Marzo 24 de 1940. Número 5 Portavo± del Metodismo en El Paso, Texas 1 3 EL UIGI H AÑO I ¿Viviremos Otra Vez? ó Siento en mí mismo la vida futura. Soy como un bosque cortado; los nuevos retoños serán más fuertes y más vivos que nunca. Me estoy levantando, yo lo sé hacia los cielos. La luz del sol está sobre mi corazón. La tierra me da su sabia generosa, pero el cielo me ilumina con los reflejos de mundos desconocidos. “Velad: Estad Firmes en Decís que al alma no es más que el resultado de po deres corporales; ¿por qué entonces mi alma es más luminosa cuando mis poderes corporales empiezan a declinar? El invierno está en mi cabeza, pero la primavera eterna está en mi corazón. Aspiro en esta hora la fragancia de las violetas y las rosas, lo mismo que a los veinte años. Mientras más me acerco al fin más claramente oigo en torno mío las inmortales sinfonías de los mundos que me invitan. Es maravilloso, y sin embargo, muy sencillo. Es como un cuento de hadas, y es historia. Cor. 16:13. Durante media centuria he estado escribiendo mis pensamientos en proba y en verso; historia, filosofía, drama, romance tradición, sátira, oda y canto; todo lo he ensayado; pero siento que no he dicho ni la milésima parte de lo que hay en mí. Cuando descienda a la tumba podré decir como muchos otros: “he terminado mi día de trabajo,” pero no podré decir: “he concluido mi vida”. Mi día de trabajo empezará a la mañana siguien te. La tumba no es un callejón sin salida, es un camino real Se cierra en el crepúsculo, pero se abre en la aurora.— VICTOR HUGO.