EL MAÑANA
DE LA PREASA CARRARCiSTA
He aquí algunos comentarios de '‘.Revolución,” de México, al Mensaje de Carranza:
“¡50,000 PARA LO ASESINOS DE ZAPATA! ¡NI UN CENTA-, VO PARA LA ED. PUBLICA!
En medio de la estupefacción nacional, el Presidente informó a las Cámaras y a la República entera que el Ejecutivo acordó premiar con la respetable suma de cincuenta mil pesos la “acción" en que perdió la'vida Emiliano Zapata. No sabemos cuánto le tocaría a Pablo González,*ni cuánto a Jesús Guajardo. ni cuánto por fin, a los demás Jefes y Oficiales que tomaron parte en la “acción". Pero es lo cierto que tan bella acción mereció la hermosa recompensa de $50,000.
En cambio al pasar por encima de ascuas, por el ramo de instrucción, el Presidente “tuvo el dolor” de decir que no había un centavo, que el Municipio no podía con sus compromisos, y que las escuelas ’ por consiguiente, van desapare ciendo como por encanto.
Tales informes, de suyo muy po- : co lisonjeros, se agravan ahora con la perspectiva de que sean clausu- ¡ radas hasta las escuelas superiores i que ya no serán pagadas por el Gobierno Federal.
Sería preciso que el señorCarran • ¡ za. que gratificó con cincuenta mili pesos a los gloriosos heridores de| Zapata, decretara un subsidio para ! la educación pública. Pero esto no sucederá porque el señor Ejecutivo ¡ resuella todavía por la herida y si-' gue sosteniendo una cuartel en contra Autónomo.
proyecto de abstenciór!	Al
recomendado como panacea infalible para dar fin a la guerrá? • ‘Los neutrales han tenido en todo tiempo la facultad de comerciar con los beligerantes no sólo en provisiones de boca o en artículos de industria, sino hasta en elementos de ‘guerra. La misma Alemania fomentó interesadamente la guerra de los Balkanes vendiendo toda clase de pertrechos. Y el ciudadano Carranza, que entonces trataba de reformar los procedentes internacionales, hoy los invoca en su defensa.
También insiste el ■ Presidente en su desconocimiento de la doctrina Monroe, poniendo orejas de mercader a las constantes prédicas de Mr. Wilson, las cuales demuestran que el mundo ha evolucionado enormemente y que el señor Carranza permanece a muchas leguas de esa evolución. En el artículo que hoy publicamos en cuarta plana encontrarán nuestros i lectores dos invitaciones formalí-i simas hechas por el Presidente I Wilson para que los países del Glo-¡ bo, y en especial los del Continen-; te Americano, se constituyan en 'una sociedad de mutuas garantías. ! Son dignas de particular atención ; las frases pronunciadas por aquel ¡gran estadista al recibir a un gru-I po de escritores nacionales que : fueron invitados a viajar por la ve-Icina República del norte. Si el : ciudadano Carranza no hubiera es-¡tado ensoberbecido por los embelecos de su famosa doctrina; si el . , régimen actual contara con un soguerra Sin h 1 U J L 1 r i
. 1 M . . . 1 lo hombre de talento, las palabras del Municipio ,	‘	,
i de Wilson no se habrían perdido en 	: el vacío. Aquel mandatario pro-rrnüA/TT-KTT-x k _ _Elpuso una reform^ radical a la Doc-nan ncr r> Aa	; trina Monroe, y el señor Carranza,
D DEL G. CARRANZA.	¡ creyendo que basta cerrar los ojos
La parte referente a nuestras para negar el sol o haberse desen-relaciones internacionales com- tendido para eludir una responsa-prende la enumeración completa de ■ bilidad, sigue encastillado en su las repetidas invasiones de núes-' tosudez, afirmando que la Doctri-tro territorio por tropas de los Es-1 na Monroe es incompatible con la tados Unidos del Norte, así como ¡ soberanía de los pueblos. Si se los lamentos del señor Carranza formara la Liga propuesta por Mr. quien, para cerrar con broche de Wilson, el Sr. Carranza no tendría oro y merecer un aplauso popula- j que lamentar nuestra debilidad ni chero que le fue negado, refugiándose en la debilidad Ja mayor de las desgracias que puede tener un país. Admitida esta debili- ' dad, el talento de una buena admi-
nistración consiste en suplir la de-i autor se encuentra a varios millo-flciencia material con una grande-' nes‘de leguas de la evolución del za moral que, si bien se examinan mundo.
las cosas, puede ser preferible ala “Pero esta ignoranciade los posprimera. No parece si no que el se- tulados modernos, lejos de consti-ñor Carranza necesitó que sobrevi-i tujr una atenuante, son precisa-niera el desastre germánico para mente la responsabilidad ineludible comprender y confesar que era dé- de Carranza.
bil. ¡Qué distinto lenguaje el de a-quella nota a ios neutrales en que í en el exterior, y pasará a la histo-descaradamente se pedía que éstos ria como uno de los más curiosos dejaran sin medios de combate a" especímenes dictatoriales cuya calos aliados! Porque de hecho, Ale- lígine siniestra eclipsará las som-mania estaba bloqueada y no podía i bras borrosas de Porfirio Díaz y rezar con los Imperios Centrales el de Victoriano Huerta.”
tendido para eludir una responsa-, sigue encastillado en su
terminó nuestro territorio sería constantemente hollado por los invasores.
i Si la “Doctrina Carranza” está en ‘pugna con la solidaridad de los pueblos, es, como decimos, porque su
“Pero esta ignoranciade los pos-
El ha sacrificado a su país, tanto en el interior como
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