Y Jesús nos amó tanto que permitió que las gentes lo hirieran y lo mataran por salvarnos. Dios siempre nos ama, y quiere que lo amemos a él. Jesús nos ama también y quiere que lo amemos más que a cualquier otra persona del mundo.” LOS NIÑOS ESTAN LISTOS PARA LA FE Los primeros pasos para desarrollar la fe son muy sencillos: guardando secretos, teniendo la mano fuertemente asida, abrazando a un niño asustado, contestando a un "por qué," o hablando con confianza. A veces es más. Un domingo por la noche en el Departamento de Cuna, la obrera habla relatado muy sencillamente cómo Jesús curó a la niñita enferma da hija de Jairoi. Ella dijo: "Y Jesús subió al cuarto donde yacía la pequeña; le cogió la mano y le dijo: 'Pequeñita, levántate.' Y allí mismo, la pequeña se levantó como Jesús le dijo que lo hiciera. ¡Y el papá estaba muy feliz, y la mamita estaba muy contenta! Yo creo que Jesús estaba contento también." Juanilo. parado cerca de la obrera, reaccionó en una forma que será recordada por mucho tiempo. Al principio. una expresión de reverencia cruzó su carita, no estaba acostumbrado a oir una voz que contase un relato en forma continuada. Luego hubo ansiedad, puesto que Juanilo sabia lo que significaba estar enfermo. Pero cuando la maestra dijo que "la pequeñita se levantó, el rostro de Juanilo expresó gran contento. Batió las palmas y gritó: "Niñita, niñita. ¡levántate! ¡Levántate!" Tres veces esa noche y durante el domingo siguiente Juanilo pidió que se le repitiese el relato; y cada vez batió las palmas y gritó: "Niñita, ¡levántate!" Ese sencillo relato fue una experiencia de fe para Juanilo. A través de él experimentó que Jesús podia hacer lo que otros no podian. Y nadie podrá jamás quitarle a Juanilo su gozo y su confianza en dicha experiencia. Es una realidad para él. LOS NIÑOS ESTAN LISTOS PARA EXPERIMENTAR ARREPENTIMIENTO La obrera del Departamento de Cuna habla colocado cuidadosamente una rosa y un pimpollo en un florero sobre la mesita baja, a fin de que los niños pudiesen gozar de ellas. Pero Manila, al verlos. Inmediatamente siguió su primer impulso: el de cogerlos. Sacó la rosa del florero, la aplastó con su manila y. acto seguido, le arrancó los pélalos uno por uno. La señorita observaba consternada: Luego dijo con gran aflicción en su voz: "¡Cuánto siento que Martita haya destrozado la linda flor! ¡Cuánto lo siento!" Martita miró sobresaltada la expresión del rostro de la obrera. Luego apareció en los ojos de la pequeña la misma expresión de arrepentimiento, diciendo con el mismo tono que usara la obrera: "¡Cuánto lo siento! ¡Cuánto lo siento!" En diferente oportunidad pero con el mismo grupo de niños ocurrió lo siguiente: Juanilo le tiró un bloque de madera a Garlitos. La señorita rá- pidamente reprendió al ofensor dlcléndole "¡No, Juanilo! ¡Eso duele!" Y luego, al abrazar a Garlitos, continuó diciendo: "¡Cuánto siento que Juanito le haya pegado a Garlitos! ¡Cuánto lo siento!" Inmediatamente Juanito se acercó y le dio unas palmaditas afectuosas a Garlitos. En el Departamento de Principiantes hay oportunidades frecuentes para desarrollar la comprensión de los niños sobre lo que significa estar arrepentidos y ser perdonadores. Un método importante es el frecuente uso por parte de la obrera de: “¡Cuánto lo siento!", cuando ella haya cometido un error o haya perjudicado a algún niño. Y por su parte, estará atenta a fin de felicitar a los niños que demuestren buena disposición perdonadera. A estas experiencias personales la obrera puede agregar relatos versando sobre niños que hicieron mal pero que se arrepintieron, asi como también de las incomparables narraciones de cuando Jesús perdonó a aquellos que le hicieron daño. Para los principiantes mayores son apropiados los relatos de personajes del Antiguo Testamento que hicieron lo malo ante los ojos de Dios. LOS NIÑOS ESTAN LISTOS Cuando al fin el niño dice: "Quiero ser miembro de la iglesia", considere su pedido atentamente, y con espíritu de oración pregunte: "¿Por qué quieres ser miembro