Comprendiendo a Nuestros Ninos En el primer tema, meditamos en los niños en el hogar, y la debida relación que debemos llevar con ellos. Aunque sólo tocamos la materia ligeramente, comenzamos y terminamos creyendo que el fin de todo lo que hagamos es que nuestros niños estén entre los muchachos y ’as muchachas que jugarán en las calles de la nueva Jerusalem. La historia nos deja creer que John Locke fue el primero que se interesó en los niños en lo que se refiere a la psicología práctica. El dijo estas palabras: "Que corra, que se divierta, que cien veces caiga cada día: tanto mejor, más pronto aprenderá a levantarse. El bienestar de la libertad rescata muchos heridos”. Eduardo Torres en su libro titulado “La Emoción del Niño" dice: “No es posible guiar al muchacho, o ejercer sobre él una influencia beneficiosa si no estamos enterados de sus gustos y objetivos". Pensemos ahora en nuestros niños en la Iglesia, como también en el hogar, por existir una unión estrecha entre los dos En cierta ocasión cuando un padre dejó a su niño en el Departamento de cuna, dijo: “No deseo que los recuerdos que mi hijo tenga de sus primeros años en el templo sean de bancos duros, los pies adormecidos porque no lleg&oan hasta el suelo cuando se sentaba ... ” ¡Qué reto para los bautistas son estas palabras! Leí en las noticias misioneras hace poco que en cierta Iglesia la Sociedad Misionera de Mujeres construyó el Departamento de Cuna con todo el equipo que necesitaba, sufragando los gastos y trabajando ellas mismas en la obra. Esto quiere decir que aquellas mujeres comprenden cuáles son las necesidades de los niñitos. Siempre me será causa de asombro el dinero, el tiempo, el trabajo, y la oración que empleamos en la preparación del salón principal de nuestros templos donde generalmente se reunen las personas mayores, y muchas veces no preparamos ni un rincondto para loe niños. Sí, en algunos templos las personas mayores tienen que tener bancos cómodos, un plano, y a veces dos, buena ventilación y hasta aire acondicionado. Pero en la mayoría de los templos no hay para los niños un salón, y si lo hay no. reúne la cuarta parte de las condiciones necesarias. ¿Será que las mujeres vamos a tener que abogar a favor de departa- CHMSTINI GAANETT mentes bien equipados, y con todo adecuado para los niños de cada grupo? ¡Cuántos beneficios recibirían nuestros niños al dramatizar las historias aprendidas donde más se demuestra la personalidad de cada niño! Recordemos lo que sucedió en la dramatlzaclón de la historia de Adam y Eva como lo relata la encantadora autora de “Angels in Pina,ores”. Los niños que Iban a presentar la dramatlzaclón tenían seis años de edad, y ellos mismos escogieron a los que representarían los personajes. Escogieron a María para que representara a Eva. María era una niña que todas las mañanas llegaba al colegio con las uñas pintadas. Cada vez que el director del colegio, quien era un joven muy atractivo, pasaba por enfrente de ella, María le miraba poniéndose en la cara las manos con las uñas pintadas. Realmente ella era la persona apropiada para representar a Eva. El niño que Iba a representar a Adam era el más tímido, un niño débil de carácter, un Adam en miniatura. Cuando María lo llamó apenas pudo llegar, y cuando al fin llegó a la plataforma imaginarla le temblaban las rodillas. Llegó el momento de irse del huerto. María corrió al ropero y salló envuelta en unas cortinas de encaje, procurando aparecer más tentadora. Moviendo coquetamente la cabeza le dijo a un niño: "Tú eres la serpiente”. Era un niño delgado y lejos de ser bonito, lo cual indicaba que sabía muy bien escoger a un personaje. Se voltea hada Adam y le dice: “Di algo de la manzana". ¿Qué podría decir este niño que nunca había tenido una Idea propia? Bajo la insistencia de Eva, al fin, cabizbajo, dijo: "Era la mejor manzana que jamás he comido". Sin perturbarse, Eva empujó a la serpiente hacia la puerta que no existía diciendo: "Vete”, y miraba hacia atrás con tristeza, como si lamentara salir del huerto. La maestra, temiendo que Eva ya no supiera cómo proceder, le dijo: “81 tú te arrepientes habrá Uno que te protegerá siempre". Eva, mal interpretando quién era el Uno, exclamó: "Allí va Satanás arrastrándose. ¡Qué bueno, Adam, que