidamente en este pasaje para descubrir detalles que se nos pasan inadvertidamente cuando sólo 106 vemos a la ligera. 81 ésta es la norma de Dios para el matrimonio, ¿acaso nos atrevemos a permitir que nuestros hijos se contenten con algo inferior? Presta atención a la instrucción impartida a las esposas. Aun ti pensamiento de "estar sujetas" llena de pavor el corasón de una joven moderna. Pero ahí está. Ni aun la emancipación del siglo XX puede borrar esta expresión de las Escrituras. La sumisión comprende la sujeción, la obediencia, la ayuda, y el colocarse bajo la autoridad de otro. El último versículo del capítulo instruye a las esposas a respetar a sus esposos. Esto sugiere lealtad sin rebajar ni murmurar contra ti cónyuge. Asi como Cristo es la cabesa de la iglesia, así es el esposo la cabesa de la esposa; del mismo modo en que la iglesia halla toda su grada, bendición y felicidad en Cristo, también la esposa halla su cumplimiento en su esposo.