¡ pondo, los brazos se retuerce ^iniion-¡do de dolor. negados cm lagrimas; Sobre del mundo el vasto pavimento: | Si vieras tu las sombr.ts i-stupend-is 1 ■' ios Cijos, í'ontmup’iindo i‘l cadaver de : p’110 CI? lh^ si scu -haras .üiscvuso ruoxvNciAiH) por )-:t nu. vioximo ■ .. ' •• - - i i •; i I ais explosiones nmlupies v h )• rendas gai:cia iv.ni-s, KN la PKlMLiiA jvnta ' 'l11'' ll!l' g11* ‘’g1* g"*’ ‘‘g De wi ausiOO rabiosa. . ’.je ^.s^taras. riuaoRAruRiA c iiLiauiAiiA r:x la iglksia 11 °*1 >il sangre aumento, mnuargada , Porque uo fi-.-nc.-i en tu. negro abismo pks. FitANetseo de esta ciiixw, cox kl In voz ])O1‘ los sollozos, palabras ¡n-¡Ningún poder tan nípido y sombrío outeto de estalkcei; vna somEDAD de : colierenÍc‘S se escapan de su pecho. Camo el que hay en----------------------- imzmeivMNciA. up1(x a| desplegar sus secos labios, , 5 modulan balbucientes para, la soci'1- bas oel alma el sentimiento noble bind, negro reprocho. cpie en momenlos como este, ahogan-; ¿Debido est/í la santa institución de do la voz en la garganta, hace vibraid Cristo, (pie h del corazón las libras una aúna. Hay ; aImendi algo ahí, do grande, do sublime, sí siente, se esperimeuta el estremecí miento grato, la .dulce fruiccíon dej h> p ; Cjuio el que hay en el fondo de ni i luismo ormanos hace al rico y go? Esos seres que indiferen-tos pasan sin mirar mi desventura, * ¡ mis hermanos ;eru<'l )nentlrt’r¡ ma, cubiertos con el crespón do la virtud, resisten al furioso aquilón de ... las pasiones. Para que del hombre pudieran desprenderse, era necesario quitarle el sentimiento, hacer que indigno fuese, de ser la imagen del ■Criador. Puede, la razon en sus locos desvarios, darle ideas, preocupaciones, creencias, pero nunca, podra hacerle enjugar el llanto del que sufre, al mendigo abrir su puerta y a su d mesa sentarlo con cariño, si el ham-?, bre, la miseria, allí lo hizo llamar. No sé que dulce lazo, (pie tierna simpatía ai duelo, la desgracia nos une, nos atrae; parece que sus lagrimas son el fruto amargo de aquello (pie se gasta en los placeres, se tira en las orgías, do lo inútil, lo superfino. (pie al pobre, helado de terror, porque siente las caricias de la, tumba, sin fé, sin esperanza, la vida podría dar. ¿Quien en los momentos felices de la vida, del hogar bajo la sania cal-i ma, tranquilo, satisfecho, un solo instante :í la mima/ría trae el triste desconsuelo, el llanto de la madre que i cubierta de andrajos repugnantes,] por las calles implora [u-oteccion, pidiendo con last ¡mora voz una limosna para su hijo que se muere de hambre, porque enfermo, desvalido, ya oís manos no pueden trabajar, vi re.-ces, no muy lejos, tal vez á la otra ¿pieria, la infeliz madre al ver que sü hijo, con la mirada fija, sin fuer- sin aliento, a su voz va no res-j Dispuesto siempre á ejercitar su brio. No tienes en tus hórridas tormentas Ni en tu siiencio sepulcral de espanto Conmociones tan fuertes y violentas Cual las que siento al deshacerme en llanto. Porque hay dentro de mi alma un foco [ardiente Que, en infernal ebullición, mo quema Y que señala en mi estigmada frente De una- mortal persecución el lema. Pero á ese reto qu’ el Poder me manda Le di mi aceptación; y temerario, O cederé vencido en la demanda, O el ídolo seré del incensario. Que quién tiene lo justo por apoyo Y un’ alma poderosa por palanca, Bien puede remover cualquier escollo Y" arrojarlo en hondísima barranca..... Oh noche! Noche cruel? Con tus tinieblas Ennegreces mis hórridos tormentos Y de terrores mis delirios pueblas Con el fúnebre son de tus lamentos. Y ves que de mi alma en lo profundo, Brotando en manantial ¿irido hastío, Se reconcentra amargo y tremebundo Y entorpece la acción de mi albedrío.... **<•**••••» •»■•♦••• <•*•• »■•*■* # e • * Siento un afan devorador que mala Y hace languidecer mis ambiciones Al choque de la hirvíente, catarata De mi furioso amor y mis visiones. Siento qu' el aliña su potencia yergue Y busca en su insondable precipicio Do su ilusión el nacarada albergue Y de un querub el luminoso indicio.... Siento qu* el corazón se me alborota De sus pasiones á la cruel tormenta Y que ruidoso en mi interior rebota Con ansia poderosa y turbulenta. Oh noche! Noche cruel, plega tus alas Y deja que la aurora centellante De su tórrida luz mande las galas A hacer que resplandezca mi semblante. J. M. Santos Coy. Tu mirada es un cielo Lleno de amor, de encantos y ventura, De dicha y de consuelo .. Pero en esa mirada indescriptible, Eu esos bellos ojos, Yo nunca me he do, ver....es imposible.... Cuando sonrio tu boca Me parece entrever el infinito; Y entonces mi alma, de entusiasmo loca, Exhala un grifo, Al comprender que esa. sonrisa pura,