4-A Mexicali, B. C., Miércoles 28 de Octubre de 1964 LflUOZ-.FROnTEM Editorial Mi Cuarto a Espadas Los Comerciantes y la Zona Libre La depresión económica provocada por la clausura de los casinos y de las casas de juego en Baja California, durante el régimen presidencial de Lázaro Cárdenas, causó a su vez una peligrosa emigración de sus residentes, especialmente de los de las ciudades fronterizas. Esto dió lugar a que el Gobierno Federal concentrara su a-tención en buscar las formas de incrementar e impulsar las actividades agrícolas, industriales y comerciales. Entre las medidas que se adoptaron destaca el de las exenciones fiscales que posteriormente dieron lugar a la llamada Zona Libre. Es indudable que fué el establecimiento de ésta, coadyuvado por la inflación que produjo la segunda guerra mundial y las pródigas cosechas de algunos años, lo que sembró las raíces para el notable fortalecimiento económico que dejó sentirse en la Península, así como para su sensacional incremento demográfico. Aunque técnicamente la Zona Libre implica una situación de “privilegio” respecto a las demás zonas del País; los motivos que dieron origen a su creación le quitaron, técnica y moralmente, esa característica, convirtiéndola en un “derecho”. Pues bien, este derecho ha venido siendo mutilado (en ocasiones con fundmento; pero las más de las veces en forma atropellada y sin un previo y consciente estudio) al grado de que ya, de la Zona Libre, no nos queda nada prácticamente útil. Para justificar las restricciones, los altos funcionarios de la Federación han dicho frecuentemente, que la Zona Libre fué creada para industrializar a la Baja California y no para beneficio de sus comerciantes. Dejaremos para otra ocasión analizar el espíritu del legislador, así como también profundizar sobre los beneficios en cuanto a la industrialización. Por ahora—sin desconocer que muchas veces el intermediario entre el productor y el consumidor abusa—sólo queremos precisar la posición del comerciante en el panorama general de los problemas de la Zona Libre; ya que no entrar en su defensa, puesto que no la necesita. Es preciso aceptar que la actividad comercial—es decir, la acción de acercar al consumidor las mercancías—fué consecuencia del propio progreso de las actividades humanas; y que los que producen esas mercancías: los ganaderos, los agricultores y los industriales, fueron quienes, POR NECESIDAD le dieron vida al intermediario, al comerciante. La historia del mundo entero demuestra que EL COMERCIANTE ES TAMBIEN UN ELEMENTO VITAL DEL PROGRESO. Ultimamente parece que las autoridades federales, con la idea de evitar la fuga de divisas e incrementar la actividad industrial en el interior del País, la han emprendido en contra del comerciante, dictando medidas restrictivas de la Zona Libre que debilitan sensiblemente la posición de aquél. Con la idea de obligarlo a expender artículos que se producen (a veces sólo en teoría) en el interior del País, lo único que logran es limitarle la variedad y, desgraciadamente, la calidad de sus existencias. El público necesita comprar para subsistir, y cuando la necesidad es imperiosa, no le importa violar disposiciones legales. Compra donde puede ... y corre los riesgos consiguientes. Exagerando un poco: puede llegar el momento en que el intermediario (el comerciante) sea totalmente eliminado. ¿Quién se beneficiará?: No el público . . . no el industrial . . . :TAMPOCO MR. XICO . . . ! Unas fueron las intenciones... ¡y otros los resultados! ¡e-.v:.,-. iNTA a* MEJORAS CIVICO moral Urbi et Orbi Por J. L Fernández Cuellar Aclarando Anecdotarío de Baja California Por Armando I. Leleuíer COMO SE GESTO LA CERVECERIA TECATE En una estuosa tarde del mes de agosto de 1938, Tecate entonces tendría unos 600 habitantes, era un villorio que cuyo centro lo constituían la Avenida Hidalgo y la calle Portes Gil. En ellas un