E L S E M B R A I) O R A6U me ELS E M B R A I) 0 R —Hrc-Trd-----9 6 MAGEN DE LA ECONOMIA Trabajo presentado durante una de nuestras sesiones por el Sr. Lie. RAUL RANGEL Y FRIAS. LOS principios que se deducen de los movimientos económicos considerados en conjunto dentro de un país determinado, digamos el nuestro, pueden imaginarse con ayuda de otros fenómenos propios de la física o de la biología. Al fin y al cabo, en términos generales, existe una gran semejanza entre todos los principios o leyes que organizan las ramas que se suman en el conocimiento. La noción de energía o de fuerza vital equivale al principio de la producción en materia económica. Y de la misma manera los conceptos de trabajo y gasto de fuerza son equiparables al de capitalización y consumo económico. Finalmente, las ideas de equilibrio, movimiento, dirección de las fuerzas tienen una aceptable semejanza con las correspondientes nociones de la ciencia económica. Sin que se pretenda explicar unos fenómenos por otros, los económicos por los mecánicos o los biológicos, imposible a fin de cuentas porque en materia económica interviene el factor decisivo de la iniciativa y de la inteligencia humana; se puede, sin embargo, echar mano de ellos para aproximarse al conocimiento mediante una visión o imagen intuitiva tomada de cosas familiares. Así por ejemplo, se ha comparado el ciclo de producción, distribución, circulación y consumo de los bienes económicos, a la imagen física del sistema planetario o del atómico y a la del cil io de la vida humana. De la fuente de producción o de energía imaginemos que parte una flecha que se gasta o consume durante el proceso de movimiento engendrado y otra que se agrega al producto o trabajo desarrollado. Si la corriente encaminada al gasto o consumo es de la misma magnitud que la que la produce, el trabajo es igual a Cero; y a mayor ahorro de este desgaste el resultado obtenido crecerá otro tanto. En la economía de un País, como en ca da uno de sus fenómenos de producción, el consumo que está representado por el costo total—materias primas, salarios, gastos, etc.,—puede ser de mayor o menor valor que el Articulo o los bienes que se hayan producido durante ese movimiento. Así, se llama renta Nacional a todo el conjunto de mercancías, bienes y servicios que se producen lomando un lapso determinado para calcularlos, como por ejemplo un año, y capitalización o ahorro Nacional la cantidad de esos bienes que acrecientan la suma de reservas, medios de producción y energías que serán empleadas en el siguiente proceso productivo. El consumo es la absorción o gasto de energías de trabajo, mercancías y servicios empleados en la circulación y distribución de los bienes (pie fueron necesarios para el desarrollo del movimiento y creación productiva. Aquí es útil recurrir a una ilustración tomada del ciclo biológico, para dar el siguiente paso en la explicación de los procesos económicos. Los movimientos del ser vivo tienden a un equilibrio en el que las fuerzas de conservación y de destrucción o de desgasto se mantienen balanceadas, aún cuando siempre en la realidad el desgaste o la pérdida tiene que ser mucho menor que la conservación para que se sostenga la vida. El fiel de esta balanza es el que se llama, en términos generales, la salud o el vigor del individuo. Igual semejanza ocurre en la vida económica entre los procesos de capitalización y de consumo, pues la superioridad de cualquiera de ellos puede originar trastornos semejantes, a los de la salud en un hombre adulto y normal, cuyo exceso en el aumento de reservas se traduce en la obesidad y la disminución de las mismas en un estado de debilidad extrema próximo a la consunción. En la vida humana sin embargo, los procesos de formación de reservas son muy (Sigue en la l'ág. 7) EL ARBOL jí.j' S la india, en los tiempos en (pie ■ll'' la habitaba la Princesa Sólita. Brahmin vivía retraído y tal vez jeliz en las orillas del Ganges. Alternaba sus horas entre la oración, la poesía y el cultivo de la tierra. Un día sintió nacer en su interior una inquietud poco acostumbrada en él; estaba descontento de los conceptos de sus es tro jas; repasó sus ideales y encontró, que lo que hasta entonces había juzgado de hermosas, lo halló de escasas ideas y pobres de jornia. Estos temas son cosas baludíes, dijo: es preciso que yo cante más bello, lo más bello y grande que exista en el mundo. Y podía cantar, precisamente bullían en su cerebro nuevas ideas, las fuerzas creadoras se centuplicaban y sentía estallar como chispas, centenares de bellos conceptos. Pero, cuál era el tema digno de ser cantado? Dióse a la meditación con nuevo ahinco, reconcentró su espíritu en la contemplación de abstractas verdades y pidiendo a sus dioses (pie le revelasen aquello (pie ardientemente deseaba, su mente se iluminó, quizás porque su plegaria jué llena de jé, de fervor y esperanza. Una noche, cuando la luna sembraba senderos de plata sobre las frondas del bosque y estelas de nácar sobre las aguas del río en la hora en (pie el silencio envuelve la tierra en las olas del misterio, presentóse a los ojos de Brahmin una hermosa, mujer. Era blanca, pero de una blancura jamás soñada en la India, vestía amplio ropaje, ceñía su frente una diadema de luz, traía en la mano un cetro de ignorada dignidad, su áurea plateada cual si la luz de la luna se hubiera dormido sobre ella. —Salve, oh Brahmin!—Dijo con voz sonora. —Quién sois vos— Balbuceó el poeta, más temeroso que complacido ante la lum inosa aparición. Soy la Sabiduría, Diosa de otros países en los cuales el cielo es hermano de la tierra. lie oído tu clamor, mientras tus dioses, sumidos en éxtasis, no pensaban en tí, yo sé lo que quieres. Si deseas cantar PLATEADO algo de soberana belleza, canta al Trabajo, también el Trabajo es dios en nuestro Olimpo y me envía a tí. ■—Cómo podré cantarle dignamente? —No he de decírtelo—contestó la Hada —, únicamente te daré esta señal: El día que tu canto sea digno de Dios, a quien lo debes elevar, surgirá en el centro de tu huerto un árbol de ramas plateadas como este que te muestro. El Brahmin contemplaba el hermoso cetro de la diosa pensando en el árbol que debía producir tales frondas. Era desconocido para él!! —Es el olivo—dijo la Sabiduría—el árbol que en mi patria simboliza la paz. Dichas estas palabras, desapareció envuelta en transparente luz multicolor. A la mañana siguiente despertó el Brahmin lleno de gozo. —Tiene razón la diosa—dijo—, el Trabajo es el que. dignifica al hombre, es el que lo eleva a su Creador. Y o te canto, oh trabajo, tú eres el soberano de la tierra; por tí, resuena en el mundo la voz de los dioses, por tí vive el hombre, por ti en los arenales brotan jardines, por ti los hombres arrancan sus tesoros de las entrañas de la tierra, por ti la ciencia ha bajado desde la mente de Braham a al espíritu de quien le adora. Salve, oh Trabajo! Pulió el poeta-labrador sus estrofas, sembró sobre ellas, como polvos de oro, las bellas imágenes de su mente, ajustóles al ritmo que aprendiera de la tormenta y (Sigue en la l’ág. 6) CORTESIA DE: VIDRIO PLANO, S. A. MONTERREY, N. L. 2 — — 3 —