él espantará a cualquiera que procure hacemos daño”. Reconozcamos que comprender a los niños es esencial para no creer que nuestro trabajo con ellos está perdido. Comprenderlos es tenerles amor verdadero, y no amor falso. Constando C. Vigil en su libro “La Educación del Hijo”, habla con una madre perpleja, en cuanto a cómo criar a su hljlto de tres años. Dice ella: "Anoche lloraba porque deseaba estar en la mesa y mi marido dijo: "Déjalo, po-bredto, tiempo tendrá para sufrir después". Y hablando del malestar que su hijo sufrió al día siguiente dijo: “Poca cosa, pero es verdad, hubo que darle algunos bocaditos para que no llorase". Dice Vigil que él no comprende de qué manera esta madre hará entender a su niño que lo que comió anoche era bueno, pero que el resultado que sufre hoy no es bueno. ¿Cómo lo convencerá de que en esta ocasión su llanto es Inútil? Vigil dice que es amor falso el que hace que una persona haga o dé a un niño lo que le hace daño. Constantemente estamos enseñando en la escuela dominical que los maestros deben visitar a los alumnos en sus hogares. ¿Qué encuentran cuando visitan nuestros hogares? ¿Ven los trabajos de los niños que costaron al maestro dinero y tiempo, rotos, o tirados en la basura? 81 los padres arrojan a la basura los trabajos de los niños, los hieren en lo más profundo de sus sentimientos porque cuando el niño hizo el trabajo pensaba que era un elefante de came y hueso, o un templo lindísimo. El dibujo que hizo con las flores creciendo entre las nubes, el barco flotando sobre la montaña, la casa parada en la cabeza de un hombre, era para el niño una hermosura. Pero si él llega a casa y oye que le dicen: ‘Tú no sabes dibujar”, o “Bótalo, no sirve", el niño queda confuso y lastimado. En algunos hogares les tienen a los niños un lugar para que guarden las fio a pesar de todos los regaños y las penitencias, siguió con sus chistes. Un día el niño vio a su padre examinando sus calificaciones y pensó que ahora la cosa se iba a poner fea de verdad. Oyó al padre suspirar, lo vio quitarse una lágrima de los ojos. Comprendió que él había causado tristeza a su padre. En la siguiente calificación llevó "Excelente en conducta". ¡Cuánto necesitan los padres pedir sabiduría de lo Alto! El saber comprender a los primarios provee para ellos en el hogar y en la iglesia lugar de expansión, y actividades en qué gastar sus energías. ¿Tienen ustedes en su escuela dominical una María, una Anita, una Teresita? Be afligen porque piensan que ellas han cambiado mucho en tan poco tiempo? ¿Piensan: “Antes eran muy buenas y agradables; ahora no estudian, no atienden, interrumpen a cosas o una caja adornada para los trabajos que hacen en el colegio, en la escuela dominical, y en el departamento de los Rayltos de Sol. ¡Qué contento se siente el niño cuando tiene su gavetital Los primarios oyen en la escuela dominical que deben tener de maestro a un hombre. Que él puede compartir con ellos sus ideas, que ellos se ven en él a sí mismos, hombres ya. ¿Qué piensan ellos al recordar que en su hogar el padre no se ocupa de las enseñanzas, sino que dice: "Esto es asunto de tu madre"? Y hablando de los primarios en el hogar y en la Iglesia, recordemos que ellos están en la edad de bulla y energía. Madre y maestro no saben qué hacer, casi desesperados les dicen: "¿Por qué no dejas de mover los pies? ¿Por qué haces todo con tanta bulla?” Qué bueno que pudiéramos comprender que con estos movimientos ellos nos están hablando. Ellos mismos no comprenden el idioma, pero nos están diciendo: “Estamos creciendo”. A veces su Inquietud nos dice: "Somos grandes, nosotros mismos no nos comprendemos; necesitamos amor y comprensión; necesitamos ayuda.” ¿Qué están dlcléndonos los primarlos en la escuela dominical, cuando veinte de ellos parecen un ejército de 200 que corre, tira las puertas, se empujan los unos a los otros? Están dlcléndonos que sus músculos están desarrollándose rápidamente y que demandan ejercicio; nos están diciendo que tienen adentro una fuerza, un motor, que ellos no comprenden y no pueden gobernar. VI un ejemplo de esto en el banco el otro día. La línea era larguísima. El número veinticinco era un padre a quien acompañaba su hijo de diez años. Este niño salló y volvió a la