remedo de hotel sin servicios en los altos de la cantina de don Eufrasio Santana, en una esquina; frente a ella otro bar de su hermano mayor, don Roque; la Oficina de Correos y la nevería del popular ibero Rufino Pérez, completaban el centro comercial. Nosotros veraneábamos por cuarta vez en aquel pueblecillo amable y acogedor y nos amparábamos en la casa de mi viejo amigo profesor Gerardo Martínez, Director de la escuela rural, que había convertido la parcela escolar de un páramo erial que era,, en un huerto, jardín y hortaliza en los que había plantado duraznos, almendros, olivos, perales y un viñedo. Como buen hortelano cultivaba tomates, cebollas, ajos, chiles, calabacitas, ejotes y una milpita en la que entretenía sus escasos ratos de ocio, si es que los tenía, porque siempre se hallaba trabajando. Martínez era una verdadera hormiga arriera que acarreaba todo lo que podía para mejorar su escuela, pues sin presupuesto y en la inopia la iba haciendo prosperar. En una corta estadía que hiciera el general Francisco Mújica, Secretario de Comunicaciones, obtuvo de éste un motor de dos caballos desfuerza y una bomba para succión de agua. No sé de dónde había conseguido un tinaco viejo y de otro lado se trajo media docena de vigas de un puente abandonado que sirvieron de pilares a la torre donde colocó el tanque. Tuberías de dos, una y media pulgada sirvieron para completar la red para abastecer el líquido elemento a la escuela, la parcela y habitación. La, escuela que originalmente fuera cuartel, después palacio municipal donde despachó don Rosendo Rebelín cuando fué “burrícipe” según propia expresión, amenazaba ruina cuando a ella llegó el profesor y cuatro años mas' tarde dejó un anexo de ladrillo y baños para los escolares. En esa tórrida tarde de agosto que cito al principio de estas líneas, nos hallábamos departiendo en uno de los salones de la escuela después de saborear unas tazas de café, el Gobernador del Territorio Norte, Coronel Rodolfo Sánchez Tabeada; el general Manuel Contreras, jefe de la Zona Militar; el industrial don Alberto V. Aldrete; Gustavo Gutiérrez, Delegado de Gobierno; el profesor Gerardo Martínez y quien esto escribe. La plática convergía sobre la figura de Adolfo Hitler quien cada día tenía mayores sus exigencias territoriales: una vez anexada Austria,ahora reclamaba el Sudeste. El tema se agotaba cuando don Alberto, dirigiéndose al mandatario terrinorteño le dijo: —Sabe usted, señor Gobernador, que he venido pergeñando establecer una cervecería en Tecate? Tenemos excelente agua y en abundancia; la malta la fabricamos ya y solamente tendríamos que importar el lúpulo. Tenemos comunicaciones a Mexicali, Tijuana y Ensenada, carreteras de pri- P a s a a la 6. Col. 5 ¡ Figuras [| Por Miguel Juárez 0. LA DIVISION de los co- lonos y de los ejidatarios; la reducción de créditos o-ficiales para el cultivo del algodonero y el problema de la salinidad en las aguas del Río Colorado, están a punto de sumir al Valle de Mexicali en un caos tremendo, del que inconscientemente son coautores 1 o s propios hombres del campo. ..el escepticismo que se advierte en tomo al conflicto salino es, a no dudarlo, un síntoma de alarma, porque ya no se confia en que la anhelada solución llegue antes de concluir sus gestiones el actual régimen...¿y cómo confiar, si el Presidente Electo, convencido seguramente de que no habrá resolución antes de diciembre, incluya en su agenda de la entrevista con Lyndon B. Johnson el problema de que se trata?...México no puede aceptar una justicia parcial, y si los Estados Unidos de Norteamérica re- conocen el derecho que nos asiste, no sólo se abstendrán de enviar aguas alteradas. sino que aprobarán la indemnización por los daños que han sufrido 1 o s campesinos merced a la invasión de la sal.... pero ¿cuánto tiempo pasará antes de lograr eso?... Intereses personales incubados en miras políticas, dieron origen a la división de los colonos... Miguel Limón, aferrado a la dirección, y e! obstinado en sustituirlo, han dividido ese importante sector, como antaño fué dividida la1 Liga de Comunidades Agrarias por los inconformes que renunciaron al patriarcado de Hipólito Renteria. echando las bases de lo que hoy es la Liga Agraria Estatal.. Los Bancos o-ficiales. confundidos ante el incierto panorama que o-frece el futuro agrícola, han disminuido sus lineas de crédito para el cultivo del algodonero, llamado antes “el oro blanco"...