de la iglesia?" Si Inocentemente responde: "Porque Juanito lo es", conteste sin darle demasiada importancia: "Las personas no se hacen miembros de la iglesia porque asi lo hacen sus amigos. Las personas se hacen miembros cuando quieren hacer todo lo que Dios les pide que hagan. Algún dia tú experimentarás eso. Cuando asi sea, dime otra vez que quieres ser miembro de la iglesia." Si el niño llegara a decir: "Quiero entregarle mi corazón a Jesús", pregúntele: "Dime lo que sabes acerca de Jesús.” Si su respuesta incluye los conceptos esenciales de que Dios envió a Jesús y de que Cristo nos amó tanto que dio su vida por nosotros, pregúntele lo siguiente: “Si le entregaras tu corazón a Jesús, ¿qué harías entonces?" Cuando haya hablado con el niño, sugiera: "Nadie puede decirle a ninguna otra persona cuándo debe de entregarle su corazón a Jesús; pero a veces las personas nos pueden ayudar. Nuestro pastor es tu amigo; ¿no te gustaría decirle a él lo que acabas de decirme?" Adultos conscientes, maduros en experiencia y desarrollados en gracia, frecuentemente expresan duda acerca de la preparación de un niño para la conversión. Sin embargo, ¿quién puede precisar el momento exacto? ¿Acaso no es posible que las limitadas experiencias del niño y sus sencillos deseos de "entregarle su corazón a Jesús" puedan ser tan significativos para él como la conversión de un adulto? Aunque podemos equivocarnos al tratar de determinar el momento preciso para la conversión de un niño, de una cosa podemos estar muy seguros: los niños siempre están listos para la fe, para el amor y para el arrepentimiento. experiencias que a su debido momento pueden ser interpretadas espiritualmente. Es un privilegio Inapreciable de los obreros que trabajan entre los niños, tener una parte en esta temprana siembra. “Señor, guianos a cumplir esta nuestra responsabilidad."—Tr. Ana Maria Swenson de The Sunday School Builder. “I<ín Obras «le la Carne" (Por la esposa de un ministro bautista) Una de las peores manifestaciones del pecado es la impureza sexual y la infidelidad conyugal. En este articulo trataremos de hacer frente al problema, y por lo tanto, limitaremos el significado de "obras de la carne" a transgresiones sexuales. Como señorita, hice míos los severos preceptos paternos sobre normas de conducta. Doy gracias a Dios porque esta actitud me guardó de peligros y de tentaciones. Sin lugar a duda, el cumplimiento de estos preceptos influyó para hacer que mi punto de vista sobre el sexo opuesto fuese a veces más cerrado que sano. Sin embargo, esto me preparó para que, desde temprana edad tuviese la convicción de que la pureza sexual era una virtud fundamental y que cualquier desviación era pecado. Con todo, no estaba preparada para reconocer que la impureza sexual no estaba limitada a cierto barrio de la ciudad ni a ciertas personas declaradas y hechas a un lado por la buena sociedad. Encontrar su horripilante cabeza en una banca de la iglesia fue una sorpresa muy grande para la joven esposa del flamante pastor. Recurrió la experiencia intima de querer envolverme en manto de santidad e ignorar asi el problema. Eso no ha sido posible, ni lo fue en esa primera ocasión. Discutiendo cierto dia el viejo problema con un amigo médico, hice la farisaica declaración: “En mi modo de pensar no hay lugar para esa clase de persona." De una manera firme pero amable, me respondió: "Pero tendrá que hacerle lugar." Con el tiempo he aprendido que el condenar es muchas veces el mayor pecado. Jesús presenta el cuadro del perdón al alcance de sus hijos pródigos cuando habla con la adúltera. (Juan 8: 3-11). Su pureza y sus elevados principios morales no fueron contradichos por este relato. Para los individuos como yo, tentados como lo estamos a ponernos del lado farisaico para condenar a una adúltera, la compasión y la gracia del Señor nos son reveladas. La tentación para caer en la impureza sexual y la infidelidad conyuga) existe entre los miembros de iglesia. Algunos hombres de Dios han Integrado las filas