amhulob. luobandocoD las desaVe-iii-nciiLs jxilitieas, con la conducta antipatriótica de algunos vecinos hati procurado cefilr sus actos id cumplimiento de la ley, y si la gestión administrativa deesas sóño-r< < noseba captado la simpatía general do esta población, es por que (-1 ¿/o personal, el egoísmo y el vil inten's no faltan en todas partos entorpeciendo el avance de los pueblos. Qu«' dicho corresponsal sepa que aborrecemos la falsedad y el ulf raje y que en la liza del periodismo tenemos una luz, esa eterna luz que alumbra el horizonte de nuestra Patria desde el ano de 1810. ü- riod.iatuK Viesca, Julio 30 de 1905. LAOPOSpfi) lis Vitó V. DE PAR EN PAR. (| |) < drcciniosen nucstroartfeuloanterior dedicarle un i-ato de seriedad á Don Indalecio de la Peña. A propósito de su cartu abierhi del 4 de Junio retropróximo dirigida al candidato de la reelección, y vamos .-¡cumplirlo la palabra qiie le dimos. , Defecto de la o|K-»sición ha sido siempre el de ultrajar con los mils insultantes epítetos,apodos, motes y reproches á los que sostienen al Gobierno: les ha llamado y les llama eonvenencieros, serviles, indignos, mercaehilles, venales, corrompidos, cuando no puercos, canallas, mise rebles; no como quiera; sino con cierta reduplicación interjectiva en que salen :í chorros la maldición yelodioiasí; ¡piteer los Tribunales entre “ho.'.l» d« r.f/.HCÚ>n // rquc, sólo en esas situaciones, se pueden concebir una libertad que redime y una justicia que castiga. ¿Qué opresión se ha desarrollado sobro Coahuila? ;,acio de que podemos dis|xmer en este periódico, tendremos que sujetarnos á dos -i tres columnas ca-da vez que nos ocupemos en confundir al señor Peño, con motivo -le su Carta ábierta. Siendo así, y que por extodejemoa pendiente uno solo, escogeremos los ¡nintos de hecho más salientes, en el orden de su importancia, para rebatirlos con la verdad y la razón, á íin de que el público vea hasta qué extremo es .n justo y calumniadora laoposieión electoral. Primer punto: sobre la administración de JUSTICIA. Para la administración de justicia, el Gobierno sólo cuenta con los hombros del foro, que tiene el Estado mismo. ¿No le parece al señor Peña y ;i la Oposición con él que el Gobierno no debe contar con otros? De esos hombres del foro, los más aptos, los más solicitados, los de mayor renombre no quieren, Don Indalecio, no quieren, señora Oposición, dejar la toga ó la borla del profesorado |xir la vara de la justicia: rehúsan prestar servicios en la judicatura, que el Estado no puede, reniunerai les ni con la munificencia, ni con la liberalidad, ni con la cuantía que los particulares. Obligarlos á servir? Y ¿eómoí Eso es fácil de decirlo; pero no de hacerlo; porque el Gobierno no reconoce sobre ese delicadísimo punto otro estímulo ni otra fuerza que el civismo di- cada coahuilense. Si c! Estado no ha sabido ó no ha I>odido crear un honor insigne, cuya conquista merezca liaeer por ella lodo género de sacrificios ¿á quién se debe culpar de esa falta de ciencia ó de poder? No al Gobierno, porque esa falta, para ser enmen-dada, requiere un pensamiento de inxrpó-ito, -iiK-ubiidu tx’r genrravir.»-nes enteras. Así, pues; si por cuanto á la ad-ininistraciónde justicia, el Gobierno se ha de sujetar á los elementos p-, rumalti con que cuenta el Esta do; descartados los de mayor renombre, porque no quieren servir, ¿cuáles 1c quedan á aquél en dispo nibilidad? Pudiera decirse que los que á |K‘uas han dado principio á su carrera y que no son todavía objeto de competencia entre los particulares, que los ocupan, y el Esta-do; que también quiere ocuparlos: aquéllos para sí y éste para todos. Pues, sin embargo, no es asi; la administración de justicia ha estado en manos de Magistinulos jóvenes, es vcrdatl, peni no noveles: sin larga experiencia, es cierto, nc ro honrados, laboriosos y muy dispuestos á conquistar y merecer una buena reputación. De esto se colige que la administración siempreha estado expedita: ni Magistrados ni jueces han sus pendido el ejercicio de sus tareas un sólo día ni lian puesto en entredicho á nadie, por cuanto á que consiga que -se le administre la justicia distributiva. Si esa administración, ya expedita, no es legal, cite el articulista hechos, cuyo error revele la inteii-eión de equivocarse, es decir, la mala fe, la