2 EL MENSAJERO Un Mandamiento Sublime Juan 13:34. No hay razón alguna que justifique al hombre para que trace ciertas diferencias o divisiones en la humanidad. Y, el que tal hace, o es déspota, hipócrita, ignorante o pretende ser cristiano, cuando en realidad ni sabe el significado de la palabra conversión, menos sabe la profundidad de tal doctrina. Los cristinos sabemos que nuestro origen es divino, sin inquietarnos por el que otros muchos insensatos digan que Adán y Eva no existieron. El hombre es el mismo en todas partes del mundo, salvo las diferencias de clima y educación, sin que por ningún concepto pueda dividirnos en clases el color de la piel. La rosa, blanca, roja o amarilla, es rosa: la caña de azúcar, cristalina o listada, es igualmente dulce. Caballo es el obscuro como el dorado, y la garza blanca como la cenicienta. Sólo el hombre mal educado establece diferencia entre sus semejantes, fundadas en un accidente cuyo origen desconoce, puesto que nadie ha sabido porqué la naturaleza crea esa variedad de colores entre individuos de la misma especie. Solo al Ser Supremo le pertenece ese gran arcano. Es hasta vergonzoso pensarlo, pero es la verdad. que en pueblos que se llaman libres, en donde a voz en cuello se pregonan los principios democráticos, los hombres se dividen por el color respectivo de la piel. ¡Cuánta necedad y cuánto absurdo! Dios condena y abomina tales pensamientos y nefandos procederes; pues El no divide a los hombres sino en buenos y malos, lo que aquí hacen los hombres, son pequeñeces humanas Dios toma en cuenta las virtudes de los hombres, aprecia el grado de obedienca hacia El, al mismo tiempo que eleva al hombre en su estimación según su fe y sus méritos, así ellos tengan la cara blanca como la nieve, amarilla como el oro, o negra como el carbón. Esto queda simbolizado por el suelo de mosaico, por la variedad de colores de las losas del pavimento. Cristo nuestro Salvador antes de irse dió a sus. discípulos un magno mandamiento para que lo cumplieran sin réplica alguna, y tal mandato es explícito, sin que se preste a torcidas interpretaciones, o perversiones. Cristo conocía y conoce muy bien el corazón humano, su mismo pueblo sentía un odio may marcado hacia el mundo gentil, de allí la imperiosa necesidad de mandarles q*ue se amaran los unos a los otros A nosotros no nos toca argüir con Ciisto, sino obedecer inteligentemente, teniendo presente que al cumplir con el mandato, hacemos 'a voluntad de nuestro Padre Cele'-tial, y le ayudamos a extender aq"í en la tierra Su reino. El día que los hombres se amen de veras, entonces serán siervos d^ Dios, y hasta ese día existirán soldados, buques de guerra, tanques y todo sistema para destruir al hermano; ya jamás se repetirán actos de* fratricidio, y los hombres no sólo se concretarán a oír acerca del a-mor hacia el semejante pero lo pondrán en práctica.. Como hijos que somos de Dios, honremos tal título, practiquemos la virtud, cumplamos con nuestro deber, y llevemos al terreno de la práctica el anpor que decimos que nos une, pues de lo contrario nos haremos participantes del gran desbarajuste espiritual que a-hora reina entre los hombres egoístas, caracterizados por intereses contrapuestos y mesquinos, que sólo esperan que el hermano caiga para apoderarse de lo que tiene, y que ellos tanto ambicionan tener. Oremos incesantemente para que Dios nos oiga y para que nos use para transformar este mundo; que nuestras vidas sean verdaderas antorchas en medio de las tinieblas del pecado, la ignorancia y la ambición. Si nos amamos no nos haremos pobres al contrario, nos haremos ricos con las riquezas q'ae Dios nos tiene preparadas. Baltazar Sáenz. SECRETO DE EXITO Se cuenta de un humilde siervo del Señor, quién siempre buscaba la salvación de alguna persona determinada, y para lo cual, luchaba en oración y ruego y le hablaba en términos adecuados y a propósito, hasta conseguir que se convirtiese. Siguiendo este plan, y aunque dicho hermano era humilde y a veces estaba muy pobre, tuvo el gozo de ver a más de cien personas salvas por la fe en nuestro Señor Jesucristo, como fruto de su celo y ruegos de interacción. NOTAS DE REDACCION Muy encarecidamente suplicamos a nuestros colaboradores y a todos los obreros de la Conferencia Mexicana de Occidente y demás predicadores que deseen que las notas de las actividades de sus diferentes campos sean insertadas en las columnas de “El Mensajero", se sirvan enviar el material a esta redacción, antes del día 15 de cada mes. Hacemos esta súplica, con el fin de poder conseguii c,*ue nuestra publicación siempre salga a tiempo, y si nos es posible, llegue a manos de nuestros subscriptores exactamente el día primero de cada mes. ¡Muchas Gracias! EL REDACTOR.