davía hace un segundo era la masa de guerreros tremendo y amenazador poder y un segundo ha bastado para reducirlo a la nada, unos pocos avanzan todavía en vertiginosa carrera que luego caen también para no levantarse más. Pero una nueva línea sale de los fosos enemigos, de nuevo los “burras" amenazadores resuenan en el aire y de nuevo como sus camaradas, avanzan con el mismo valor y con el mismo ímpetu. Se adelantan rápidamente, bayoneta en ristre, hasta a cincuenta metros de nosotros y de nuevo se oye el horroroso chasquido de las ametralladoras, de nuevo tiene lugar la horrorosa siega de vidas humanas. Algunos avanzan todavía llegando hasta los alambrados, péro ahi quedaron enredados, a pesar de que estos alambrados no se componían sino de pocos alambres cruzados. Por un momento pienso que los franceses comprenderán que es verdadera locura querer asaltar nuestras trincheras, pero ya avanza una nueva linea de soldados, sus cascos de metal tienen mayor inclinación hacia adelante. Los burras salvajes son todavía más estepitosos, pero un tanto convulsivos y hacen la impresión de que el avance se hace con cierta vaciláción, llegan a la zona del mortífero fuego, se detienen, vacilan, su vacilación no dura ni un segundo y luego retroceden con mayor velocidad de la que tenían al avanzar, han presentido el peligro, pero una nueva linea de soldados se levanta tras ellos, avanza y los empuja hacia adelante, unidos corren hacia nosotros, marchando sobre .los cadáveres de sus compañeros. Pero, ¿qué ocurre? El chasquido de las ametralladoras disminuye, una que otra funciona todavía e involun tariamente volvemos la cabzea hacia atrás, a la zona de fuego que cae a nuestra retaguardia. Espesas nubes de humo flotan tras nuestras posiciones y en ellas caen las granadas, son granadas de gas. Las líneas anteriores no pueden recibir munición, la situación no puede ser más horrorosa, a pesar de todo parece que estamos perdidos, el enemigo se'encuentra en nuestras trincheras, saltando sobre los cadáveres de sus camaradas y sobre los alambres han penetrado en ellas, no son muchos, tal vez algunos cientos en la larga línea ocupada por una división que puedo observar desde mi puesto, pero están en nuestras trincheras, no cabe duda. Nos lo demuestran las culatas que se mueven en el aire-y las granadas de mano, a Cuál será el resultado? En las líneas anteriores, el combate cuerpo a cuerpo, tras ellas la barrera de gases que nos impide retroceder. Sin perder tiempo lanzamos nuestros fuegos tras las lineas enemigas que avanzan, impediremos así por lo menos que nuevas líneas los refuercen. De repente, apenas creo lo que veo, la criba gigantesca parece animarse, nuestros soldados saltan de un hoyo a otro y donde todavía hay minas y fosos de comunicación desaparecen en ellas. ¿De dónde vienen? No lo sé, su aparición parece un milagro, pasan algunos minutos de terrible ansiedad, después aparecen pequeños y luego mayores grupos de soldados franceses desarmados. ¡De nuevo hemos obtenido la victoria por el Emperador y por el Imperio! Hane HORSTEN. Hacemos saber a nuestros agentes y suscritores, que nuestra nueva dirección es: P. O. Box 66, Station A. Album del General Díaz El Señor Madero acordó, en Enero de 1912, el retiro forzoso del General Porfirio Díaz, después de setenta años de servicios a la Patria. ¿Desea Ud conocer su vida legendaria y heroica? ¿Tiene Ud. empeño en contar a sus hijos, los detalles de aquella existencia gloriosa, que tuvo fulguraciones como las de Miahuatlán y la Carbonera, Oaxaca y el Dos de Abril? Es muy fácil. Le basta a Ud. tomar una suscrición semestral de REVISTA MEXICANA, y allí encontrará Ud. la biografía del hombre extraordinario que dio a nuestra Patria lo que hoy tanto necesita: Honor y Paz. Allí verá Ud. su hoja de servicios con más de cien acciones de guerra. Allí, finalmente, verá Ud. un estado comparativo entre el México de 1876 y el México de 1910. Los suscritores de REVISTA MEXICANA que estén al corriente de sus cuentas y paguen además un semestre, lo recibirán franco de porte. Si toman una suscrición anual, recibirán además el “Album de Juárez. ¡A suscribirse! Diríjase Ud. hoy mismo a REVISTA MEXICANA. Si se retarda, corre el peligro de que se agote la edición. Nuestra dirección es: REVISTA MEXICANA. P. O. Box 66, Station A SAN ANTONIO, TEXAS.