iniquidad; pues el no engañarse es un dón incompatible con la miseria humana. Segundo punto; sobre el enriquecimiento del Gobernador. Es muy triste hacerle balance de fortuna á un funcionario público: ¡K-ro ya que en la democracia de ciertos partidarias hemos de dar cuenta haato de si nos mudamos ea misa tres veces |>or semana y do si cenamos con veliotas en una zahúrda ó con ciruelas sevillanas de la reina, á manteles largos, en un refectorio resplandeciente, vamos ;i liársela al articulista de “Kl Demó- Esa tristeza que decimos no viene del convencimiento de nuestra maldad descubierta; sino do vernos en el caso de tener que probar que somos inocentes. ¡A la obra, pues! y devoremos lu tristeza que decimos. Enriquecerse el Gobcrnador?¿de qué? ¿de dinero? No ha tenido siquiera uon qué comprar (?) el ferrocarril del Golfo. (i) quien no conoce el idiom* no debe ponerle .1 escribir cartas destinadas al público; porque hard reir, no sólo 1 un memorialista del portal de Santo Domingo, en México; lino tam b én 11 más desaforado anarquisu de la forma, en Mairán. Porque sf, Don Indalecio; y lo» do» se avergonuríao, á coal mí» con chirriante estrépito, ae que »e le* imputase [esta e* I* pe labra, esa caria de Ud., que, aunque tiene nombre y firme en e' -,-riódico, carece de firma y de nombre en '• - I istoa de la tontería y en la- efemérides del pecado.—N, del A. Enriquecerse con negocios■ I negocios no son más que esp -zas; y dice el adagio del vuJ¿<> I el que de ellas vive, de Immbi ’’"por otra parte ¿le está prohibido ii un funcionariopúblico, al nador, por ejemplo, tener negocio. Le Im estallo alguna vez? Deberá estarle? ;Con que e-im-pensará el Estado esa prohiluei-» onerosa? Si no 1c esta prohibido, puede tenerlos; y si los tiene ¿le estará prohibido atenderlos y aprovecharlos en lo que pueda? Que ha ed i tiendo una grande y buena casa; que la luí alhajado con . I Que paga arrendamientos cuantiosos por lincas rústicas? Que ha adquirido varias propiedades raíces? Y porque ha hecho una buena casa; porque paga arrendamientos cuantiosos; porque ha adquirido varias fincas rústicas ¿hacemos ;l un lado sus honrosos antecedentes; su probidad do toda la vida, para, decir como dice el scííor l'ej fia, eon la intención viperina del señor Peña, que no tiene más ani-bidón que cnrígueri rw. cuando tiene la del trabajo oficial en grado superlativamente excelso? Sin embargo, el Gobernador; nuestro candidato de la reelección, tiene un pecado mayúsculo, « asi imperdonable; ¿cuál? el do que la prosperidad de sus negocios particulares ha coincidido eon su gobierno. Reflexionemos un poco, señores, si lides, gustan, y permítanme qup los deje reflexionando para que, hasta el número que viene, puedan prepararse á recibir 6 á parar el golpe de uno refutación conclu-, y en te. Rx .? ^P^ntación, nosolamen-rio l"an#f0 social, ópecunin-• -- no |K.r sus cualidades cívicas la d.^mA hLS -lu ,ncjor estimación en a '•emoeracm esenS^® hiLy cn 111 "luición de las Personas á que nos referi-tn n i 1° demuestra el Maní fies- , M I ubhco do los Sres. Casimiro '■at erre,, Delílno Garza, Fabián a»J v'T’ Sáenz.y Mclquin-.\ala que im]>orta es mentir v nada más! Ciento cincuenta firmas son moco de pavo para los que tuvieron la desfachatez de llamar seen la Conveneión representantes de doscientcM mil eoahuiU'nxM? Aunque la Directiva del Comité de Fuente, no quiso cargar con el sambenito de falsaria, pues inme-diatimente que notó la anomalía se dirigió al Presidente del Comité de Ciudad Porfirio Díaz, Lie. Garza C-islillón, este señor no les hizo caso, pues no ordenó la rectificación debida en el sucio periódico que insertó c) acta Y más le valiera halxnlo hecho, ¡mes les hubiera evitadoá sus partidarios el bochorno que les habrá causado la Manifestación do referencia. Contrasto de muñera notable el proceder do estos oposicionistas con la del Presidente del Club “Gr.il Faleon” que no hizo la recti ticsición que hc le pedía y quo tole-rií la suplantación de las firmas, *|Ue como, ya dijimos, se hizo indu-dablemente con su consentimiento >' el de la houorable Jimia Dirccti- realizar sus proyectos, para v;i ,|ti ¿¡oho C|ul) ,]e] rCliilc[X)r ■ en planta sus deseos; no tu- de la Convención, Lie. Melchor G. ", ''iiiveiicioii, uiu, iviuicimr > i. 1'Oiiz.ilez., que tanto alardea en su