Marzo REVISTA EVANGELICA 155 wRieimiinim! SECCION DE PROPAGANDA I„U.!L'ITT Conmovedor Relato DE DOS HERMANOS EN EL ORIENTE Traducción del original griego, por A F. Boíl, Suiza. Hace algunos años aconteció en una ciudad oriental un hecho tan admirable y conmovedor que no puedo menos que referirlo: Vivian juntos dos hermanos en cierta ciudad del Oriente. El más joven llevaba una vida desordenada y licenciosa; desde que amanecía hasta las altas horas de la noche se entregaba con ahinco a los placeras ilícitos y nunca demostró el menor deseo de abandonar sus excesos. El hermano mayor, por el contrario, era un hombre piadoso, humilde y consagrado. Activamente ocupado en una carrera honorable, no dió lugar a la tentación o cosas pecaminosas. La conducta de su hermano le causaba honda pena y a menudo y con lágrimas lo quiso persuadir a dejar sus vicios. El joven no hizo caso ni de los consejos ni de sus lágrimas, antes continuaba desenfrenadamente arruinando su cuerpo y su alma. Día tras dia se repetía su modo miserable de vid, ; decía sencillamente que se divertía hasta muy noche, mientras el hermano mayor se desvelaba muchas veces esperándolo hasta su regreso y rogando a Dios por él. Cierta noche, como a la una de la mañana, el hermano mayor oyó que alguien tocaba la puerta repentina y apresuradamente. Abrióla, entró corriendo su hermano menor pálido y temblando; su ropa estaba toda manchada de sangre. “¡Sálvame, escóndeme!’’ gritó. “Me busca la policía. He matado a un hombre; mira toda esta sangre. ¡Es de él! ¡Oh, qué horror!” Pero ¿cómo podría ocultarlo para evitar que la policía lo hallara? El amor siempre halla el modo. Sin decir palabra, el mayor Copiado de “La Luz Apostólica,” de San Antonio, Texas.