El Faro Dominical 12 V. 7. La« repetiría a tus hijos; el que los padres conozcan la Palabra de Dios no servirá a sus hijos en las emergencias de la vida. Estas palabras son buenas para los padres; han de ser buenas para los hijos también. Les serán un consuelo grande en las tribulaciones de la vida, una protección en las experiencias difíciles y peligrosas, un guia eficaz a través de este desierto pesado, un apoyo y ayuda en todos los afanes y pruebas por los que tendrán que pasar. Si hemos tenido que luchar, ellos van a encontrar las mismas dificultades si no más grandes; si hemos hallado estas palabras buenas y firmes, ellos asimismo las hallarán dulces y preciosas en SU vida. Hablará! de ella» estando en tu cata; en el seno de la familia es donde los padres deberán enserar a sus hijos ¡as palabras de este Libro tan excelente. Pueden discutir sus promesas, repetir los pasajes predilectos. aprender de memoria los mandamientos divinos. Andando por el camino; hablando de ellas con los compañeros, conocidos o extranjeros. Al acostarse; al fin del día con afanes, y listos ya para descansar. Cuando te levantes; en la madrugada o más tarde al amanecer el día, al levantarnos, debemos " meditar en la palabra de nuestro Dios y enseñarla a todos los que encontremos. V. 8. Has de atarlas por señal; por divisa; es una figura ésta que quiere decir que debemos enseñar y practicar la palabra divina. En tu mano; para que nuestros actos fuesen conformes con ella. Entre tus ojos; no debemos sentirnos avergonzados por ella, sino al contrario, exaltarla delante de todos. V. 9. Las escribirás en los postes de tu casa; en un lugar visible, siempre llamando la atención a este deber. Por supuesto el cumplimiento literal de este mandato, no es de importancia si no lo ponemos en práctica con fidelidad en nuestra vida. Y en tus portadas; las puertas de tu casa. Hagamos mucho uso de la Palabra de Dios; leámosla con frecuencia; aprendámosla de memoria: enseñémosla a todos. 2 Tomoteo 3:14-17:—V. 14. Persiste tú; el joven ministro Timoteo. En lo que has aprendido; en creer, predicar y practicar las gloriosas verdades del Evangelio que tanto Pablo como la madre y abuela de Timoteo le habían enseñado. Y te persuadiste; de que era la verdad. Sabiendo de quién has aprendido; del apóstol Pablo, el cual le había enseñado con autoridad. V. 15. Desde la niñez; tiempo muy oportuno pata aprender las enseñanzas de la Biblia. Has sabido las Sagradas Escrituras; el Antiguo Testamento. Nosotros tenemos el Nuevo también que nos enseña mejores cosas. Te pueden hacer sabio para salud; el conocimiento más excelente, la salvación del alma. Nos hablan de Cristo el Salvador y de cómo podemos conocerle. Por la fe que es en Cristo; somos salvos por gracia, el favor inmerecido de Dios, por la fe en Cristo; lo aceptamos por fe. “El que cree en el Hijo tiene vida eterna" (Juan 3:36). V. 16. Toda Escritura es inspirada divinamente; dada por Dios, empleando a los hombres para expresar la verdad que él deseaba que asentaran. Es útil para enseñar; no hay mejor libro de texto; debemos ser enseñados por él, porque dice verdad, y no contiene error. Para redargüir; reprender; nos reprende sabiamente y para nuestro provecho. Para corregir; nos sirven para corregir nuestra conducta. Para instruir en justicia; en todo lo que es recto, con el fin de inducir a los hombres a obrar, movidos por los motivos más elevados. No debemos vacilar nunca en poner este libro en manos de todos. V. 17. Hombre de Dios; el cristiano, el creyente en Cristo, Sea perfecto; como maestro o predicador; su equipo debe ser perfecto, como soldado en la lucha contra el pecado. Eternamente instruido para toda buena obra; para el desempeño de todos nuestros deberes. Véase Efe. 2:10. Todo cristiano debe ser instruido y la instrucción que más necesita es ia que imparte la Palabra de Dios. ----o---- LA LECCION BOSQUEJADA Un solo Dios. No hay más que un solo Dios, nuestro Padre Celestial, nuestro Creador; el sér a quien debemos amar con todo el corazón, con toda el alma, y con todo nuestro poder; es decir, amarlo con toda la intensidad de nuestro sér, porque no solamente asi lo requiere El, sino porque ese es también nuestro deber y privilegio. ¡Qué privilegio más grande que amar a ese sér perfecto! Lo que Dio» manda. Dios quiere que esas palabras que nos manda que cumplamos, las llevemos dentro de nuestros corazones.