LA PENUMBRA. Solivio:; a la Cwüuda N Unquíd. CHARADA NUM. 2. # X. VA £111313 AOEIS. Iba el sol ocultando en el ocaso i enseñanza sino tubiéramos la precau-’ ; eion do examinar la bondad do la idea y í í ¿le las personas que la siembran y la ha-! peen germinaren el delicado corazón del jó - * L ven: por esto creemos necesaria la abun-j í daneia de buenos profesores; pues encar- ¡ k gados del porvenir, que es lo que mas i - e # i. i; debe preocupar la conciencia de los pue- i cabeilera, kblos, debe tenerse de ellos pleno conocí- \ honzonte imiento de su aptitud, no solamente en ¡ u^ima ^1Z Tie re^CI,?eTa , iticuanto á los conocimientos que deba te- í ^;n c°hna, el 3juie j en el mon e, 8-ner, sino también si sabe enseñarlos y si - ^LIÍl2Ido yo en mi cuba o pa»o a pa^ tiene una conducta ejemplar. < Seguía la vereda , Comprendiendo nosotros el tamaño i Que ‘l un *-l-cl10 condi.ci *, de esta mejora v sns resultados práeti- i alza maguillo arboleda eos tanto en favor de la cansa de la H-1 a^,na aie£lia Bertad como del progreso intelectual y material de los pueblos, deseamos y aun suplicamos á todas laspersonas influentes del Estado, lleven á cabo el pensamiento qué enunciamos y que envuelve una i¿__. í Mecerse acompasada ' Exhalando suspiros blandos, breves, Pur verse en el estanque aprisionada. ; Y" allí de pié bajo la dulce calma ; De un cielo azul purísimo }•’ sereno, ' E ) tropel asaltaron mi memoria ; Tristísimos recuerdos d_* una historia • Que me enlutó la juventud del alma; * Instantes de ventura que formaron ; De mi teinprana vida lín risueño jardín de bellas flores, : Donde era repetida ‘ Por entusiastas pájaros cantores i La mas dulce canción y mas sentida : Del ángel celestial de los amares. Instantes de ventura que pasaron Y en lugar de azucenas En mi ñorido huerto, i Solamente dejaron i Vasto cumtío desierto i Donde la mies vejeta de las nenas, í Instantes do ventura en que sentía ' ¡ Las horas sucederse dulcemente - Sin advertir la aurora que nacía, í Ni el sol al ocultarse en Occidente; ¡ La noche con sus sombras nu vein, ¡ 'Podo era amor mi corazón ardiente, i Todo era hiz en mi alma enamorada, I 'Pudo esperanzas en mi juveu frente. i * : ( ConthiKaed.j Al llegar á la Punta de Vanegas, Del cansado viajero, Con el verdor fresquísimo y lozano De su hermoso ramaje, Y con el ruido blando y soberano ^dea Qae sns fron^as sa^e en boscaje. útilísima para el"mejoramiento de núes-1 Co1?? el pobre animal que soportaba Mi ansiedad por llegar no comprendía A aquel bosque precioso, De freznos, de duraznos y manzanos, Para tornar la cruel melancolía Eu que había pasado todo el dia, Por unos ratos de placer ufiinos; El, de su paso tardo no salla Por nias quo lo azoté con pies y manos. Asi es quo ecsasperado P. v no poder cumplirse mi deseo De fisgar prontamente Al paraje indicado; Me olvido de cae vengo fatigado Al ver el panorama eu Occidente L'e oculta en la region de lo ignorado. Y tendiendo mi vista por doquiera, Del monto tí la llanura. tra condición social. Ó. En medio de los derramamientos de sangre y de la contemplación de esos lúgubres cuadros que cuando pasa deja el . azote de la civilización, se han despren-\ dido las inmensas concepciones de la filosofía, y sujetas ai crisol de la conciencia humana, han operado ya la metamór-fosis del espíritu en metilo de la guerra; v falta solo la metamorfosis del cuerpo ra medio de la paz. trasmisión de las ideas