¿hacia dónde vamos?... ¿qué pasó con el espíritu de lucha que caracteriza a los bajacali-fornianos?... ¿van los agricultores a seguir divididos, engañados por un falso interés político, en lugar de u-nir sus esfuerzos, hoy más que nunca _necesarios para Pasa a la 6. Col. 8 “Mientras más conozco a los hombres, más me gustan los perros”; decía con indiscutible convicción el cínico filósofo griego, Sócrates, despuesito de que le decretaran el atizarse una buena dosis de cicuta que le provocó definitiva muerte. Cierro, los nerros con desgraciadas excepciones — Lomelí Cota ejemplariza— son entes perfectamente amables, cariñosos, divertidos y agradecidos. Por ello, dirigiéndonos a Raúl Esquivel, mandamás de los Servicios Coordinados, doctor, persona comprensiva y buen amigo nuestro, queremos hacerle esta popular denuncia que seguramente tendrá eco y dentro de sus posibilidades le pondrá remedio. Todos nos encariñamos con un perro y especialmente los chamacos. Se ha dicho: “Todo niño necesita un perro y todo perro necesita un niño”. Un can llega casi a formar parte de la familia. Sus acostumbradas gracias, su fidelidad a toda prueba, su compañía en casos necesarios es algo tan rutinario que no nos damos cuenta hasta que un día el animalito desaparece. Si la muerte fué natural o accidental, lo lloramos pero nos resignamos, doctor Esquivel, pero cuando con el perro de nuestros afectos se comete un asesinato, sencilla- mente nos indignamos y no ha faltado quien, de saber a ciencia quién es el responsable, con justificadas ganas, se escabecharía al autor. Concretamente, estimable doctor, nos referimos a esos asesinos albon-digueros a sueldo de la dependencia a tu cargo, a quienes en todo verano se les proporciona carne envenenada quesque para prevenir ios casos de hidrofobia. Correcto, que diría Juani-to Chiu, pero lo malo es que los encargados de matar posibles transmisores de la rabia, ve tú a saber, Jefe de los Coordinados, que sádico trauma, entienden sus letales funciones a canes que no tienen ninguna posibilidad^ de transmitir tan pavorosa infección y sencillamente enerva a las personas —no sólo a las dueñas del perruno— de los que matan impunemente —hasta ahora— a inofensivos animalitos. Estimado Raúl: Tu campaña antirrábica muy bien, pero los innecesarios sacrificios de perros que están debidamente vacunados, encerradltos en su casa, nada más nó. Te sugerimos que hagas una investigación sobre las multiples quejas que sobre el caso hayas recibido y no solamente ceses, sino des un castigo ejemplar a cualquier criminal de este tipo, por mucho muy subordinado tuyo que sea.......Nos estamos viendo. Por el Dr. Miguel S. Sodi En algunas columnas anteriores hemos hecho sugerencias acerca de ciertas cosas que atañen a la caridad. Y entre esas cosas, ha figurado el concepto de que la caridad, propiamente dicho, no es la limosna. En efecto, en realidad nadie desea la limosna. Se acepta y aún se solicita, pero nunca es deseable. No es deseable, porque quien la recibe se siente humillado, despedido desde su propia personalidad a causa de la importancia social en que se obliga a vivir y con la sensación de ser despreciado por todos los demás. Puede aceptar la limosna de buen grado, si, el vicioso, el degenerado, el ebrio consuetudinario o el drogadicto, cuando han llegado a la categoría de