papasal de íntegro y caballero y demócrata, papasal en quesea/dia-ea á los reeleeciouistas prccisamen-U? lo que con descaro inaudito cometen los oposicionistas, es decir. '1 fraude y el engaño, agregando firmas á las actas para hacer creer actos dignos de ejemplar castigo- cu la cacareada popularidad de su Ya los liemos dcsenmueunido, causa pues no son ni patriotas, ni dcino éralas, ni buenos ciudadanos; mas guiente párrafo cuyos comentarios para proceder en justicia y para r------- ‘ • 1 ‘ ',r*^ no incurrir en la misma nota que les afeamos, debemos decir, (pie todo lo anterior se refiere á los que en los sucios pa[Xiles de la oposición injurian á las autoridades y á los ciudadanos que csUín confor mes con el actual orden de cosas, y á todos los políticos do agua Libia que, en los corrillos, eom|>onen el mundoy gozan eon las bufonadas de sus correligionarios, ó propagan los impresos en que se hiere á mansalva y se deturpa y se calumnia á te dos los partidarios de la rcclcción; á esos nos referimos, y no, ¡xir cierto, á los que de buena fú se lian adherido á la enusa de la oposición y nos combaten con armas leg-ales, pues estos merecen todas i consideraciones y nuestro . _____,__,......... v___ Y" hay, en verdad, entre los opo giar mils, debe decirse, pues sicionistas personas honorables, *•= ■ ■ ' aunque escasas, pues no w posible, ya no que un Gobierno, sino que una persona cualquiera, deje de tener desafectos entre los ciudada- Termina el Maniiiesto con el si- ponemos entre paréntesis: “Sepa, *' Pues, el pueblo que al oponernos A •a reloccióu del Sr. Lie Miguel Cár- 11 llenas (están en su perfecto derc- nuestras p, > respeto 11 ■’ho,) perseguimos un ideal en nuestro concepto noble (noble también es el que nosotros perseguimos y en esto estamos de acuerdo) Í procedemos como ciudadanos parados (claro esta que los que hicieron l:v suplantación de firmas procedieron de otra manera,) pollo tanto, protestamos enérgicamente, (bien ueoho) contra el indigno proceder (indigno y menguado) del individuo ó individuos (Ya dijimos á quienes debe culparse) que abusando de nuestra buena fé ('de que m> abusan los oposicionistas?) se 'K-rmiticron desprestigiar núes-iros trabajos políticos (despresti- ■ • • • • ilaopo- sieión nació desprestigiada) introduciendo firmas misas y aún las de algunos personivs que ya no existen 'Igualmente hicieron con las que Uütorizuron las credenciales de los Du tristeza tenor quo consignar estos hechos on In época «lo progreso y civilizucióii puiqiiontruviezu la República. X'arios individuos cuyos nombres so podrán loor en otra parte do nuestro semanario, niuclios do ellos si bien faltos do ilustración, en cambio genio honrada, lubcriosa, con bienes, con familia y ropuümión iic hombre-’ do orden, han cometido la torpeza de intentar hacor política no í.olo amena zanilode palabra Alas autoridades, sino tramando proyectos para llegará las vías de hecho. No creemos nosotros que en oslo haya más culpables quouquolios monloculos irreflexivos, que les hn dado la ventolera dol periodismo y se han soltailo-cn órganos como ol '‘Demócrata,’’ notable por su ealupidéz-secrihiendo artículos dinamiteros, haciendo proclamas nbsuidas 6 incondinrius, y dundo á entender al pueblo quo so goza hasta ciarlo punto do impunidad desobedeciendo y atro-poyando fi las autoridades. Individuos crédulos, de mediana instrucción ijuo habitan las apnrtadus regiones del Estado, sr han supuesto quizá quo puní que intervenga en nuestros asuntos políticos un individuo -lo In casu Madero, individuo que no solo falta porsonahnento al respoto A las autoridades, sino que, en el colmo de su insensutez, llama al pueblo A Ins armas por medio de ma-nlfleiTÓBinntTrpilCTRT*"pnTA quo sb levanto contra una tirunía oprolíiosa. [tiranía quo no ha cometido verdn-ilcnuneuto más crimen que permitir A este joven incauto que adquiera la más tríete de las celebridades,] hau creído, decimos, que verdaderamente estamos en tiempos aciagos, quo la Pntriu renlama de ellos su venganza, que lu Nación ajiluudirá sus uceiones heroicas, que sus hochos los consigna-ni la historia como provenientes de los buenos hijos do lu Putria. Con todas oslas ideas sugestivas so proponían las pobres gentee, abandonar trabajo y hogar para lanzarse á una re volución que so figuraban, ellos, seria