EL MINISTERIO CRISMO Aceptando la proclamación del evangelio como un imperativo de Dios, en la declaración del apóstol Pablo, cuando dice:... "porque me es impuesta necesidad: y ¡ay de mi si no anunciare el evangelio!", trataremos del ‘•ministerio cristiano", como experiencia de un encargo divino, en su sentido de vocación y llamamiento a la obra del reino de Dios, y haremos a un lado las definiciones dialécticas del término como ejercicio profesional religioso. El ministerio cristiano como vocación divina, tiene un doble aspecto definido: predicar y apacentar. Lo primero, es ofrecer la luz al que yace en las tinieblas del pecado y rescatarlo del mal: y lo segundo es preservar en la verdad al que ha sido r< sentado y apacentarlo en el aprisco de la fe y la devoción al Señor. A esto se refiere el aposto! Pedro, cuando dice: "Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, teniendo cuidado de ella". Este cuidado por lo personal y esmerado es de carácter clínico, puesto que es vital y trascendente, de acuerdo con el propósito de Dios. Y como no puede haber ministerio s i n ministro, concluimos que el ministerio cristiano es el llamamiento de Dios al hombre, de quien se dice con verdad: "Nadie toma para si la honra, sino el que es llamado de Dios, como Aarón" que parecían ser las columnas de la obra de Cristo, el apóstol defendió su autoridad apostólica con firmeza, probando que su llamamiento era divino y no humano. «1 Cor. 9:1. 2: Gál. 1:1. 11. 12i. LA OBRA PASTORAL EN SIMBOLO En una antigua pintura se nos da un símbolo magnifico de la obra pastoral. Representa una escena de altas montañas nevadas. en cuyas faldas ha caído una ovejita sobre un espeso manto de nieve. Junto a la ovejita está un perro que cuida celosamente del pobre animalito. El perro no se atreve a alejarse de la oveja, como si previera algún peligro, y junto a ella lanza desesperados aullidos en demanda de auxilio, para prevenir el mal. Nada más expresivo del sentido de la responsabilidad pastoral, que ese cuadro de la oveja y el perro. La obra pastoral, o ministerio cristiano, se define mejor por la experiencia que por la teoría. Sólo asi podemos hablar con autoridad y decir con franqueza lo que realmente es el ministerio cristiano, sin temor a incurrir en fantasias misioneras. El ministerio cristiano es real y trascendente y no puede admitir nada que no lleve el sello de lo eterno y de lo divino. Por lo regular nuestras mentes dadas a la fantasia y a la ponderación teórica de las cosas, siempre nos induce a pensar que debemos extender nuestras cuerdas, sin pensar en que también debemos fortificar nuestras estacas. Lo uno y lo otro tiene su razón de ser en el sentido ministerial cristiano, de acuerdo con el llamamiento de Cristo. En efecto, el ministerio cristiano tiene dos aspectos: pescar y pastorear. Lo uno es ensanchar. ganar almas, conquistar corazones para Dios: lo otro es preservar lo que se ha logrado. Y he allí la obra pastoral integral. En el ministerio pastoral no cabe la vanidad ni la jactancia, sino el sacrificio por amor y conciencia de responsabilidad. El hombre moderno vive perdido en la maraña intrincada de un mundo de máquinas que le rodean y fuerzas mecánicas que le asfixian. No disfruta de la paz y la quietud del hogar y por lo mismo necesita una voz que le anime y una luz que le guie hacia Dios. Su necesidad es imperiosa y sólo alguien que conozca la necesidad humana y el proposito de Dios puede ayudarle. Y aunque la obra del Señor necesita administradores inteligentes, organizadores expertos, y predicadores poderosos, no obstante la mayor urgencia de la obra es de pastores poseidos de un profundo sentido de simpatía y amor por el rebaño. Hoy más que nunca la civilización ha perdido de vista el valor del individuo y por lo mismo se necesitan hombres que con una visión de Dios vean que hay en su derredor almas sumidas en las congojas comunes, y presas de ansiedad. Luego, tanto el mundo como las mismas iglesias, necesitan hombres que hayan captado la visión divina de Cristo para ponerse en relación directa con el individuo y rescatarlo de su estado de tinieblas. Es preciso que haya quienes se adentren en el bosque humano y lleguen hasta donde está el alma solitaria que gime bajo su desventura. Y esta obra tan real y EL PROMOTOR DE sublime es la obra del pastor que siente el imperativo de su vocación. EL ESPIRITU DEL PASTOR Las ovejas del rebaño son el tesoro más precioso para Dios, y el pastor no tiene derecho ni de abandonarlas ni de espantarlas con amenazas. Su privilegio y obligación es cuidarlas y guiarlas. La iglesia de Cristo, con todas sus faltas, como corporación compuesta de hombres falibles, es el objeto del amor de Dios y debe ser el nuestro. Y la relación con los hombres no se logra desde una oficina administrativa sino en la acción espiritual misionera. sintiendo la palpitación espiritual del rebaño y reconociendo la necesidad de cada individuo que lo compone. Debemos reconocer que somos "almas solitarias" en un mundo congestionado de seres egoístas y mezquinos. "Somos cual islas y nos comunicamos