derelictos sociales. Y si esceptuamos alguna que otra formación ínfima que se da en ciertos medios humanos y que haya producido determinada calidad de psicologías, nadie más, desea recibir gratuitamente. Por esto, también se había dicho en esta columna, que la verdadera justicia social o sea la verdadera caridad consiste en asistir a cada uno de nuestros hermanos, de nuestros conciudadanos, para que puedan ocupar el lugar verdadero que les corresponde soclalmente, económicamente y moralmente, dentro del concierto de nuestro mundo. Porque cada individuo es un caso particular y a cada quién se le debe la oportunidad de poder desarrollarse. No es camino para lograr estas cosas, el lamento perenne contra el rico, que no es otra cosa sino una manera de manifestar foblas nacidas de nuestros complejos. La desaparición del rico, nada remedia, al contrario, o pone a los capitales en manos del estado (comunismo); o si desaparecen los capitales se obliga a reducir las posibilidades. Cada persona pobre es en realidad un problema en particular que debe ser resuelto por la persona misma y con ayuda de los medios generales que deben prevalecer en las naciones y en los grupos sociales definidos (escuelas, universidades, sindicatos, etc.). Así, pues, existen medios generales, si pero tan solo para ser punto de apoyo en cada caso; por ejemplo: La cultura o por lo menos el adiestramiento en determinadas actividades, que en algunos países está restringida, especialmente en los subdesarrollados, constituyendo un verdadero círculo vicioso. La intervención del gobierno en las s-mpresas y profesiones, especialmente en aquellas que se consideran con márgenes económicos .mayores; dejando a un lado a muchas personas que podían aportar su iniciativa privada en mejorarse a sí mismas y'en mejorar el progreso dentro de las posibilidades de su propio trabajo, sumadas al resto de la nación. . /En e®t,e último sentido, en alguna que otra nación subdesarrollada, privando en el gobierno más intenciones de lucro que de verdadero progreso este ha ido cerrando poco a poco las posibilidades de iniciativa particular en muchos campos y se han burocratlzado muchas actividades en donde la presencia humana, se considera una canongía especial, disciplinada. En realidad, deteniendo el progreso, no obstante la furiosa propaganda que se hace de estos hechos, tratando de hacerlos anarecer como favorables. La libertad del parvifundio, sin demagogias y sin la amenaza constante de despojo, es otra gran necesidad, para evitar la pobresa y dar oportunidades, especialmente a la clase pobre campesina. Adios Compadre Colio Por Eduardo Rubio La colecta se hacia asi: Garay Díaz, Patlño, el jomudo Mendoza y el que esto escribe, poníamos por partes iguales para las botijitas de mezcal de olla de Oaxaca. Mi compadre Colio quedaba fuera de la colecta, porque nos “madrugaba” con aquéllo de que “yo pongo las naranjas agrias”. Efectivamente, muchas tardes, hará ya de esto unos veinte años, los cinco nos encaminábamos a la casa del “chato” a despacharnos las consabidas ollitas de mezcal, y como mi compadre Colio, en su solar tenía unos árboles de naranjas, y como ademas éstas eran agrias, pues nos “bailaba” siempre con la colecta, ya que al fin él no venía poniendo nada, a no ser los ácidos productos de sus arbolitos. De todas maneras, era un placer acompañarlo a su casa, ya que se excedía en gentilezas, y además, como el decía, “también pongo la sal, y esa no.se las apunto....” En ese entonces, todos los mencionados laboraban en la Junta Central de Conciliación y Arbitraje, y diariamente, al salir del trabajo, se formulaba el plan de batalla, bien para ir a la Azteca Nueva, de Don Aurelio, o a la casa de Faustino, a las ollitas de mezcal. Desde luego, que en muchas ocasiones, se nos quiso pegar el ex-flaco Tomas Meneses, que entonces tendría unos catorce años y que había debutado