los mexicanos que actralmente están divididos por odios y resentimientos se congregarían de nuevo bajo la bandera santa de la legalidad y el orden. ¿Es rigurosamente constitrcional esta línea de conducta? —No se trata de hacer algo apegado extrictamente a la Ley, sino algo que la restaure. Además, el artículo 128 de la Constít ción ordena imperativamente, y cuando no existe más que un camino para cumplir lo mandado, hay que gu'rlo sin vacilar. Los funcionarlos que tengan el valor de aceptar una responsabilidad tan grave, pueden contar de antemano, con que la Nación aprobará si*, conducta. Oaxaca debe seguir las huellas del más ilustre de sus hijos. Hace medio siglo que Juárez hizo que la Patria volviera al carril constitucional después de una lucha tremenda en contra del extranjero. Hoy la República se vuelve a encontrar fuera del reinado de la Ley, y los descendientes del Reformador, pueden imitar su conducta: después de salvar a su Estado, su obligación es iniciar la salvación de la Patria. Una heroína de 17 años Emillienne Moreau Traducción de ’’Revista Mexicana” Una joven francesa, casi una niña, acaba de recibir en Francia la cruz de guerra, añadiendo su nombre su ejemplo "al conmovedor cuadro de honor en el que constan las religiosas, las Damas de la Cruz Roja, los funcionarios postales citados en la orden general del Ejército Francés. Se flama Emillienne Morcad, tiene diecisiete años y medio; vive en el pueblo de Loos libertado por el Ejército Inglés en los combates de los últimos días de Septiembre. En el transcurso de esos combates y a la hora de la victoria fué cuando esta joven francesa demostró su heroísmo y provocó la admiración de los highlanders del general Sir Douglas Haig. Pero desde la primera noche de la ocupación alemana, había dado la medida de su energía. Durante el' año que los alemanes ocuparon Loos, permaneció en la casa de su padre, antiguo soldado retirado, con su madre y su hermano, éste de diez años, y logró imponer a los enemigos- el respeto a su hogar. Como había preparado su examen para ser institutriz, aceptó el cargo de cuidar de los niños del pueblo. El año fué terrible. M. Moreau murió del dolor de haber sufrido la invasión. Su hija calmó su agonía y faltando la madera, encontró en su piedad filial el valor para preparar ella misma el ataúd. Al fin, el día de la liberación estuvo próximo. Desde el granero de la casa, la Srita Moreau presenció la imponente preparación de la artille ría inglesa. No experimentaba ningún temor; no veía sino la victoria. Y el Ejército Inglés hizo su entrada en .Loos. Entonces, según narra el corresponsal del Petit Parisién, que había ido a hacer una encuesta al lugar, entonces, la niña salió a toda prisa. “Los cadáveres interceptaban las calles. Habia sangre en todas partes. Los heridos jadeaban a sus pies. Por sus trajes pintorescos, reconoce a aquellos highlanders tan temidos por los alemanes. Uno a uno los levanta. No es muy fuerte, pero su voluntad decuplica sus fuerzas. Da de beber a unos y venda a otros. Los recuesta lo mejor que le es posible y los médicos ingleses la encontraron inclinada sobre áquellos valientes, de los que casi todos le deben la vida._s “A la entrada del pueblo se oye un canto, coreado por millares de voces, es el “Dios salve al Rey". La Srita. Moreau escucha. Terminado el himno nacional inglés, va hacia los soldados y con toda, la fuerza de sus pulmones, entona la Marsellesa. “Los soldados de la vieja Inglaterra se asombran y después se entusiasman. Rodean a aquella jovenci-ta. La aclaman y, con ella, vuelven a cantar el himno glorioso de Rouget de Lisie." < La cita que de ella hace la Orden del Día del Ejército, dice asi: "La Srita Emillienne Moreau, de diecisiete años y medio de edad, domiciliada en Loos (Norte). El 25, "O de Septiembre de 1915, desde la toma de la aldea de Loos por los ingleses, se apresuró a organizar en su casa un puesto de socorros, empleó todo ese dia y la noche siguiente en transportar a la casa a los heridos, en prodigarles sus cuidados y puso todos sus recursos a su disposición sin aceptar la más pequeña retribución. No vaciló en salir de su casa, armada de un revóíver y consiguió, con ayudá de algunos enfermos ingleses, poner en estado que no hicieran daño a dos soldados alemanes que, emboscados en una casa próxima, hacían fuego sobre el puesto. El redactor del Petit Parisién ha dado pormenores del combate que libró la Srita. Moreau. Afirma que no mató menos de cinco soldados alemanes: tres con granadas, otros dos con el revólver reglamentario de un oficial inglés. “Los tres primeros, dice, se hablan parapetado en un subterráneo desde el cual disparaban sobre el puesto inglés y rehusaron salir. Los otros dos, con la bayoneta calada avanzaron amenazándola. Sin temblar, los dejó llegar muy cerca y los derribó muertos, como un veterano.” De la misma manera contribuyó Juana Hachette a la salvación de Beauvais. El nombre de Emillienne Moreau permanecerá unido a la liberación de Loos. Esta jovencita, el dia de hoy, tan modesta, tan tímida, colmada de gracia y de seriedad, ha renovado una página de la historia de Francia.