702 REVISTA CATOLICA 19 de Octubre, 1924. “El recuerdo del transcripto apostrofe—dice E. Barrios de los Ríos—fue inoportuno en los funerales de don Francisco Ruines, y resultó falso aplicado a ese señor, porque su cadáver fue acogido bajo una bóveda sagrada, la de la capilla del panteón español, a donde se le condujo al llegar; hubo prácticas religiosas para Ruines: los responsos que. rezó el capellán; hubo cirios: los que ardieron en el altar y en torno del féretro; y .resonaron, lo que es más que las notas, los versículos patéticos del DE PROFUNDIS....” Y para terminar, sólo deseamos, que los que como Bulnes han llegado a escribir en vida cosas tan burlescas y denigrantes de la fe y prácticas católicas, como él también tengan el valor, por lo menos en sus últimos momentos, de humillar su frente y corazón, prorrumpiendo a tiempo en aquel saludable “ erravimus” de los penitentes que será la eterna pesadilla de los que mueran en su impenitencia (Sabiduría, V, 6). ESCUDRIÑANDO CASAS AJENAS “ ¡ Hipócrita! Saca primero la viga de tu ojo” (Mat., VII, 5). Los pastores protestantes desparramados polla América española están escudriñando todos los rincones del Continente para exponer ante el mundo el estado religioso, moral y educativo de los pueblos hispanoamericanos en el gran congreso que esperan celebrar el próximo mes de a-bril en Montevideo (Uruguay). Con ínfulas de doctores de la América española examinan sus dolencias para prescribir luego la receta, y aparecer como los grandes civilizadores y reformadores de un Continente que vió la luz de la fe y de la cultura mucho antes de que ellos llegaran al Nuevo Mundo. Criminalidad e impunidad. Mejor sería que esos “doctores evangélicos” volvieran los ojos a su país. Aquí todo es alarmante. Sobre la criminalidad, por ejemplo, se quejan del alarmante aumento de asesinatos, debido en gran parte, según dicen, a la impunidad con que se deja a los criminales. “Los procesos criminales, decía no ha mucho Mr. Hughes, se dilatan demasiado, los jurados son demasiado indulgentes, y los jueces demasiado benignos”. Así es que mientras el pobre inocente en el momento de ser atacado se ve a merced de la crueldad de su agresor, éste halla después multitud de defensores para que se le trate con toda suavidad. En un examen que se hizo de 146 homicidios, 32 resultaron “justificables”. De los 114 restantes, considerados como verdaderos asesinatos, en 45 casos no se presentó la causa a los tribunales: en 8 casos por falta de pruebas, en 22 por haberse suicidado los asesinos, y en los demás por no haberse podido dar con los criminales. De los 69 procesos, en 11 no hubo juicio; en 16 los acusados fueron absueltos y de los 41 en que fueron condenados los reos, en 35 se dió sentencia de prisión, por más o menos tiempo, en 3 se estaba aguar dando nuevo juicio o apelación, en uno fué puesto el reo en libertad bajo palabra, en otro fué . multado y en otro condenado a muerte. Así es que “de 146 homicidios, incluyendo 114 asesinatos, sólo hubo treinta y cinco sentencias de prisión, una de multa y otra de pena de muerte”. Por un criminal ejecutado por la autoridad competente, hubo 146 muertos a manos de personas particulares. Las Sociedades de Seguros de vida están alarmadas por las pérdidas que tan- -tos asesinatos le ocasionan; las Asociaciones de Abogados se quejan de la insuficiencia de las leyes e incompetencia de los tribunales para atajar el mal; pero entre tanto multitud de inocentes ciudadanos van cayendo víctimas del puñal asesino. Tomen nota los pastores protestantes para cuando traten de la criminalidad y castigo del delito en su propio país. Iglesias vacías porque, no creen. r Bajo el punto de vista religioso, los jefes del protestantismo están alarmados por una crisis que les da no poco qué pensar: la crisis de las IGLESIAS VACIAS. Según el Instituto de Investigación Social y Religiosa de Nueva York, el descenso en la asistencia a los templos protestantes es tal, que de continuar así, por unos cuantos años, “la Iglesia será una INSTITUCION DESIERTA” Esto no es ya propio de alguna región sino que se nota en todo el país. : “Aquí no se trata, comentaba un pastor, de meras teorías, sino de una situación actual. Con alguna que otra excepción, debida a las brillantes dotes de ciertos predicadores, los ministros están predicando a iglesias desiertas.” En algunas iglesias se nota cierta asistencia, merced a los métodos sensacionales del predicador, pero esa a-sistencia es tan efímera como su mismo método. La causa, añade el mismo pastor, es tan clara como la luz del día: el pueblo no va a la iglesia porque no quiere ir; y no quiere ir precisamente porque no siente interés alguno por las ideas del predicador. EL PUEBLO NO CREE YA EN ESO, está casi seguro de que NI LOS PREDICADORES CREEN...... Así va el pastor exponiendo la crisis tremenda del Protestantismo, prescribiendo luego, como remedio, una medicina peor que la misma enfermedad : “predicar un Cristianismo radicalmente diferente del Cristianismo de Mateo, Mar-, eos, Lucas y Juan, Pablo y Pedro, S. Agustín y^ Anselmo, C alvino y Lutero”_______ Así habla todo un pastor protestante, apostatando hasta del Protestantismo de Lutero y compañía, y “echando a la basura”, como él dice, el evangelio de tiempos pasados para reemplazarlo con un evangelio de los tiempos presentes!...... ¡ Y estos pastores o sus correligionarios quieren venir a evangelizarnos a nosotros! Ciertamente, si Satanás pudiera venir en persona a predicar este “evangelio”, se pondría a la cabeza de todos ellos. Con esto se muestran discípulos de su “sur tánico” más bien que “evangélico” maestro.