como escribiente en aquélla Oficina. Nunca lo llevamos, pues decía el Tatita Garay Diaz, que no sería bien visto que así, de golpe y porrazo, nos convirtiéramos en corruptores de menores. Lo que hicimos, muchas veces, fué aconsejarlo paternalmente para que no se iniciara tan temprano en el arte de vaciar anforitas. O fueron muchos consejos, o fué su tiroides super -desarrollada, el caso es que, hasta la fecha, el ex-flaco no es, muy amigo de entrarle a las copiosas, y solo de vez en cuando, el Gille Silva Cota, lo hace que salga de sus casillas, pero siempre con moderación y tino, como decía el Lie. Paniagua cuando ya andaba'pasadoí Una vez el chato Colio enfermo, se fué por allá a la capirucha y no sé qué pedazo de su Pasa a la 6. Co 1. 7 jCasosg y Cosas J Por Salvador García E El Hombre y la Cultura Rafael Padilla Ibarra *«**««■ Estando muy cerca la fecha en que tendrá que fijarse el salario mínimo que regirá durante el próximo bienio, consideramos conveniente bordar sobre el tema. Este año, tal como ya es costumbre, la Comisión Regional del Salario Mínimo tendrá que hacer el análisis de los estudios que para los efectos anteriores, ya debe haber sido terminado por los técnicos que forman dicha Comisión, los que desde luego, es de esperarse se a-peguen estrictamente a la realidad de las cosas. Posiblemente vengan discusiones -cosa inevitable por cierto- y salgan a relucir consideraciones de todo tipo. Cada sector pugnará •suponemos, por que se llegue a un acuerdo justo. Es más, tal vez suceda lo que aconteció el año pasado cuando si mal no recordamos, las partes que intervinieron en los trabajos para la fijación del salario que rige en la actualidad, no se ponían de acuerdo, y por un momento se llegó a pensar que la Comisión Nacional lo haría en lugar de la Comisión local; sin embargo, al final de cuentas se llegó a un acuerdo y se terminó el problema. Al hablar de salarios, es oportuno hacer algunas re-flexiones, simples pero que Pasa a la 6. Col. 8 En los últimos tiempos hemos escuchado un gran número de comentarios en torno a la reciente traducción de la obra de Antoine de Saint-Exupéry “Le Petit Prince”, “-El Prin-clplto”-. Los comentarlos, como de costumbre, son de todos tipos y limando asperezas generales en las declaraciones que hemos escuchado o leído, podemos decir que hay dos tendencias en la consideración a la obra de Saint-Exupéry: Aceptación y rechazo. En la primera consideración, se traga a la obra sin percibir o echando de lado todo el posible condimento déla cocina del artista, se la lee como folleto aislado sin relacionársele con toda la producción de la cual es hermana y, en fin, no se la lee críticamente ni se la relaciona tampoco con el medio del cual es producto expresivo no sólo como resultado de la correlación de fuerzas en la totalidad social sino, también, de las experiencias sentibles particulares de este autor francés. En la segunda consi- deración sucede lo, que desde hace tiempo hemos venido notando y que, por la insistencia de algunos autores consagrados, se ha vuelto ya un lugar común. Nos referimos a la llamada “Guerra Fría en la Cultura” en una de sus múltiples manifestaciones, sui géneris si se quiere, ya que no ha sido Saint-Exupéry un objeto clásico tipo en esta guerra fría entablada en las producciones intelectua les de los dos grandes bandos de nuestro tiempo. Ha sido, más bien, objeto de rechazo mediante la técnica -nada seria- de colgarle etiquetas tales como la de "obra burguesa sin trascendencia social”, “con tintes existencialistas sin perspectivas” etc. Aquí, como en la primera consideración, se ha olvidado -o no se ha leído- la obra en general de este autor. Mañana, pacientelec-tor, dedicaremos el espacio bajo el título de esta columna para intentar un comentario esquemático que dé una idea general sobre la tan discutida obra 'El Principito'de Antoine de Saint-Exupéry.