del cer Jbro í ¿dj la humanidad a su complicado, crga- q11g nf>g presenta el sol cuando sufreni mamo, exije movimientos regulares > - - - - * • i' ausencia de toda causa quo pueda iater-rumpii* la corriente de luz que a a á iu- ¡Í^Bdarel corazón de los pueblos. La ™anTriVmon¿r^ IV ^hzacion nos exijo imperiosamente le L . lft monhl?uii¡a azulada esfera, leparemos el material que necesita pa- Y (Ie u e9feva azul á la espadaña> ra cumplir su destino; cumplamos, pues, gcnt¡a extasiado lmandatos de civilización, queg y as* otras regiones trasportado, nada es mas benéfico m satisfactorio pa- ¡ En e¡ del¡rlo sanío ^hos<>trqs, que al bajar a la tumba ) al ¡ Qne calmó en un momento mis congojas, , derrainu* la numera lagrima de la muei- ■ me sacan de mi dulce encanto : M ^iga sobre nuestra trente la primera; ijas notas do las ramas y hls hojas Jugnma de la vida, como una perla de - Do Ios llormosos árboles aquellos gratitud resbalada * el corazón de núes-1 quo ans¡a¿a y0 por platicar con ellos. "ti09, . . . Vuel to en si de :uniel éxtasis hermosa .Es una exigencia para nosotros con-1 De a nel dule0 j^mavo tnbmr eficazmente a la regeneración so-1 Qlie ¿ mialma seu[¡vlímdu$cegozo por medio de la esencia; allies don-, tomar roñoso latente nuestra salvación; y «H Y se lo dí ta mine a á nú caballo. y eremos vivir en completa paz, llagamos ¡ y pn{¡.0 tanto ¡a som$H..t bienlieelioia í VVue esa i dea un sentimiento q. e se arrai-1 aquellos verdes árboles frondosos, i , gíte en e! corazón de .«i,«.vutnu, si ¡ Qnc (>n ¡¿t iumensa ostensión déla llanura ‘ í remos ser neos, inspiremos a esos atletas | aiZai>au mils, i del futuro el «mor al trabajo y el odio á । jtt„AÜ(Io con vientos cu la altura; ¡ le vagancia; si purificar nuestras costum-1 eSeueliar ine senté por un momento b Aires, enseñemos los sanos preceptos de-i d concicrto i eterna moral; si queremos ser instruí- j ,v ^uel dulct, v (val)qa¡lo movimiento, dos. agarremos, esa talango ue pigmeos. protluco- lít btiza lisonjera en civíC do, la, luoeoncia, y av-, y pasar por las ramas murmurando. IWemosla en el m-udo de luz que des-, y en in¡ alnm ttíh líi filosofía moderna; y si por ul-í-^ nI¡vio dulcísimo setítia, queremos ser iehees, pongamos el; j^.XR»a c¡ punto de creer que en es’e día ente de una evolución que colo-} No hab¡¡1 prineipi,l(io la jornada. N faz de nuestros pueblos en frente i Mas l-íego, del estanque ¡a eterna claridad y de la etérua jus- ¡ ve^e virilla 83 alza el tupido césped Y crece la fragante yerbecilla; Miro já tersa linfa en ondas leves Emilio F. Vaz^üez. ®W’ A b>, pnma y t7o» ol Itrio cimba alegre v ufano. Toda la m írgen derecha Del caudaloso Rio Bravo. Y cuando Volvió á su casa Estaba desesperado; Volvía el l<>irv con un (alo Que le f id taba, no es raro. Una letra que los niños No pronuncian de contado. ¿Que es el que traía, A donde iba tan ufano? Al que lo adivine, na premio Como ser hombres le damos. SÍ ella fuera pnma y tfo«r, Un hermoso m/ro se^a Que con gusto alumbraría El palacio de su Dios. Si tu según da y tu tres ‘ En u:t ti*í»no se le diera. Hespí'nderia con tercera Que ##f>, que. minea y amen. Y si su alma fuera mZu Como tu cearfa lo es. No fuera tu novia Ines Si no mi novia seria. Esa ciencia, en conclusion Que es el toJn y dá la gui:. Se llama, la Astronomía La ciencia de Flama* ion. Si ¡a estudias, que lo j Mas provecho sacará: Que si le pones á un os v Tuda tu fortuna en.... oro. X