de los caídos. El rey David es un ejemplo — un hombre de quien dijo Dios: "He hallado a David, hijo de Jessé, varón conforme a mi corazón, el cual hará todo lo que yo quiero" (Hechos 13:22). Y sin embargo, manchó las páginas de la historia hebrea con su gran pecado. Aun cuando deseamos que la vida inmoral esté limitada al mundo, nos damos cuenta que ella está entre nosotros. Sabemos de iglesias cuyo testimonio ha tenido sus limitad) nes a causa de inmoralidad o de indiscreción por parte de algún diácono, de algún oficial o del mismo pastor. Los miembros de iglesia no están inmunizados contra la tentación; somos todos pecadores salvados por gracia. "Asi que, el que piensa estar firme, mire no caiga". (1 Cor. 10:12). Los culpables deberían darse cuenta de que el juicio de Dios cae sobre la impureza y que. aun cuando se arrepintiesen, su servicio podría ser restringido por sus pecados anteriores. Esta verdad debe ser aceptada y sos- tenida con valor, puesto que "mi potencia en la flaqueza se perfecciona." La adúltera bien pudo haberse quitado el gusto por su vida anterior; pero no logró distinción alguna por si misma, sino que se le recuerda entre los nombres de las mujeres que Jesús hizo Inmortales. David sufrió muchas aflicciones de muy variada índole como resultado de su pecado: la muerte de su hijo, la pérdida del amor de su esposa, la nefanda inmoralidad de sus hijos. Por lo mismo, los hombres hoy en dia pueden esperar que su influencia sea cortada y su servicio estorbado debido a vicios sexuales. Los frutos de la pureza sexual son múltiples. Pablo enumera las tres primeras "obras de la carne" como "adulterio, fornicación, inmundicia”. “El fruto del Espíritu", al contrario de las "obras de la carne", son: caridad, gozo, paz. Juan señaló: “Y el mundo se pasa, y su concupiscencia; mas el que hace la voluntad de Dios, permanece para siempre" (1 Juan 2:17). El plan de Dios es que las relaciones más intimas de la vida sean una experiencia en el desarrollo de la caridad, del gozo, y de la paz. Ya hemos insinuado que donde no hay inmoralidad sexual ni infidelidad conyugal hay pureza sexual. En realidad, es la única base esencial para ella. No debiéramos conformarnos con menos que el grabado supremo de la pureza sexual y ese grado no se consigue sin mucho esfuerzo. El creyente soltero está en la situación de tener que hallar medio en que traducir el impulso sexual en deseables expresiones de servicio y de conducta. Nuestra propia denominación está sienao bendecida con un número de hombres y de mujeres de esta categoría que rinden un servicio puro en todas las fases de actividad deno-mlnacional. El joven está llamado a glorificar a Dios en el cuerpo, y mediante esta linea de conducta, mantenerse puro para "el único amor." Los jóvenes casados están llamados a reconocer los votos matrimoniales como permanentes, y a crecer en el amor mutuo del cual habla Pablo en 1 Corintios 13. Además es muy esencial para lograr la pureza sexual, disociarse de toda vida social y de circunstancias que tienten a uno u otro a experimentar emociones o pasiones por otro que no sea su compañero. Los padres cristianos cuyas vidas han sido bendecidas con los resultados creativos de la experiencia sexual están llamados a alcanzar una madurez sexual a través de la pureza. El amor firme, la camaraderia leal, la fe y la estimación que son posibles con la madurez sexual fomentarán un ambiente en el hogar parecido al de nuestra morada eterna. Ore por las Cruzadas de Evangelizarán en 1959 Nuestras iglesias están llamadas a hacer énfasis en la vida del hogar cristiano, en el culto, en el hogar y en la iglesia, en las instrucciones sobre el matrimonio para los jóvenes, en el compañerismo con los hermanos en la iglesia, y en las actividades de esparcimiento para todos. Estos ayudarán para magnificar el significado estable y la santidad de la pureza sexual.—Tr. Ana María Swenson de The Baptist Training Union Magazine. 10 EL PROMOTOR DE EDUCACION CRISTIANA biblioteca-casa r. De PUBLICACION^