la regcnornción completa del país Nosotros hacemos culpables do osles acontecimientos principalmente A osas hojas que incitan A la revuelta por lodos Ion inuJios posibles, y croemos quo las autoridades debían hacer rospon sabios A los autores do dichos periódicos dol muy grave delito do complicidad un sedicionos [sino es que en ol fondo ellos mismos svun los joles organizadores y Bostvnedoros do tal movimiento punible.] Los individuos autores de dichos acontecimientos, recordando quizá lo quo pasó en otra época, han juzgado que para derrocar id Gobierno local, soa ó no in voluntad del pueblo, bus-la con armar veinte ó cien iudividuos -lieióndose defensores de la honra l-interósea todos -lol Estado Pero créenlos quo nunca les habrá pasado por su cabeza liona do aire, tus vei dadoras causas do aquellos ucoiiteoiiuieutos y la repoiieabliidad enorme, colosal, de uquol quo intenta alterar lu par. do lu Nación, lo mismo que los perjuicios tanto uior-des como pccuni trios que h-s puede ucurruar esta coiuluclu desorientada. No saben que Ludo mexicano ilustrado, que amo vordaderu-mente A su Patria, los verá no solo cotí desprecio, sino que los c-msidorurA como los criminales más grandes y más odiosos. Estos iiidividuos.ctilpubles lendián que responder de sus actos no solo unte las autoridades que ios Ihunu con la Lr»y en la mano, sino noto la Historia que ímpasible y severa reserva el opílelo de traidor al que su encamina A alterar ol orden comprometiendo nsi la integridad y bienestar de la Nación. Que calos desgracia-ios sucesos sirvan de lucción A osea ruidosos ciudadanos que vu el apogeo -le la torpeza so atreven A amenazar á las uuloridn-de* legnlmonlo constituidas, y -le viva voz publican que con bis armas en la mano harán respetar sin i-leas ambiciólas 6 impondrán ul Eeludo y á In Nación el gobierno que les dicte su interés particular y su cabeza deserga-nizuda- jSe amlxtron las guerra# eivUw, i-, acabaron lot cuartda:<>s: ahora todo re arregla ron «crcnídail, con la nuón, con la junticia, ion f« Uy, p"r d interés y ?0¡>-—El Presidente, CaiiuiP ro Gutitrrez.— V^ico-presidente, Dt'Z-Jino Garza.—4? Vocal, Fhbidix Ca-ladez. -5? Vocal, .Martin Saenz. —Tesorero, Iftlquiadee Valadez. No se puede dar conducto más recta, sentimientos más puros y franqueza más elogiable que la de estos ciudadanos de la Congregación do Fuente- Hace tiempo sabíamos que á este punto había llegado intacto el progreso que lia invadido al Estado ep estos últimos tiempos, de tal modo que el Congreso local, según informes fidedignos, en la próxima apertura de sus sesiones, va á conceder á dicha Congregación la autonomía que lia solicitado para erigirse en Municipio independiente, porque cuenta con todos los elementos y recursos indispensables para sostenerse y progresar coa vida propia. Una prueba del carácter viril, do la honradez y buen sentido de los habitantes de esa región nos la ha dado el anterior manifiesto. Esta clase de ciudiulanos, cualquiera que sea el bando á que pertenezcan, honran al Estado de una manera muy alta. ;. Y qué diremos del Sr. Lie. Garza Castillón, Presidente del Club General l-’alcón" y de los priucí pales miembros de dicho Club? ¡¡Qué asi es la conduela torcida, é indigna de los principales indi-\ iduos á quienes está encomendada el prestigiar la oposición en (,'oahuihill LA OPOSICION Y SUS ARMAS. Guando se defiende un principio, un:i causo, un fin justo, no se deben jamás de esgrimir ni usar de armas innobles, y sus pixqxigan-d islas no deben descender á la Prensa poco ó nada digna, porque si así lo hacen, sólo son acreedores al desprecio, no tan sólo de sus contrarios en opiniones políticas, sino también ul de los hombres dignos aunque no tomen participación alguna en las contiendas políticas. Los redactorendela Prensa Oposicionista. en su mayoría poco cuidadosas de su prestigio como ciudadanos, como pcrúxlislas de honor, usan un lenguaje nada pulcro, y sus esfuerzos no tienden ya á defender sus idéalo-, sino que atacan y de una numera nada decorosa, ti personalidades que nuda se les tiene que tachar y nue por el contrario, hun proeurauo y procuran hacer el hiena suHeoueiudtulnmxs, de la clase que fueren éstos, y saeri-ileando sus propios intereses para ello. Tales procederes los llevarán sin «luda, á su propia caída, ellos