REVISTA EVANGELICA 173 Mar so Una Sola Mirada --------(o) j A historia siguiente nos fue L referida por una persona digna de toda confianza, que desempeñó un papel importante en los sucesos que vamos a nuestra vez a relatar. Es de consiguiente enteramente vierta, en su esencia, por más que no lo sea de una manera absoluta en lo literal de las palabras empleadas en su narración. He aquí lo que se me di-io: Era la estación de verano. 10 andaba de paseo en las colmas contiguas a la ciudad. La brisa vespertina soplaba suavemente en la arboleda. A mi derecha extendíase un valle alfombrado de verdura, y a mi izquierda, las azuladas aguas del océano. Interrumpió el silencio que reinaba a mi rededor, la suplicante voz de un anciano que me pidió una limosna. Al oirlo, me le quede mirando, y noté con sorpresa su aire grave y lleno de dignidad. ___Ud. parece muy anciano, le dije al acercármele. —He cumplido ya mis ochenta y ocho años, y éste será probablemente el último de mi vida, me contestó tristemente. —Espero que estará Ud. preparado para emprender el viaje que le espera, repliqué yo. —¡Oh, sí señor! No he descuidado nada de lo que necesito para mi salvación. He obedecido siempre los mandamientos de Dios los de su santa Iglesia. Aunque pobre, he sido por largo tiempo miembro de la Conferencia de S. Vicente de Paul, de la Sociedad de San Benito y de la Cofradía de San José, y espero ser admitido en breve a la Sociedad de la Santísima Virgen, bendita entre las mujeres. Pero para ser admitido se necesitan largas penitencias y no poco dinero. Cuando sea yo miembro de esta Sociedad, ya podré morir en paz. —Veo que de veras se ha preparado Ud. para la vida futura; pero hay otra Sociedad más importante que todas las otras, y en la cual Ud. no ha pensado, a lo que parece. —Lo que Ud. me dice, me admira. ¿Cómo se llama esa Socie-dad? - T - —Es la del Señor Jesus. Yo aunque indigno, he sido miembro de ella durante muchos años. ____Nunca me han hablado, repuso el anciano, de esa Sociedad, V es claro que de veras es la mas importante, puesto que nuestro Señor Jesu-Cristo está sobre todo. Pero, dígame Ud. ¿qué clase de Sociedad es ésta, y cómo fue Ud admitido en ella? Ud. todavía es joven, y debe haberle costado bien cara su admisión. ____No, amigo mío, Ud, se equivoca: no he pagado nada por ingresar en ella. Cuando solicité hacerlo, fui recibido sin dinero y en el acto; y si Ud. quiere ser uno de sus miembros podrá con- Tomado de "La Luz," de México.