474 ' i. a VbisS ' como el señor artieulista, ó haciéndole, el favor (pie merece, el autor de donde tomó el testo, trancó el pasage de San Ambrosio, le añadió palabras que no tiene en su original, y omitió aquellas en que espresamente dice el Santo Doctor qué nada puede quitar del Templó de Dios, que los emperadores no tienen derecho en las cosas divinas, y que las coSas divinas no están sujetas á la potestad imperial. .. ' Las otras palabras de-San Ambrosio que copia el articulista, no hacen al caso,, pues no hablan de. las cosas divinas, sino de las cosas, que son del.mundo, y no son mas que consejos dirigidos al común de los fieles para que no rehúsen pagar contribuciones: por los testos que he copiado íntegros se viene en conocimiento bastante de cuál era la opinion que tenia formada el Santo Doctor sobre la inmunidad de los bienes He la Iglesia. Curioso. No se ha desenredado vd. mal del argumento tomado de la autoridad de San Ambrosio, pues la respuesta es de aquellas que no tienen instancia, Pero ¿qué me dice vd. de aquellas palabras del articulista con que asegura “ que los defensores dé la opinion contraria no púe->'• den oponer mas. que algunas autoridades de los siglos de la relajación “ después qué Gregorio VIÍ intentó establecer su imperio universal, in-“ tentó (dice adelante), que en los últimos siglos ha sido ya apreciado en - lo que vale? ” Lucio. Mucho.me pregunta vd. al mismo tiempo para que pueda responderle en pocas palabras: vamos, pues, poco á poco. Desde luego aseguro á vd. que no comprendo á qué viene esa palabra ■relajación, que hace poco mas de trescientos años que han. querido echar en cara á la Iglesia Lulero, Calvino y sus sectarios. Supongo que el articulista habrá leído las variaciones délas Iglesias-protestan tes y la doctrina católica del ilustre Bossuet, puesto que lo aprecia y distingue tanto, y allí habrá visto que es una heregía formal el decir que la Iglesia universal,se ha “relajado” hasta el estremo de ensenar y” sostener doctrinas contrarias al dogma, á la moral evangélica, y á las buenas costumbres. Cómo tengo bien conocida la religiosidad del señor D. C. L., entiendo que esa palabra se le escapó contra su voluntad, y solo con el fin de redondear él periodo. Dejemos aquí esto, y vamos al grano. Dice el articulista que no podrán oponer los defensores de la opinion contraria mas qué autoridades del tiempo de la relajación, y posteriores á Gregorio Vil: veamos, pues, si se. encuentran algunas anteriores á ese malhadado tiempo, Cuente desde Mego las que he copiado de San Ambrosio, que valen algo mas que un grano de anís. En seguida .tome yd. en cuenta esta otra de San Geróniníp:(in C. 17, Mat.): “Nostros los presbíteros ó clérigos, por el honor debido á Jesucristo, no pagamos tributos, y como hijos del rey estamos libreé del pago de impuestos,” Oiga vd. esta otra -de San Agustin (I, qq. Evang. q. 23): “En ningún reino pagan tributo los hijos del rey; luego con pías razon son libres de pagarlo los hijos de aquel Rey á quien están sujetos todos los reinos de la tierra.”