Marzo REVISTA EVANGELICA 137 Guardad Limpio Vuestro Corazón ---o--- Primeramente fijemos la atención en Prov. 4:33 donde el sabio dice: “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón: porque de él mana la vida," o como dice otra versión: "Guarda tu corazón de toda cosa que has guardado." Cuidad vuestros bienes, cuidad vuestro hogar, cuidad vuestra salud, cuidad vuestro carácter: pero sobre todas estas cosas cuidad vuestro corazón. ¿Por qué? Porque de él mana la vida. Juan Bunyan, al pintar el carácter de Ignorancia, le hace decir: "Mi corazón es tan bueno como el de cualquier otro, y en cuanto a mis pensamientos, no me preocupo de ellos.” Esto muestra desde luego que no se conocía a sí mismo, y que estaba expuesto a caer ante toda tentación que se le atravesara en el camino. Si vosotros no os habéis fijado en vuestros pensamientos, comprenderéis antes de que os lo diga, que la primera sugestión del mal viene por la puerta abierta del pensamiento. Veamos ahora en Prov. 23:7, y leamos: “Cual es su pensamiento en su alma, tal es él." Los pensamientos que brotan, establecen los rieles por los cuales correrá el tranvía. Exactamente como los tranvías corren por los rieles tendidos en la ciudad, de la misma manera las acciones seguirán la vía trazada por los pensamientos. Yo conozco hombres que dicen: Yo no debo hacer tal cosa, pero si puedo permitir que mi pensamiento piense en ejecutarlo. Hay personas que no se permiten un acto impuro, y que en las horas de la noche quc su pensamiento vaya a donde quiera, y tales hombres y mujeres creen que han escapado de hacer lo malo; pero deben tener presente que tales pensamientos son vistos por Dios, y tendrán que dar cuenta de ellos en el día del juicio. También deben saber que tales pensamientos que han abrigado en su corazón al fin serán manifestados, y que tal vez realizarán un acto en su vida, aunque sea diez años después, que será el resultado de aquellos malos pensamientos. Algunas veces parece cosa terrible que toda una vida sea echada a perder por un solo acto, y tal vez alguno se sienta dispuesto a compadecer a ese hombre y a deci. que es cosa dura juzgarlo y perjudicar toda su vida por el acto pasional de un momento: mas pensad que un acto no es una cosa solitaria. Realmente es el punto de reunión de las vías por donde han corrido los pensamientos de ese hombre que se ha permitido tales pensamientos, y entonces ya no lo juzgaréis por un solo acto, sino por el proceso que dió ese resultado. El árbol quedó carcomido por dentro antes de que la tormenta lo hiciera caer,—F. B. Meyer.