linea como veinte veces, se encaramó en un banco, en las patas de las mesas, tocó las ventanillas de todos los cajeros, se sentó en el suelo para en seguida levantarse, quitó la tapa del tintero, y otra docena de cosas hizo. El tiempo no me parecía largo mirando al niño, y admirando al padre, que durante toda esta función no dijo una palabra a su hijo, aunque estuvo observándolo con cuidado. Entonces pensé: Esto es comprender al primarlo. La Influencia de un padre es incalculable. Se relata de un niño que era el dolor de cabeza de su maestra. Tenía cierta grada para contar chistes y así pasaba el tiempo mientras los demás niños se reían. El niño llevó su calificación a casa y la madre leyó: "Mala conducta". Con cierto disgusto ella fue al colegio para tener una-entrevista con la maestra; pero el nl- EDUCACION CRISTIANA Se relata que una maestra que había enseñado la historia de Moisés, hizo énfasis en las palabras: “El lugar en que tú estás, tierra santa es", agregando que Dios está muy cerca, aun más "cerca que nuestras manos y nuestros pies”. Deeiuiós de la historia los niños fueron a las mesltas para hacer sus trabajos manuales. Una de las niñas que siempre se iba patinando a su asiento en lugar de caminar, se pegó en la silla de la maestra. Por la expresión de su cara se sabía que algo grande le pasaba. Al fin, con gran cuidado caminando de puntillas y tambaleándose llegó a la mesa. La maestra pensando que estaba enferma le preguntó: “¿Qué te pasa, hljlta?” La niña levantando los ojos atribulados, respondió: ‘Tengo miedo de pisar a Dios". La enseñanza de la maestra no fue Inútil sino fue una oportunidad más para seguir adelante con lecciones hermosas. Cuando existen las relaciones debidas entre niños y padres, y niños y maestros no se sabe a veces quién está enseñando y quién aprendiendo. A veces me parece que aprendo más de loe niños que ellos de mi. ¿Nosotros nos damns cuenta que por nuestra actitud, nuestras palabras, y por los he-J chos estamos Inculcando en las mentes de los niños pensamientos que formarán parte de su carácter que de-terminará en gran manera qué tipo de hombre o mujer serán. El concepto que los niños tengan de Dios, de su Iglesia, de sus padres, de su hogar, de su patria, y muy especialmente de su fe en Cristo depende de nosotros, de sus padres y dé los maestros. ¿Quién negarla que guiar a los niños por caminos rectos requiere que demos lo mejor que tenemos que somos? Una maestra rehusó aceptar una invitación para salir el sábado por la noche, diciendo que nunca salla los sábados para poder dar lo mejor a los niños el domingo por la mañana. 81, criar a los niños y ser maestros de ellos exige una preparación espiritual, física, y mental. Muchas veces los padres no piensan que lo que sus niñitos hacen ahora Influirá en ellos cuando en el día de mañana, sean madres o padres. En fin, debemos saber que dondequiera que haya un niño, debemos decir a Jesús, el Maestro de maestros? “Hay un muchacho aquí”, y él tomará lo que tiene y lo usará para su gloria como usó los panes y los peces del muchacho aquel día. • Recordemos la historia de José. Cuando sus hermanas querían hacerle daño Rubén les dijo: “No pequéis contra el niño." los demás con su risita boba?" ¿Se preguntan: "¿Será posible que todas mis enseñanzas han sido en vano”? La verdad es que María, Anita y Teresita todavía son muy buenas muchachas. Rila* estun procurando decirles algo. ¿Qué? Quieren decirles: “Tenemos doce años, estamos en grados superiores, y ustedes han traído a nuestra clase niñas de nueve años. Ella* son chiquitas. Dénos una. clase a nosotras solas”. María, Anita y Teresita están en la edad preadolescente, y están pidiendo que se les dé trabajo en el cual puedan demostrar sus habilidades. Para comprender a los primarlos es necesario saber que están en la edad en que Ies gusta jugar a las pandillas. Tienen una memoria extraordinaria, pero no se atreven aprender un versículo de la Biblia hasta que saben que el grupo lo va a aprender. No aceptan ningún plan hasta que están seguros de que el grupo lo aceptará. Aprendamos todo esto y nuestros problemas como maestros disminuirán. Madres y maestros no se desmayarán porque creen que sus enseñanzas han caído en tierra llena de espinas. 6 EL PROMOTOR DE