a gritos a través de los mares de la incomprensión". dice Rudyard Kipling. En consecuencia es necesario el acercamiento de las almas mediante el espíritu de Cristo, el cual se expresa en la obra pastoral. Los antiguos profetas de Israel. al anunciar la venida del Mesías, ponían como nota de esperanza el espíritu compasivo de Cristo, afirmando que él “apa-centaria el rebaño y llevaría los corderos en su seno." Y asi fue El evangelio dice q u e Cristo, "viendo a las gentes, tuvo compasión de ellas; porque estaban esparcidas como ovejas que no tienen pastor". Para él. aquel cuadro moral del pueblo, era por falta de pastor. Por consiguiente, en la dispensación del evangelio, el ministerio que el mundo necesita es el pastoral, esto es. un ministerio de amor y compasión. A esto se debe que Cristo aboliera el ministerio sacerdotal de la antigua dispensación. UN CAMBIO FATAL La obra pastoral es incomprendida. y por eso se le da poca importancia, pero en realidad, el ministerio cristiano es esencialmente el pastoral. Son los pastores los que hacen el trabajo de EDUCACION CRISTIANA ganar almas y apacentar el rebaño. Pero el concepto ministerial cristiano ha sufrido un cambio fatal en el curso de los siglos. La iglesia ya no se considera como un rebaño, sino como una organización, y el concepto original ha sido falseado. Aun en los dibujos de las catacumbas se expresaba el espíritu de Cristo, representándolo como pastor y no como dirigente de una organización. En los cuadros dibujados en las catacumbas se le representaba como EL BUEN PASTOR sosteniendo una ovejita en sus brazos. Este concepto se fue perdiendo poco a poco, y el cristianismo dejó de ser la religión del buen pastor y se convirtió en la religión del dirigente táctico y calculador. Y la iglesia local en vez de ser un rebaño se convirtió en una ORGANIZACION, en un mecanismo cuidadosamente formulado; y la persona encargada para cuidarla dejó de ser el pastor que va por valles y montañas buscando su oveja perdida, afrontando peligros por ella; y surgió la persona con voz de mando y con autoridad de señor. El sentido pastoral dio lugar al oficio sacerdotal, esto es, al reverendo, para que en vez de que éste buscara a las ovejas perdidas. las ovejas vinieran a él en busca de auxilio espiritual y sacramental para obtener el perdón. Siguiendo este ritmo evolutivo el ministerio del pastor fue absorvido por los sacramentos y las penitencias, y el amor fue sustituido por el temor. La evolución d e 1 ministerio cristiano puede dividirse en tres grupos: lo. Surgió el sacerdote en la época medioeval con arrogancia señorial. 2o. Luego, en los dias de la Reforma aparecieron los grandes predicadores. 3o. Y por fin. ha surgido el promotor u organizador de nuestra época. El sacerdotalismo logró imponerse por medio de la penitencia y fue reconocido como gran señor. Los g endes predicadores de la Reforma se entregaron a las discusiones teológicas y a las definiciones dogmáticas descuidando la ternura del ministerio pastoral. Por último, en nuestro tiempo. el promotor, el organizador, es el hombre de empresa, el que pone en marcha la obra misione ra con sentido a veces hasta comercial. Y si la predicación y la promoción y organización son buenas, no obstante el ministerio pastoral, es la clave de un servicio eficiente en el reino de Dios. Se necesitan hombres en el reino del Señor, pero hombres que tengan el concepto ministerial de amor y compasión por el rebaño del divino Redentor. CONTRASTES DIGNOS DE NOTAR Los egipcios fueron grandes constructores, por lo cual vieron con desdén el "oficio" pastoral de los hebreos. Sus obras de ingeniería quedaron plasmadas en las pirámides, con sus lineas geométricas, dispuestas a desafiar el tiempo y el espacio. Como hombres de tan elevadas disciplinas mentales y hábiles constructores, se sintieron superiores a los pastores de los campos de Gosén. Y como la naturaleza humana es la misma hoy, a pesar del concepto espiritual cristiano, hay peligro de que los organizadores y dirigentes de categoría tengan en poco el valor de la obra pastoral, y consideren su obra superior a la obra pastoral. La obra ministerial del pastor es difícil, agotadora y aventurada; pero nada trae más gozo y descanso a las almas que la obra del pastor. Sin embargo, aun en este mismo campo de servicio hay una linea divisoria. Jesús hizo diferencia entre el buen pastor y el asalariado. El buen pastor tía su vida por las ovejas, esto es. su ministerio es vital y no profesional. En cambio, el asalariado huye los peligros y rehuye las responsabilidades vitales. El uno vive para las ovejas, el otro vive de las ovejas. Para uno ese trabajo es un privilegio, es parte de su vida, para el otro es un empleo, un modus uivendi. Para el asalariado las ovejas descarriadas, débiles y flacas, son un estorbo y no encuentra razón para molestarse por ellas; para el buen pastor esas ovejas son una oportunidad de mostrarles su amor y servirles hasta el sacrificio: no teme afrontar el peligro, y con valor desafia las circunstancias. Estas dos clases de pastores (Pasa a la página 12) 8